Qué son las pruebas de regularidad de coches clásicos y por qué es una experiencia tan especial

Del 21 al 28 de octubre se está celebrando la cuarta edición del Iberian Classic Raid, una prueba de regularidad para vehículos clásicos, que consta de un recorrido obligatorio de 2.000 kilómetros y una velocidad media en todo momento inferior a 50 km/h, desarrollada por caminos y carreteras abiertas al tráfico. Su funcionamiento es idéntico al Spain Classic Raid, pero mientras esta última tiene lugar en la península, la Iberian Classic Raid sale desde Valencia y llega hasta Lisboa (Portugal). Para participar en ella es necesario hacerlo con un automóvil clásico con un mínimo de 25 años desde su fabricación, pesar menos de 2.000 kilogramos y cumplir una serie de requisitos, como equipar extintor, faldillas tras los pasos de ruedas o martillo de seguridad para rotura de lunas y corte de cinturones. Además, si el vehículo no lleva neumáticos de tierra o M+S, la organización no permite la salida en determinados tramos.

Este tipo de pruebas han ganado una gran popularidad en los últimos años, y en el caso del Iberian Classic Raid, este éxito se ve palpado en las inscripciones, completas desde hace meses, con más de 150 coches inscritos, la mayoría de origen nacional, pero donde también participan portugueses, italianos, e incluso la edición pasada lo hizo un británico con un Rolls-Royce. Cada año es habitual encontrar decenas de Fiat Panda, Seat Marbella, Renault 4 o diferentes 4x4 con más de un cuarto de siglo, pero en esta edición, ha destacado un Skoda Favorit de 1994 que la propia marca checa en España se ha encargado de preparar, y con el que El Confidencial ha tenido ocasión de disputar la primera etapa que unía Valencia y Albacete durante 280 kilómetros, en su gran mayoría, por caminos de tierra. Y sí, podemos anticipar que la experiencia ha sido muy gratificante.

El propósito de Skoda, siempre vinculada al mundo de los rallyes, ha sido que la prensa pueda conocer en primera persona en qué consisten estas pruebas, tan adicta para muchos participantes, que año tras año esperan para disfrutar de sus añorados y preparados coches clásicos y de las vistas que ofrece, ya que recorre lugares recónditos de nuestro país. "Desde el inicio del raid llevo participando en él y cada año espero con ilusión la celebración de la prueba. De hecho, lo disfruto tanto que para mí forma parte de mis vacaciones", nos explica uno de los participantes entre tramo y tramo.

Y es que realmente disfrutar de lugares especiales y de la naturaleza es uno de los pretextos de la prueba, pero con un toque de competición y de picante, ya que en todas las etapas compuestas por más de 200 kilómetros, hay entre cuatro y seis tramos cronometrados. En ellas hay que cumplir la velocidad media que da la prueba, y cada etapa tiene una clasificación por puntos acumulada y una general. De este modo, el piloto se encarga de cumplir la velocidad, con la posibilidad de ayudarse con un programa que indica si se va a la velocidad adecuada, o si hay que subir o bajar el ritmo. La dificultad se encuentra en que ambos participantes van a ciegas, ya que no saben cuál es el recorrido, y pese a ir a una velocidad perfecta, 100 metros más adelante pueden encontrarse un repecho o una zona empedrada que les haga reducir la velocidad y perder esa media.

Y es que ese picante que mencionábamos se encuentra precisamente en la navegación, ya que la tarde previa cada pareja de participantes recibe un roadbook, es decir, un libro de ruta con las indicaciones de navegación, tanto en papel como en un programa digital. En nuestro caso utilizamos Rabbit. De este modo, el copiloto debe ir leyendo las señales y ver el odómetro para entender por donde se debe ir. A modo de ejemplo, en el kilómetro 8,1 puede poner desde un giro a la izquierda, un estrechamiento o que debemos seguir rectos, pero dejando a nuestra derecha un camino. De este modo, es importante ir con atención para no perderse y hacer el recorrido correcto.

De hecho, a medida que pasa la prueba, la organización introduce mayores dificultades, como una indicación con una X, en la que los participantes deben adivinar por donde ir, a ojo o mirando las roderas del suelo de otros coches, o una indicación con grados, en la que se precisa brújula. Por lo tanto, estamos ante una prueba que requiere navegación pura y dura, y podemos olvidarnos de navegador, Google Maps o Waze, ya que nadie dispone de las coordenadas ni tiene forma de conseguirlas.

Cuál es el coste de la prueba

Lo mejor de este tipo de pruebas es que no hay que ser millonario para hacerlo, pero es cierto que no hay un coste definido, ya que comprar un coche de 25 años puede costar 500, 2.000 u 8.000 euros, según el modelo y el estado del mismo, o lo que quiera pagar una persona por él. Después viene la preparación. Pero antes de ello, si tomamos como referencia el tarifario del Iberian Classic Raid, de entrada, la prueba permite participar desde un día (300 euros), la mitad del raid (desde 950 a 1.875 euros, en función de los hoteles y parkings) o hacerlo completo (desde 1.650 euros a 3.000 euros). Además, si se precisa del roadbook encuadernado en papel, tiene un coste de 60 euros el raid entero, 40€ medio raid y 15€ por etapa suelta.

Respecto a la preparación del coche, lo imprescindible es cambiar las suspensiones, neumáticos y proteger los bajos, además de revisar que toda la mecánica esté correcta, y esto puede tener un coste de 500 a 1.000 euros aproximadamente. Sin embargo, en este tipo de pruebas no hay un estándar, ya que todo depende del presupuesto y preparación que quiera hacer cada persona en él, ya que las opciones son múltiples. Es cierto que no requiere la misma preparación un Skoda Favorit que un Suzuki Samurái, es decir, un turismo que un 4x4, con más aptitudes para desenvolverse en terrenos complicados.

La transformación del Skoda Favorit

Una vez entrados en faena, hay que admitir que al ser la primera vez que participamos en una prueba así, al comienzo hay dudas sobre si será posible atravesar ciertas zonas llenas de piedras o si el coche tendrá dificultades para sobreponerlas. Sin embargo, según van pasando los kilómetros sientes como el Skoda Favorit que llevábamos estaba perfectamente preparado para la ocasión, y con cabeza, es posible pasar rápido por zonas farragosas y embarradas. De hecho, la propia organización nos explica cómo las últimas lluvias registradas en España han movido piedras y han roto muchos terrenos, un hecho que incrementa la dificultad del recorrido.

Para pasar con garantías por estas zonas (y puedo asegurar que lo hizo sin problemas), Skoda se encargó de la preparación de un Favorit de 1994 con matricula provincial de Zaragoza. Con 60.000 kilómetros en el odómetro, este coche todavía pertenece a la antigua Skoda de la República Checoslovaca, ya que el Favorit se lanzó al mercado en 1988 y estuvo hasta 1995, y el Grupo Volkswagen no adquirió la marca hasta 1991 y la República Checa no nació hasta 1993. Entre las modificaciones principales del coche se encuentran un nuevo cubrecárter y cubredepósito, nuevos amortiguadores Kayaba, bombillas LED, arco trasero y suspensión adaptada, así como un juego de seis ruedas de tierra para hacer frente a los terrenos abiertos de grava y barro característicos del raid.

Además, el coche ha sido equipado con barras antivuelco, se ha vaciado la parte trasera, se han montado semibaquets OMP, con cierto mullido que nos facilitaron las ocho horas que estuvimos al volante y nuestra espalda agradeció, y se instalaron tomas USB para poder cargar el móvil y tablet que llevábamos para la navegación y los tramos cronometrados. El resto de componentes del vehículo, desde el volante, botonería, salpicadero, cambio o freno de mano son los originales, un componente que hace más especial la prueba y la conducción. Por otro lado, se ha llevado a cabo una revisión mecánica del coche, desde bobinas, bujías, líquidos o filtros, entre otros. Además, como decíamos anteriormente, el vehículo dispone del equipamiento obligatorio exigido por la competición como son un martillo de seguridad, un extintor y faldillas traseras.

En el exterior, el Favorit ha sido vinilado con elementos decorativos originales para homenajear al coche original de rallyes y emblemas e identidad corporativa actual de la marca. De hecho, para completar esta aventura ibérica, en la última etapa celebrada el domingo 28 de octubre, tomarán los mandos "Cohete Suárez" e Iglesias Pin, que disputan la temporada 2023 del SuperCER con un Skoda Fabia RS Rally2.

Etapas del IV Iberian Classic Raid

Sábado 21 de octubre: Valencia – Albacete

Domingo 22 de octubre: Albacete – Cazorla

Lunes 23 de octubre: Cazorla – Granada

Martes 24 de octubre: Granada – Córdoba (meta mitad de raid)

Miércoles 25 de octubre: Córdoba – Sevilla

Jueves 26 de octubre: Sevilla – Islantilla (Huelva)

Viernes 27 de octubre: Islantilla – Portimao

Sábado 28 de octubre: Portimao – Lisboa