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El futbolista que investigó la muerte de su hermano y se pudre en la cárcel de Morón
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El futbolista que investigó la muerte de su hermano y se pudre en la cárcel de Morón

Zivko Bakic sostiene que es víctima de una persecución política en su país natal y solicita que las autoridades españolas lo saquen de prisión cuanto antes y le concedan asilo

Foto: Zivko Bakic (d) con su hermano Mihailo (i) antes de su muerte. En la foto de la derecha, Bakic jugando un partido.
Zivko Bakic (d) con su hermano Mihailo (i) antes de su muerte. En la foto de la derecha, Bakic jugando un partido.

Lleva casi dos años aislado en una celda. Primero en Soto del Real y ahora en Morón de la Frontera, en el mismo módulo que los peores terroristas y asesinos, el reservado a los presos con "peligrosidad extrema". Hace ya casi dos años que su vida consiste en comer, dormir, leer y escribir cartas. Decenas de cartas dirigidas casi siempre a funcionarios, jueces y organizaciones humanitarias. Solo entre el 12 y el 22 de febrero redactó diez. Todas a mano, por supuesto, con letras mayúsculas y en un español con cada vez menos errores gramaticales y ortográficos. La evolución salta a la vista porque cuenta casi siempre lo mismo. Primero se presenta educadamente como Zivko Bakic, ciudadano serbio. Después sostiene que es víctima de una persecución política en su país natal y solicita que las autoridades españolas le saquen de la cárcel cuanto antes y le concedan asilo.

Su historia está documentada en miles de páginas, en un relato construido con ayuda de dos abogadas (una española y una serbia), de su madre y de los muchos amigos de su popular familia. Carpetas y carpetas con declaraciones juradas, pruebas, expedientes y recortes de periódicos. Se remonta hasta los años 70 en Belgrado, donde su padre, el abogado Golub Bakic, se convirtió en opositor declarado al régimen. En los 80 y 90 se centró en documentar el abuso de la psiquiatría con fines políticos, una práctica mediante la cual se encerraba en centros psiquiátricos a disidentes. Mientras tanto, su hijo iba ascendiendo en las categorías juveniles como lateral derecho. Eran los años dorados del Estrella Roja y el fútbol era una de las pocas cosas que iba bien en el país. Zivko no pasó nunca de Segunda División, pero los periódicos hablaban de él como una joven promesa, de la que destacaban su "agudeza, gran velocidad y condición física".

placeholder Documento de identidad de Golub Bakic.
Documento de identidad de Golub Bakic.

Su padre participó en movimientos a favor de la democracia y fundó organizaciones como el Movimiento para la protección de los Derechos Humanos, una ONG que aún existe y que con las aperturas intentó (sin demasiado éxito) ocupar un espacio en el nuevo panorama político. El actual presidente de la organización, Tomislav Krsmanovic, asegura que Golub Bakic sufrió "décadas de persecución, discriminación profesional, abuso policial y largos periodos de detención en instituciones penales". La represión fue especialmente dura a finales de los 90, tras la guerra y durante los estertores del régimen de Milosevic.

La policía política atentó en aquellos años contra varios disidentes, algunos cercanos a Bakic. Son conocidos los casos de Slavko Curuvija, Vuk Draskovic, Ivan Stambolic, Ivica Simenovic, Draga Malesevic​... Uno murió acribillado, otro se ahogó misteriosamente durante un interrogatorio, otro sobrevivió a dos accidentes de tráfico provocados en los que murieron cuatro de sus colaboradores y su hermano, otro apareció flotando en un río... En casa del abogado Bakic, explican fuentes cercanas a la familia, los niños crecieron acostumbrados a las visitas intempestivas de la policía y a escuchar historias como estas.

La muerte de su hermano

A las cuatro de la mañana del 26 de septiembre de 1999, al hermano mayor de Zivko (Mihailo) lo atropelló un coche que se dio a la fuga. Cuando estaba agonizando en el suelo, lo remató un segundo auto, un Audi gris con los cristales tintados, según la descripción de varios testigos presenciales. Se trata del mismo tipo de vehículo utilizado para los desplazamientos oficiales de los cargos policiales y para los asesinatos políticos de la época. También lo utilizó extensamente el llamado Clan de Zemun, una de las principales mafias de los Balcanes, muy ligada a movimientos nacionalistas serbios y grupos paramilitares. Al funeral de Mihailo acudieron más de dos mil personas y la Justicia serbia cerró el caso metiendo cuatro meses en la cárcel a una persona desahuciada y sin familia. Golub, convencido de que el accidente de su hijo de 18 años era un asesinato político, consagró su vida a intentar demostrarlo. Y murió sin conseguirlo catorce años después, en septiembre de 2013.

placeholder Zivko Bakic con su hermano Mihailo antes de su muerte.
Zivko Bakic con su hermano Mihailo antes de su muerte.

Cuando murió su padre, Zivko vivía ya en el extranjero. Su madre y sus amigos dicen que, al volver a su casa natal, sintió la necesidad de retomar el trabajo de su padre y se obsesionó con la muerte de su hermano. Contrató detectives privados y se reunió con periodistas de investigación. Elaboró listas con los nombres de los agentes de la policía secreta que habían sobrevivido al cambio de régimen y que, según él, siguen controlando los resortes de varias comisarías. Entre ellas la "29 de noviembre", un departamento de la Policía Criminal con un abultado expediente de abusos y acciones políticas. En julio de 2014 fue citado a declarar precisamente allí. "Me preguntaron qué pensaba y qué sabía sobre la muerte de mi hermano y por qué había empezado una investigación privada después de tanto tiempo. Les avisé de que no iba a parar (...) y me dijeron abiertamente que me iba a meter en una situación inconveniente y en graves problemas. Durante el interrogatorio me dieron agua de un vaso de plástico que uno de los agentes retiró".

En aquella época, Zivko había abandonado el fútbol, había finalizado sus estudios superiores en Ciencias Económicas y estaba instalado en Ibiza. Según su abogada estaba "totalmente arraigado" y disponía de un permiso de residencia y un contrato en una empresa dedicada a vender y alquilar residencias turísticas a extranjeros. De esos años hay sin embargo un dato que emborrona su expediente: fue detenido junto a varios amigos durante una operación antidroga y acusado de delito contra la salud pública. Un caso que, según sus representantes legales, está "muerto pero aún no archivado".

Arresto en España

El 1 de marzo de 2016, Serbia emitió una orden de arresto internacional. Según el código del delito utilizado por Interpol, buscaban a Zivko por "lesiones con resultado de muerte, homicidio o asesinato". Al cursar la orden de extradición se aclararon los cargos. En realidad, se le buscaba como sospechoso por un atentado ocurrido meses antes de que muriese su padre. El 23 de marzo de 2013, dos personas en motocicleta lanzaron dos artefactos explosivos en el patio de un magnate serbio, Veselin Jevrosimovic, propietario de una empresa tecnológica y de un tabloide digital favorable a los herederos políticos de Milosevic, actualmente en el gobierno. En el interior de la vivienda estaba la mujer y una hija del empresario, que resultaron ilesas. La propiedad tampoco sufrió desperfectos.

La policía serbia le acusa de haber lanzado dos granadas en el patio de un magnate serbio en 2013

Las cámaras instaladas en la calle recogieron la imagen de los sospechosos, pero nunca sus rostros. Y los recortes de prensa de aquellos días dan por perdida la pista. La investigación quedó entonces en manos de la policía criminal, que dos años después presentó acusaciones contra Zivko con una única evidencia conclusiva: una prueba de ADN teóricamente obtenida entre los restos del explosivo y cuya coincidencia se describe como "imprecisa" en el sumario. En el sumario, subrayan los abogados del acusado, no hay pruebas periciales. Y Zivko insiste que aquel día ni siquiera estaba en Belgrado, sino en la costa de Montenegro. Sus abogados aportan algunos testimonios, los recibos de un hotel y la cédula de entrada y salida en el país vecino.

placeholder Zivko Bakic de joven.
Zivko Bakic de joven.

Como la mayoría de las órdenes de extradición que llegan a España, la suya se cursó favorablemente. Con episodios sonrojantes. Una primera copia pasó por consejo de ministros equivocando el nombre del acusado y el país de solicitud. En el membrete estaba todo correcto pero el texto hacía referencia a otro ciudadano serbio, acusado de otro delito distinto, y con residencia en Alemania. El error no fue obstáculo para que la orden siguiese sus trámites naturales hasta que los abogados de Zivko advirtieron el error y obligaron a rectificar a la embajada serbia. En noviembre de 2016, la Audiencia Nacional resolvió a favor de la extradición sin dar credibilidad a la presunta persecución, asegurando que "el delito que se le atribuye es de naturaleza común, sin connotaciones políticas" y que el resto de alegaciones de la defensa se refieren a "cuestiones de fondo que habrá de debatirse ante el Tribunal llamado a enjuiciarlo".

Según abogados expertos en extranjería, Bakic lo tiene muy complicado para no acabar en manos de la Justicia serbia. Por la propia naturaleza de los acuerdos de extradición, por la dinámica de la Justicia española al respecto, por su expediente y por la falta de pruebas definitivas. Sus abogados han solicitado tres veces el asilo político y han conseguido tramitarlo dos veces, con resoluciones desfavorables. Una petición está recurrida ante el Tribunal Supremo y la otra ante la Audiencia Nacional. Cuando agoten las vías en España, recurrirán a la Unión Europea. Su entrega definitiva, aseguran, está pendiente de que se resuelvan las peticiones de asilo. En el auto de la Audiencia Nacional también se advertía de que podría posponerse hasta que se resolviesen las responsabilidades legales en España, en referencia a los cargos por atentar contra la salud pública.

El 9 de agosto alguien disparó dos tiros contra la puerta de casa de su madre en Belgrado

La madre de Bakic, Anka, es una conocida dentista de Belgrado. Insiste en que su marido estaba enemistado con gente muy poderosa que sigue agarrada al poder desde la época de Milosevic y que no ha cesado nunca la persecución contra su familia. El pasado 9 de agosto, alguien disparó dos tiros contra su casa mientras ella se encontraba dentro. Las balas quedaron incrustadas en la puerta. La mujer sufrió un ataque de ansiedad y tuvo que ser atendida por una ambulancia. Al día siguiente, la noticia apareció en varios medios locales. Aunque las balas solo impactaron en la casa de los Bakic, se despachó como un "posible conflicto entre bandas rivales".

* La embajada serbia fue contactada para este reportaje pero declinó hacer cualquier comentario sobre el caso.

Lleva casi dos años aislado en una celda. Primero en Soto del Real y ahora en Morón de la Frontera, en el mismo módulo que los peores terroristas y asesinos, el reservado a los presos con "peligrosidad extrema". Hace ya casi dos años que su vida consiste en comer, dormir, leer y escribir cartas. Decenas de cartas dirigidas casi siempre a funcionarios, jueces y organizaciones humanitarias. Solo entre el 12 y el 22 de febrero redactó diez. Todas a mano, por supuesto, con letras mayúsculas y en un español con cada vez menos errores gramaticales y ortográficos. La evolución salta a la vista porque cuenta casi siempre lo mismo. Primero se presenta educadamente como Zivko Bakic, ciudadano serbio. Después sostiene que es víctima de una persecución política en su país natal y solicita que las autoridades españolas le saquen de la cárcel cuanto antes y le concedan asilo.

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