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Bruselas propone acabar progresivamente con la unanimidad fiscal en la UE
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tras el culebrón de amazon y google

Bruselas propone acabar progresivamente con la unanimidad fiscal en la UE

La Comisión Europea ha propuesto hoy ir eliminando paulatinamente la unanimidad que requieren los asuntos fiscales en el Consejo de la UE, donde se sientan los ministros de los países miembros

Foto: El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, Pierre Moscovici (i), y el vicepresidente de la CE para el Euro, Valdis Dombrovskis. (EFE)
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, Pierre Moscovici (i), y el vicepresidente de la CE para el Euro, Valdis Dombrovskis. (EFE)

La unanimidad, ese amigo y enemigo de la UE. Aplicada en situaciones sensibles, ayuda a que los estados miembros más pequeños, y no tan pequeños, se sientan protegidos ante decisiones que pueda tomar el resto del club y que puedan perjudicarles. Basta con bloquearlas y problema resuelto. Pero, en otros casos, la necesidad de unanimidad corta el paso a políticas prioritarias para la UE: en exteriores, crea bloqueos por los intereses cruzados de los estados miembros; en asuntos fiscales, parece casi imposible ponerse de acuerdo en medidas de calado.

Por eso, la Comisión Europea quiere, de alguna forma, convencer a las capitales de que la Unión Europea necesita que, poco a poco, vayan abandonando la unanimidad en materia fiscal. Ese ha sido el mensaje enviado este martes por Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros.

Este impulso del Ejecutivo comunitario llega después del último culebrón saldado con un carpetazo por falta de unanimidad: los gigantes digitales como Amazon, Facebook o Google se han librado de un impuesto europeo del 3% sobre sus beneficios que ha contado con la oposición directa de Suecia, Irlanda y Dinamarca. Por distintas razones: los daneses señalan, por ejemplo, que ese gravamen provocaría una reacción por parte de Donald Trump, que amenaza de forma continua con el establecimiento de aranceles sobre los automóviles europeos.

En la presentación de esta iniciativa, la Comisión Europea ha querido jugar la carta de la ciudadanía: los europeos piden que la UE sea útil en hacer que los gigantes digitales paguen los impuestos que les corresponden, y la Unión debe cumplir con las expectativas. Además, hace un llamamiento con cifras en la mano: Bruselas asegura que sin la necesidad de la unanimidad se podrían recuperar 50.000 millones de euros que se pierden por fraude en el IVA cada año, se podrían recaudar 57.000 millones de euros con un impuesto sobre las transacciones financieras y un impuesto digital permitiría ingresar 5.000 millones de euros al año.

Foto: Una manifestante a favor del Brexit se manifiesta ante el Parlamento británico, en Londres. (Reuters)

Por fases

Moscovici ha propuesto que las capitales vayan abandonando la adicción a la unanimidad de forma gradual, no de golpe. Por eso, Bruselas propone eliminarla en cuatro fases distintas. El objetivo es ir sustituyéndola paulatinamente por la mayoría cualificada, lo que significa que para que algo sea aprobado requiere del voto positivo del 55% de los miembros del Consejo que represente a 15 de los países y que reúna, como mínimo, al 65% de la población de la UE.

En una primera fase, Bruselas propone aplicar primero este sistema a materias fiscales que no generen demasiado conflicto en el Consejo, como por ejemplo las medidas contra la evasión fiscal. La segunda fase consistiría en la aplicación de la mayoría cualificada en impuestos que tengan como objetivos otros que no sean la recaudación, como por ejemplo los gravámenes para luchar contra el cambio climático o aquellos que afectan a productos que dañan la salud.

Los ciudadanos premian la lucha contra compañías que no cumplen las normas, como ha demostrado la popularidad alcanzada por Vestager, comisaria de Competencia

En una tercera etapa, la Comisión Europea propone que el sistema se extienda a la modernización de impuestos que ya están armonizados en la Unión Europea. En su última fase, Bruselas espera que la mayoría cualificada se aplique a decisiones como la creación de una base común del impuesto de sociedades o los gravámenes a los gigantes digitales. El Ejecutivo comunitario espera que las capitales hayan entrado ya en la tercera y cuarta fase antes del año 2025.

Una decisión que requerirá… unanimidad

La intención de la Comisión Europea de acabar con la unanimidad se quedará en papel mojado si no cuenta con el apoyo del Consejo. Y para terminar con ella, la decisión tendrá que ser tomada… por unanimidad.

Hay muchos estados miembros, especialmente aquellos que tienen un tratamiento fiscal más favorable, como son Luxemburgo, Irlanda o Países Bajos, sospechosos habituales de la Comisión Europea en sus investigaciones de ayuda de Estado ilegales, que son los que más se opondrán a esta medida.

Para el Ejecutivo comunitario, poder tomar decisiones en materia fiscal con una mayoría cualificada en vez de con unanimidad es un elemento central para asegurar la supervivencia del proyecto europeo. Si algo ha enseñado la actual legislatura, es que los ciudadanos premian la lucha contra las grandes compañías que no cumplen las normas, como ha demostrado la popularidad alcanzada por Margrethe Vestager, comisaria de Competencia, que durante los últimos años ha impuesto multas récord a gigantes como Apple o Google.

La unanimidad, ese amigo y enemigo de la UE. Aplicada en situaciones sensibles, ayuda a que los estados miembros más pequeños, y no tan pequeños, se sientan protegidos ante decisiones que pueda tomar el resto del club y que puedan perjudicarles. Basta con bloquearlas y problema resuelto. Pero, en otros casos, la necesidad de unanimidad corta el paso a políticas prioritarias para la UE: en exteriores, crea bloqueos por los intereses cruzados de los estados miembros; en asuntos fiscales, parece casi imposible ponerse de acuerdo en medidas de calado.

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