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El Libro Blanco del Brexit apunta a un 'acceso prioritario' para ciudadanos de la UE
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LOS EUROESCÉPTICOS, MUY CRÍTICOS

El Libro Blanco del Brexit apunta a un 'acceso prioritario' para ciudadanos de la UE

El Gobierno de Theresa May ha presentado finalmente su hoja de ruta para las negociaciones sobre el divorcio con el bloque comunitario, que no parece contentar a nadie

Foto: Theresa May delante de un mapa del Reino Unido, en marzo de 2018. (Reuters)
Theresa May delante de un mapa del Reino Unido, en marzo de 2018. (Reuters)

El Gobierno británico ha presentado su esperado Libro Blanco sobre el Brexit, en el que desarrolla las líneas sobre las que espera llevar a cabo la salida británica de la Unión Europea. El ejecutivo de Theresa May espera ahora que Bruselas acepte las propuestas y se pueda llegar a un acuerdo final en otoño de este año.

No hay grandes sorpresas en el documento. La hoja de ruta trata de encontrar un término medio entre las ventajas que para el Reino Unido ofrecía la pertenencia al bloque comunitario y la 'soberanía' que los partidarios del Brexit esperan recuperar dando este paso, especialmente en materia de inmigración.

En ese sentido, el Libro Blanco es menos contundente de lo que los 'Brexiteers' más duros habrían deseado. El documento afirma que las empresas deberían poder desplazar a sus trabajadores “talentosos” del Reino Unido a la UE y al revés. También estipula que el Gobierno está preparado para permitir que los ciudadanos comunitarios viajen sin visado al Reino Unido para turismo o trabajos temporales, y se permitirá a los estudiantes de la UE que realicen sus estudios en el país.

Foto: Manifestantes contrarios al Brexit durante una protesta ante el Parlamento británico, en Londres, el 16 de abril de 2018. (Reuters)

No obstante, el documento subraya que, al final del período de transición en diciembre de 2020, se terminará la libertad de movimiento de personas acutal. Sin embargo, indica que será necesario “reconocer la profundidad de la relación y los estrechos lazos entre los pueblos del Reino Unido y la UE”, lo que apunta a algún tipo de futuro arreglo intermedio no concretado.

Los europeos, por lo tanto, tendrían acceso preferencial al Reino Unido, aunque fuentes parlamentarias señalan que es teóricamente posible que otros países lleguen a acuerdos similares más adelante. “La futura cooperación económica del Reino Unido deberá por lo tanto proporcionar acuerdos recíprocos, consistentes con terminar con la libertad de movimientos”, incluyendo medidas que “apoyen a las empresas a proporcionar servicios y trasladar a su personal talentoso”.

placeholder El negociador jefe de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, el pasado 29 de junio en Bruselas. (EFE)
El negociador jefe de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, el pasado 29 de junio en Bruselas. (EFE)

Críticas y escepticismo

“Ahora es momento de que la UE responda en consecuencia, enfocamos estas negociaciones con un espíritu de pragmatismo, compromiso y, de hecho, amistad, espero. Confío en que la UE afrontará nuestras propuestas con el mismo espíritu”, ha dicho el nuevo secretario para el Brexit, Dominic Raab. “Hemos llegado a un acuerdo sobre la propuesta que estamos presentando a la Unión Europea que sin duda cumple con el Brexit por el que votamos. Nos votaron para que recuperáramos el control de nuestro dinero, nuestra legislación y nuestras fronteras. Eso es exactamente lo que vamos a hacer”, ha dicho en Bruselas.

No es eso lo que piensa el líder del ala euroescéptica dura de los tories, Jacob Rees-Mogg, quien ha declarado: “Hay pocos signos de las famosas líneas rojas de la primera ministra. Es una pálida imitación del documento preparado [por el anterior ministro del Brexit] David Davis, un mal acuerdo para Gran Bretaña. No es algo por lo que votaría, ni es aquello por lo que votó el pueblo británico”.

Foto: Pancarta contra el Brexit colocada en los alrededores del Parlamento en Londres, el 3 de julio de 2018. (Reuters)

Pero la gran pregunta es si la Unión Europea lo aceptará como punto de partida para hacer avanzar las negociaciones. Y en ese sentido, las señales no son muy halagüeñas: Michel Barnier, el negociador jefe europeo, ha dejado caer que la propuesta británica probablemente supera aquello que Bruselas está dispuesta a aceptar. “Analizaremos [el documento] con los estados miembros y el Parlamento Europeo, a la luz de las líneas guía del Consejo Europeo”, ha tuiteado. Una referencia que deja entrever cierto escepticismo, a la luz de cómo han ido las conversaciones anteriores.

Algo más positivo se ha mostrado la Comisión de la Eurocámara dedicada a la cuestión de la salida británica de la UE (Brexit Steering Group), que en un comunicado ha celebrado la publicación del Libro Blanco. “En particular, el BSG celebra que el Reino Unido esté proponiendo que la futura relación UE-UK tome la forma de un Acuerdo de Asociación. Dada que esa ha sido la posición del Parlamento desde el principio, el BSG está de acuerdo con ese enfoque que situaría las futuras relaciones UE-UK en todas sus dimensiones -económica, sectorial, de seguridad, de política exterior- sobre una base sólida con una estructura de gobernanza coherente”, ha dicho en un comunicado. Queda por ver cómo va la siguiente fase de negociaciones, que se retoman la semana que viene.

El Gobierno británico ha presentado su esperado Libro Blanco sobre el Brexit, en el que desarrolla las líneas sobre las que espera llevar a cabo la salida británica de la Unión Europea. El ejecutivo de Theresa May espera ahora que Bruselas acepte las propuestas y se pueda llegar a un acuerdo final en otoño de este año.

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