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¿Quién atentó contra Maduro? La resistencia civil, el chavismo o un sector del Ejército
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¿Quién atentó contra Maduro? La resistencia civil, el chavismo o un sector del Ejército

Tanto si fue un intento de magnicidio contra Nicolás Maduro como si no, el incidente del sábado tendrá repercusiones dentro del Gobierno y de cara a la oposición

Foto: Miles de simpatizantes del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, marchan en Caracas. (EFE)
Miles de simpatizantes del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, marchan en Caracas. (EFE)

El único magnicidio que ha habido en la historia reciente de Venezuela fue contra Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta Militar, en 1950. Después se intentó con Rómulo Betancourt en 1960. Aunque salió vivo, quedó parcialmente sordo y se quemó la cara y ambas manos. La historia popular venezolana narra que días antes, Betancourt había dicho “que se me quemen las dos manos, si para mi propio peculio he tocado las arcas del Tesoro Nacional”. Ambos hechos están en el marco de una Venezuela convulsa, pre y pos dictadura, la de Marcos Pérez Jiménez. Lo último, el presunto ataque con drones al presidente Nicolás Maduro, en el contexto de una crisis económica y social donde buena parte de los venezolanos no cree la versión oficial y a varias partes les puede interesar que se hable de un atentado.

“Contando los atentados a Chalbaud y Betancourt, no hemos tenidos sucesos parecidos. Pero desde que Hugo Chávez llegó al poder [1999], la prensa venezolana ha registrado muchas veces que la versión oficial señalaba que había magnicidios organizados”, explica Luis Alberto Buttó, doctor en Historia.

Con Nicolás Maduro al frente del Ejecutivo desde 2013, han sido más de 20 veces las que se ha hablado de intentos de asesinato. Solo en su primer año de Gobierno habló 11 veces del tema. “Siempre se ha dicho que se han desmontado conspiraciones que se estaban organizando, detenciones. Pero nunca algo como lo que ocurrió el sábado, en cadena nacional, transmitiendo”, apunta Buttó.

Foto: Nicolás Maduro, ofreciendo declaraciones a la prensa tras el incidente del sábado. (EFE)

El también director del Centro Latinoamericano de Estudios de Seguridad dice que hacer una lectura de lo que ha pasado es difícil. “Vivimos en una sociedad que tiene bloqueada la información en la práctica. Ha prevalecido la versión oficial y no hay investigaciones independientes. Es muy arriesgado e irresponsable hacer una lectura adecuada. Y es una tragedia”.

En esas aguas grises se maneja Argelia Ríos, analista política. “No sé si fue un atentado o un autoatentado”, explica al otro lado del teléfono. “El negacionismo que se ha impuesto entre la población venezolana es grande. Nadie cree nada, ni las versiones oficiales del Gobierno ni la comprobación de los hechos que están sacando los periodistas”. Para Ríos, no solo está en tela de juicio la credibilidad de la versión oficial. “Aquí todo el mundo tiene razones para mentir”.

placeholder Investigadores buscan pruebas en un edificio tras el supuesto atentado contra Maduro. (Reuters)
Investigadores buscan pruebas en un edificio tras el supuesto atentado contra Maduro. (Reuters)

De un lado, “el Gobierno tiene razones para decir que es un atentado, que el país crea esto y no que es un autoatentado. Necesita victimizarse para cerrar filas en el chavismo y dirimir diferencias”. Ocurre en un momento de crisis profunda, no solo social sino dentro de sus acólitos. “El conflicto endógeno es muy severo y no se resolvió con el último congreso del PSUV. Les sirve para hablar de nuevo del enemigo externo y mantener en vigencia la división dentro de la oposición”.

La otra cara es la autodenominada Resistencia (en oposición al Gobierno). “Ellos tienen razones para mentir porque están necesitados de mostrar que no son unos bocazas. Necesita ser reconocida como una oposición radical que sí hace cosas, que no solo ejercita un radicalismo sin acción ni sustancia”.

De darse un golpe militar, será liderado por esa parte del chavismo dentro de las FANB que ve en Maduro una amenaza para la revolución

Rocío San Miguel es presidenta de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional. Ella no atribuye los hechos a ningún grupo insurgente, ni siquiera al grupo Soldados de Franela, que en estos días salió a reivindicar los hechos. “Creo que el Gobierno está construyendo su posverdad y los grupos [tradicionales de conspiradores] la suya”, explica.

Así, para San Miguel, el Gobierno estaría hablando de este como un “nuevo” intento de magnicidio contra Maduro. “Y, por supuesto, el Gobierno tiene un aparato de propaganda monstruoso para manipular la verdad. Esto le permite aplicar terrorismo de Estado criminalizando los sectores donde puedan existir amenazas, incluyendo por supuesto las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas [FANB]”.

Para ella, detrás de lo ocurrido en la avenida Bolívar no está el malestar de las FANB. “Existe, pero no es la causa de lo que sucedió ese día. El malestar en las FANB tendrá sus expresiones en el futuro, pero no las de intento de magnicidio, con toda seguridad. De darse un golpe militar en Venezuela, será liderado por esa parte del chavismo dentro de las FANB que ve en Maduro una amenaza a la continuidad de la revolución”.

La evacuación de Maduro y la estampida de la Guardia Nacional Bolivariana

Argelia Ríos dice que, de ser un atentado genuino, sin duda el Gobierno recibió el mensaje. El quid de la cuestión es quién lo envió: la resistencia civil, el chavismo originario o un sector de las fuerzas armadas. “Seguiremos sin saber si estamos ante un atentado genuino o un autoatentado”.

Lo que ya se ha visto son las numerosas detenciones —por ahora, y en menos de 48 horas, van seis personas arrestadas—, y según el fiscal general, Tarek William Saab, las investigaciones siguen. Se ha sabido que al menos un hotel de Caracas se ha registrado en busca de los presuntos autores materiales del caso. “Esto se va a traducir en más vigilancia y detenciones. Y se aprovechará para depurar las unidades de las fuerzas armadas”, dice San Miguel.

Desde la perspectiva de la historia, Buttó cuenta que la época de los anteriores atentados era de muchos intentos de golpes de Estado, de guerrilla urbana, en el interior, de intentos de asesinato. “Habla de una Venezuela que estaba inmersa en una espiral de violencia política impropia de la modernidad. Ahora, cuando se ve un hecho de este tipo, de comprobarse que es un atentado, Venezuela estaría volviendo a la violencia para dirimir los conflictos políticos. Eso es un retroceso bárbaro”.

El único magnicidio que ha habido en la historia reciente de Venezuela fue contra Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta Militar, en 1950. Después se intentó con Rómulo Betancourt en 1960. Aunque salió vivo, quedó parcialmente sordo y se quemó la cara y ambas manos. La historia popular venezolana narra que días antes, Betancourt había dicho “que se me quemen las dos manos, si para mi propio peculio he tocado las arcas del Tesoro Nacional”. Ambos hechos están en el marco de una Venezuela convulsa, pre y pos dictadura, la de Marcos Pérez Jiménez. Lo último, el presunto ataque con drones al presidente Nicolás Maduro, en el contexto de una crisis económica y social donde buena parte de los venezolanos no cree la versión oficial y a varias partes les puede interesar que se hable de un atentado.

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