Kirchner reaparece con un perro antiespañol

Cristina Fernández Kirchner regresa con una remodelación que abarca toda el área económica y reforzando el núcleo duro de su Gobierno. En su primera jornada de actividad tras cuarenta días de convalecencia por una neurocirugía, Fernández nombró ayer nuevo ministro de Economía a Axel Kicillof, promotor de la expropiación de YPF a Repsol, y jefe de Gabinete al gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, posible candidato para las elecciones de 2015.

La mandataria apareció por primera vez desde la intervención, el pasado 8 de octubre, en un vídeo grabado por su hija Florencia en su residencia oficial de Olivos. Distendida, con buen semblante y sin el riguroso luto que guardaba desde la muerte de su esposo, el expresidente Nestor Kirchner en 2010, Cristina no dedica mención alguna a temas políticos ni se refiere en ningún momento a posibles cambios en su equipo. Si habla, en cambio, durante unos minutos del perro “chavista” que hace unos días le regalo Adán, hermano del fallecido Hugo Chávez.

“Este es el perro que Hugo Chávez me había prometido que me iba a regalar. Es el perro nacional de Venezuela (…), una raza que fue declarada nacional en 1964, por el perro, Nevado, que acompañó a Simón Bolívar en la lucha contra los españoles. Como el perro de Máximo en Gladiator (…). Un perro que incluso los españoles metieron preso con el indio que le cuidaba”, cuenta la presidenta. La mandataria también hablade las cartas y regalos que recibió durante su convalecencia, pero mostró especialmente un pingüino de peluche gigante, animal que representa a los kirchneristas, y el cachorro blanco chavista, a quien ha bautizado como “Simón”.

¿Inflación en Argentina? “Me quiero ir, me quiero ir”

Mientras Kirchner obviaba la remodelación en su Gobierno, en una comparecencia que no estaba prevista, el portavoz presidencial, Alfredo Scoccimarro, informaba de los cambios en el Ejecutivo con una breve declaración en la que no admitió preguntas. Cambios que se mantuvieron, como es propio de la presidenta, bajo un fuerte hermetismo.

Pero lo cierto es que, tras varias discusiones, Kirchner expulsa del Banco Central a Mercedes Marcó del Pont, que será sustituida por el actual presidente del Banco Nación, Carlos Fábrega, un funcionario de perfil más técnico que tendrá que resolver rápidamente la salida de dólares.

Kicillof, quien desde hace meses acaparaba más poder que el ministro de Economía, sustituye a Hernán Lorenzino, quien se hizo popular por interrumpir una entrevista para una cadena de televisión con un insistente "me quiero ir, me quiero ir" cuando se le preguntó por la inflación de Argentina. Como compensación, será propuesto como nuevo embajador argentino ante la Unión Europea y comandará una unidad ejecutiva de reestructuración de deuda, que se creará en el ámbito del Ministerio de Economía.

Kicillof, líder del movimiento La Cámpora (una agrupación juvenil alentada y financiada por Néstor Kirchner y actualmente presidida por su hijo Máximo), fue el hombre más beligerante cuando los directivos de Repsol intentaron alcanzar un acuerdo con el Ejecutivo argentino meses antes de la expropiación del 51% de sus acciones en YPF.

Expropiación forzosa como arma política

Nunca se pone corbata y conserva intacto su aspecto deestudiante rebeldeforjado en caóticas asambleas de la UBA. Y lo que es todavía más importante. Es el autor intelectual -estamos ante uno de los economistas más sólidos de su generación- de un proceso político de indudable calado que devuelve a la Argentina al centro del debate internacional. Pero no por sus aportaciones a la ciencia económica, sino por recuperar la figura de laexpropiación forzosapara hacer política. Una estrategia suicida en mundo globalizado, pero útil a efectos de consumo interno de la política.

Por otra parte, Fernández relevó a Norberto Yauhar al frente del Ministerio de Agricultura, que ahora será liderado por Carlos Casamiquela, actual presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina.

Según sondeos privados difundidos en los últimos días, Fernández, que se encuentra en el ecuador de su segundo mandato, ha logrado mejorar su imagen tras la operación y ha logrado un nivel de aceptación de su gestión del 39,4%, siete puntos por encima de la medición de hace dos meses, según una encuesta de los consultores Federico González y Cecilia Valladares.