Un minisubmarino de EEUU se prepara para zarpar en busca del ARA San Juan

Un nuevo elemento se suma a la búsqueda delsubmarino argentino ARA San Juan. Un equipo de rescate remata los últimos preparativos en el puerto de la ciudad argentina de Comodoro Rivadavia para que zarpe una cápsula de rescate enviada por la Marina de Estados Unidos y que viajará a bordo de un barco con bandera noruega llamado Sophie Siem hasta la zona delimitada donde se cree que se encuentra el buque desaparecido en el Atlántico hace diez días con 44 tripulantes, informa el diario Clarín.

En los últimos días, el personal ha llegado a doblar turnos para acondicionar la popa del barco con una plataforma y una rampa. “El objetivo del equipo fue montar la estructura y los brazos hidráulicos que permitirán que zarpe la embarcación, llevando consigo un mini submarino que se sumará a la búsqueda del ARA San Juan”, afirmó al periódico argentino Diego Segovia, el inspector en soldadura al mando de la cuadrilla.

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Tamara Fariñas

El minisubmarino será controlado desde el barco en su inmersión, que puede llegar hasta los 2.000 pies para la conexión y acoplamiento con el buque desaparecido. No se sabe aún a qué profundidad podría encontrarse el submarino -en el peor de los escenarios estaría a más de mil metros- pero el minisubmarino puede descender al menos 600 metros. La operación busca minimizar los riesgos: en lugar de esperar a que sea localizado el ARA San Juan y enviar después la cápsula, se va a procurar que esta esté lo más cerca posible de la posición para arrancar de inmediato las labores de rescate.

Lamentablemente, entre las familias cada vez cunde más la desesperanza. "Espero una sorpresa pero no la espero en realidad. Es contradictorio. Se va pasando de la negación al sufrimiento, del optimismo al pesimismo... hoy es todo pesimismo porque los días pasan", reconoció Luis Tagliapietra, padre de Alejandro, teniente de corbeta de 27 años.

Al igual que otros tantos seres queridos de los 44, Tagliapietra no es optimista y piensa que, en base a las explicaciones dadas por las autoridades, el suceso, que ha traspasado las fronteras argentinas y ha conmocionado al mundo, no va a dejar supervivientes. "Me concedió dos minutos el almirante González, me dio la mano y condolencias y el pésame y me habló en pasado, que mi hijo fue un gran marino y lamentaba profundamente todo lo que pasó", añadió en su relato sobre el encuentro con uno de los superiores de Alejandro.

Sin embargo, la Armada, en sus intervenciones públicas, insiste en que por cautela y hasta que no se encuentre la nave, en lo que están trabajando medios aéreos, navales y logísticos de Argentina y otros 13 países, no se pueden hacer "conjeturas" respecto a cuál puede ser el estado actual de los marineros. En medio de la incertidumbre, las noticias confusas y las subidas y bajadas de ánimo que han dejado estos nueve días, sin duda el punto de inflexión más doloroso para todos los allegados a los marineros, y en definitiva para todo el país, fue cuando la fuerza militar nombró ayer la palabra "explosión".

Según reveló la Armada, y en base a una información de la Organización del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBTO), con sede en Austria, apenas tres horas después de perder la comunicación con el sumergible, el día 15, se detectó un "evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión" cerca de donde se reportó por última vez su ubicación. Hasta el momento no se ha confirmado si esa explosión procedió de la nave.