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Bruselas, de nuevo a la espera ante la incertidumbre que se abre en el Reino Unido
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Bruselas, de nuevo a la espera ante la incertidumbre que se abre en el Reino Unido

Si algo ha hecho la Unión Europea durante el proceso del Brexit, ha sido esperar. Ahora le toca hacerlo una vez más, puesto que hasta que Londres no dé el siguiente paso, poco puede hacer

Foto: Banderas de la UE frente a la sede de la Comisión Europea en Bruselas. (Reuters)
Banderas de la UE frente a la sede de la Comisión Europea en Bruselas. (Reuters)

Si algo ha hecho la Unión Europea durante el proceso del Brexit, ha sido esperar. Esperó nueve meses a que el Reino Unido activara el artículo 50 que permitía el inicio de las negociaciones, después tuvo que esperar hasta junio para empezar a hablar de verdad, porque la primera ministra convocó unas elecciones generales que acabaron costándole caro, y muchas otras veces los europeos tuvieron que cruzarse de brazos esperando a que Londres aclarara su posición. Eso vuelve a ocurrir ahora.

El Parlamento británico rechaza el acuerdo del Brexit de Theresa May

Después de que el Parlamento británico haya rechazado el acuerdo del Brexit por 432 votos en contra y 202 a favor, el Gobierno británico ha quedado gravemente dañado y en una situación difícil, y a la UE solo le queda observar el caos en Londres, esperar a que la polvareda levantada por Westminster se despeje y conocer cuáles son los siguientes pasos propuestos por la primera ministra, Theresa May.

La amplísima derrota que ha sufrido la primera ministra borra de la mesa una de las opciones que se habían barajado. Si el Gobierno perdía por un espacio reducido, lo más previsible era que en su discurso posterior a la votación May anunciara que iba a negociar con la UE algunos cambios en el acuerdo del Brexit.

Foto: Imagen del Parlamento británico durante la votación del acuerdo del Brexit. (Reuters)

Bruselas estaba lista para abrir ese debate: ¿qué más se podía hacer? Si solo había un puñado de diputados por convencer, con algunos cambios se podría lograr que el acuerdo sobreviviera a un nuevo paso por el Parlamento. El problema es que Westminster ha vencido al Gobierno por 230 votos, la mayor derrota sufrida por Downing Street en la Cámara de los Comunes.

En los despachos de Bruselas, el resultado deja una idea clara: el acuerdo parece muerto, y la fecha del 29 de marzo, cada vez más borrosa. Cambios cosméticos no podrán hacer que el Gobierno consiga los votos que le faltan. “No hay nada más que la UE pueda hacer”, señalaba anoche una fuente europea a El Confidencial.

Los cálculos este martes por la tarde, antes de que Westminster votara, eran que si la derrota era abultada el Reino Unido pasaría unas 48 horas de caos e indecisión. Por lo pronto, May tendrá que hacer frente hoy a una moción de confianza que parece que superará sin demasiados problemas.

placeholder Decenas de personas agitan banderas de la Unión Europea mientras miran en una pantalla gigante la intervención de Theresa May durante la votación del Brexit en Londres. (EFE)
Decenas de personas agitan banderas de la Unión Europea mientras miran en una pantalla gigante la intervención de Theresa May durante la votación del Brexit en Londres. (EFE)

¿Y después?

Lo que reina en la UE y en la capital comunitaria es incertidumbre. Comerse las uñas mientras esperan a ver qué ocurre ahora y cómo pueden minimizar daños. En su comunicado posterior al rechazo por parte de Westminster, Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, señaló que el riesgo de que se produzca un Brexit sin acuerdo “ha aumentado con la votación” de anoche. “El tiempo se está agotando”, aseguró el presidente del Ejecutivo comunitario.

Michel Barnier, negociador jefe de la Comisión Europea, celebró una reunión bien entrada la noche con el grupo de eurodiputados que monitorean el Brexit desde la Eurocámara. A su entrada en el encuentro, el francés señaló la posición de la UE: “Ahora es el momento de que el Reino Unido nos diga los siguientes pasos. Por nuestro lado, nos mantendremos unidos y determinados”.

Las 48 horas de caos que Bruselas preveía se cumplirán. May, que se supone que sobrevivirá a la moción de censura que afrontará hoy, tendrá que presentar su plan B ante el Parlamento el próximo lunes. Hasta ahora, el Gobierno ha asegurado que seguirá presentando el acuerdo del Brexit hasta que el Parlamento lo apruebe. Pero la derrota es demasiado abultada para confiar en que el texto pueda ser aprobado por insistencia.

Foto: Un manifestante antiBrexit sostiene una pancarta ante el Parlamento británico, en Londres. (Reuters)
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Por eso Downing Street hablará con sus socios unionistas norirlandeses (DUP) y con diputados conservadores y laboristas que puedan cambiar su voto a favor del sí, para saber qué debería cambiarse en el acuerdo para que se muestren a favor del texto. May tendrá que presentar un plan que se ajuste a lo que requieran esa centena de diputados que le faltan, aunque no será nada fácil.

En general, todos los líderes europeos que se han expresado han señalado que depende del Reino Unido qué ocurre a partir de ahora. Xavier Bettel, primer ministro luxemburgués, ha demandado “un rápido y claro plan sobre cómo proceder”. “Porque eso es lo que debemos hacer: encontrar soluciones, no problemas”, ha tuiteado.

Aunque la UE ha asegurado que el acuerdo del Brexit no será renegociado, como ha recordado esta noche Sebastian Kurz, canciller austriaco, lo cierto es que los Veintisiete se sentarán a realizar los cambios que les resulten asumibles si eso permite que haya un Brexit ordenado y con acuerdo. Esto solo será posible si, a la vez, junto a su plan B, May modifica sus líneas rojas. El equipo europeo que negoció el acuerdo considera que hay muy poco espacio para más concesiones para el Reino Unido, teniendo en cuenta que Londres quiere abandonar la unión aduanera y el mercado único, y eso reduce mucho los escenarios posibles.

placeholder Una manifestante británica anti-Brexit, en la sede de la Comisión Europea en Bruselas. (Reuters)
Una manifestante británica anti-Brexit, en la sede de la Comisión Europea en Bruselas. (Reuters)

Mantener la unidad

A la vez, la fecha del 29 de marzo parece ya imposible de cumplir. Más todavía si el acuerdo cerrado requiere reabrirse para hacer cambios. Sin embargo, la UE tampoco hará ningún tipo de referencia a esa posible ampliación hasta que no sea algo que salga de boca del Gobierno británico.

Uno de los retos para la UE ahora será mantener la unidad que les ha permitido tener el control de las negociaciones. Las capitales empiezan a ponerse nerviosas ante la posibilidad de un Brexit sin acuerdo, pero por el momento siguen una misma línea: el Reino Unido debe anunciar qué hacer a partir de este momento.

El problema llegará cuando la UE, a puerta cerrada, tenga que discutir el nuevo escenario generado. Cada día que pase será más difícil lograr que los socios europeos se pongan de acuerdo sobre cómo gestionar la situación, algo que hasta ahora han sabido hacer. Por eso no es casualidad que Barnier, en sus primeras palabras tras la votación de Westminster, haya dicho que la UE se mantendrá “unida y determinada”.

Foto: La primera ministra británica, Theresa May, ante la votación del acuerdo del Brexit. (Reuters)

Hasta ahora, el foco de atención y responsabilidad ha estado en Londres, pero si aparecen divisiones dentro del bloque comunitario podrían ser muy peligrosas: algunos estados miembros defenderán una línea más blanda, otros, mantener la línea dura. Algunos se guiarán por los intereses de sus industrias, y otros por evitar mandar un mensaje erróneo a aquellos que se plantean seguir el camino del Reino Unido.

La unidad no es un eslogan en este caso: para la UE es vital. Si un solo Estado miembro se desmarca de cualquier decisión que tomen los demás, la situación se bloquearía con resultados desastrosos. Por eso en la agenda de Bruselas el principal punto, mientras espera que la situación se calme en Londres, es mantener bien cimentado el bloque comunitario.

Si algo ha hecho la Unión Europea durante el proceso del Brexit, ha sido esperar. Esperó nueve meses a que el Reino Unido activara el artículo 50 que permitía el inicio de las negociaciones, después tuvo que esperar hasta junio para empezar a hablar de verdad, porque la primera ministra convocó unas elecciones generales que acabaron costándole caro, y muchas otras veces los europeos tuvieron que cruzarse de brazos esperando a que Londres aclarara su posición. Eso vuelve a ocurrir ahora.

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