¿Qué es el e-fuel y por qué un combustible sintético será clave a partir de 2035?

Cada vez se habla más del e-fuel, también conocido como combustible sintético, y durante los próximos años apunta a tener un papel muy importante. Este tipo de combustible está considerado más limpio por varios motivos y se produce a partir de dióxido de carbono, agua y energía renovable. Podría ser clave a partir de 2035 tras la decisión de la Unión Europea, que ha llegado a un acuerdo para que sea una excepción a la limitación de coches de combustión que impondrá a partir de ese año.

Uno de los aspectos fundamentales de este tipo de combustible es que, según señalan sus impulsores, es compatible con los actuales coches que usan combustibles fósiles. Por ello, en teoría los poseedores de coches tradicionales podrían seguir usándolos después de 2035 con la condición de que utilicen e-fuel para repostar su vehículo, aunque aún existe una gran incertidumbre en muchos aspectos y ello podría implicar cambios en el motor.

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Pedro Martín

El e-fuel se nutre de energía renovable, como puede ser la solar fotovoltaica o la eólica. Usando ese tipo de energía, se utiliza un proceso conocido como hidrólisis para descomponer las moléculas de agua y así obtener hidrógeno. Este hidrógeno se combina con CO2 capturado de la atmósfera y purificado, y el resultado de ello es la generación de metanol, que es la base del e-fuel y podría definirse como una especie de gasolina sintética.

Se dice que es un "combustible neutro" porque, durante la combustión, las emisiones producidas son equivalentes al dióxido de carbono capturado anteriormente. Además, el hecho de que su producción se lleve a cabo mediante energía renovable también ayuda a reducir la contaminación. Sin embargo, tiene asimismo sus inconvenientes, ya que pese a ser neutro en CO2 sigue emitiendo otro tipo de partículas contaminantes.

El auge del e-fuel

Aunque se espera que el e-fuel sea muy importante en el futuro a medio plazo, a día de hoy su producción es aún muy limitada debido a sus altos costes de producción y a que el marco legislativo no es lo suficientemente favorable. Las previsiones indican que en 2025 podría representar tan solo el 4% de cada litro de gasolina repostada. Sin embargo, las predicciones apuntan a un crecimiento muy rápido, y señalan que en 2035 ya sería del 42%, con el objetivo de llegar al 80% en 2040 y al 100% en 2050.

No es casualidad que se prevea ese enorme auge en los cinco años posteriores a 2035. Será entonces cuando entre en vigor la prohibición de la combustión tradicional, y quienes no dispongan de coches eléctricos tendrán que optar por esta alternativa más ecológica. El acuerdo para fijar esta excepción se ha fraguado recientemente en el seno de la Unión Europea y ha sido motivado por el desbloqueo de Alemania, que se resistía a que los coches de combustión desaparecieran por completo y había propuesto el e-fuel como la solución para que puedan seguir utilizándose sin que resulten tan contaminantes.

Alemania ha sido la principal impulsora para acordar la excepción del e-fuel

Pero, aunque está claro que el e-fuel es mucho menos contaminante que los combustibles fósiles y que es neutro en CO2, hay quienes no están de acuerdo en que vaya a poder usarse después de 2035, y creen que también debería prohibirse porque no se deshace de otro tipo de efectos contaminantes, como sí lo hacen los coches eléctricos. En concreto, señalan que el e-fuel emite dos elementos considerados como nocivos: NOx, óxidos de nitrógeno que generan un gas tóxico, irritante y que da forma a partículas de nitrato; y PMx, unas partículas que también tienen un efecto directo sobre nuestro sistema respiratorio.