Europa respira: Grecia vota a favor del euro

Europa respira. Al menos por el momento. Los partidarios de que Grecia siga en el euro bajo el manto ‘protector’ de Alemania ganaron ayer claramente las elecciones. No habrá salida de la moneda única ni una ruptura abrupta del Memorando firmado por Grecia con la troika. A lo sumo se producirá una renegociación de lo pactado; pero, en ningún caso, una quiebra unilateral de los acuerdos. La campaña del miedo: O el euro o el caos, patrocinada por la UE, ha dado resultados.

Aunque desde luego no se han despejado todas las incertidumbres, lo cierto es que una más que probable coalición entre los conservadores de Nueva Democracia y los socialistas del Pasok podrá gobernar con holgura. Con el 99% del voto escrutado, Nueva Democracia alcanza el 30% de los votos -129 escaños-; mientras que el Pasok, tras su descalabro en los comicios de mayo, supera ampliamente el 12% de las papeletas y 33 diputados. Es decir, en total 162 escaños sobre un total de 300, lo que les permitirá gobernar.

Syriza, la coalición de izquierda radical, que ha planteado durante las elecciones una renegociación en profundidad del Memorando para seguir en el euro, ha continuado con su escalada electoral. Pero la subida ha sido insuficiente. Con algo más del 26% de los votos, ha logrado 71 diputados, lo que consolida a la coalición de izquierdas como segunda fuerza política del país. Mientras que en la quinta se mantienen los neonazis de Amanecer Dorado, que con el 7% de las papeletas y 18 diputados reflejan el aumento de la polarización política en Grecia.

Esta polarización, sin embargo, no ha evitado que el país vaya a seguir siendo gobernado por los viejos partidos surgidos tras la dictadura de los coroneles, precisamente, los que han llevado a país a su actual situación de la mano de las oligarquías locales.

Seguirán gobernando, pero con una importante novedad. El líder de Nueva Democracia, Antonis Samaras, planteó durante la campaña la necesidad de renegociar el Memorando -pero aceptando la austeridad fiscal- para dar una salida a Grecia y al propio euro. Y a la vista de los resultados, es más que probable que lo logre. Entre otras cosas, porque la Unión Europea, y, en particular la canciller Merkel, no pueden dejar caer al Gobierno heleno. La moneda única no podría soportar unos nuevos comicios en Grecia, y de ahí que es más que probable que Alemania -presionada en el G-20 por EEUU, Francia e Italia- afloje la soga.

“Hay que seguir en el euro”

Merkel ya ha conseguido uno de sus grandes objetivos: una gran coalición que tanto gusta a los alemanes en tiempo de crisis, y que podría incluir a los independientes de izquierdas. Ayer Samaras invitó a todas las fuerzas políticas tras ganar las elecciones a participar en un Gobierno de ‘salvación nacional’. “No hay tiempo que perder. No caben las políticas de partido", aseguró Samaras en el discurso en el que proclamó su victoria.  “El pueblo griego”, dijo, “ha votado por el camino europeo y por que sigamos en el euro”. Precisamente, el mensaje que quería oír la troika -BCE, CE y FMI-, y por eso se convocaron las elecciones.

El triunfo de los partidarios de romper amarras con la UE mediante una política económica alternativa hubiera puesto en marcha los planes de contingencia diseñados por las autoridades económicas en caso de una fuga masiva de depósitos. No los ha habido, y eso pone pone a buen recaudo los 150.000 millones de euros que hasta el momento ha puesto la UE en Grecia, como desveló Van Rompuy tras el último Consejo Europeo.

Aunque ayer los mercados de divisas europeos estaban cerrados, en Asia el euro se apreció frente al dólar, y cotizó claramente por encima de los 1,27 dólares (+0,85%). Es preliminar sacar conclusiones, pero es una señal de que el resultado ha gustado a los mercados. Si hubiera ganado Syriza o los partidos mayoritarios no pudieran formar gobierno, es probable que la moneda única hubiera sufrido las consecuencias. No ha sido así.

El nuevo Gobierno, en todo caso, tiene por delante casi todo por hacer. Lo primero intentar suavizar el calendario de reducción del déficit, y que prevé situar el desequilibrio fiscal en el 4,7% en 2012 y en el 2,2% un año más tarde, muy lejos del -9,1% alcanzado el año pasado. No sólo eso. Frente a una deuda pública actualmente situada en el 165,3% del PIB -más del doble que España- a Grecia se le exige que en 2020 el endeudamiento baje hasta el 120,5% del PIB.

Un ajuste descomunal teniendo en cuenta que el país está metido en una profunda depresión económica con una caída del PIB del 20% desde que comenzó la crisis. Y ayer el Eurogrupo ya dejó bien claro que una delegación de la troika visitará el país en cuanto se haya formado el nuevo Gobierno.