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¿Una burbuja bursátil de inteligencia artificial? No tan rápido: el caso de las Nifty Fifty
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¿Una burbuja bursátil de inteligencia artificial? No tan rápido: el caso de las Nifty Fifty

¿Está explotando una burbuja de inteligencia artificial? Probablemente no, pero el 'rally' sigue teniendo su riesgo

Foto: Foto: Reuters/Florence Lo.
Foto: Reuters/Florence Lo.
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Nvidia se ha convertido en el líder indiscutible de un mercado bursátil impulsado por las esperanzas de la IA. Las valoraciones son elevadas tanto para el fabricante de chips estadounidense como para los gigantes tecnológicos que compran sus productos para entrenar sus modelos de IA, un grupo apodado los Siete Magníficos. Algunos inversores temen que se esté inflando una burbuja.

Los famosos Nifty Fifty de los años setenta son una guía de las esperanzas y temores actuales. También eran poderosas empresas de primer orden con valoraciones extravagantes. Si acabaron justificándolas sigue siendo objeto de debate. En un famoso artículo de 1998, el profesor de la Wharton School Jeremy Siegel argumentaba que sí. Demostró que una cartera que los contuviera a todos tendría un rendimiento total inferior al de las acciones estadounidenses en general, pero por un margen minúsculo y solo en relación con el pico del mercado en diciembre de 1972.

Cuatro años más tarde, Jeff Fesenmaier y Gary Smith, del Pomona College, rebatieron esta afirmación. Como nunca hubo una lista oficial de los Nifty Fifty, Siegel incluyó muchos valores, como Philip Morris y General Electric, que tenían relaciones precio-beneficio inferiores a 25. Definidos como los 50 valores más caros, los resultados del Nifty Fifty habrían sido muy inferiores.

Algunos valores aparecen en ambas listas, y formaron un grupo que Fesenmaier y Smith bautizaron como los Terrific 24 (24 geniales). Si los inversores hubieran repartido 1.000 dólares a partes iguales entre ellos en diciembre de 1972, ahora tendrían 95.000 dólares en el banco, tras un rendimiento especialmente pésimo desde la pandemia. Si, en cambio, hubieran comprado el índice S&P Composite 1500, tendrían 185.000 dólares. Solo cuatro empresas de la lista McDonald's, Eli Lilly, Merck y Texas Instruments— han superado al mercado durante este periodo.

Foto: Oposiciones de Enfermería del Sergas. (Europa Press/Archivo/Álvaro Ballesteros)

Sin embargo, Siegel tenía razón. En los 51 años transcurridos desde diciembre de 1972, solo cuatro de las Terrific 24 han quebrado. Dos de ellas, Polaroid y Eastman Kodak, cayeron por el mismo acontecimiento: el declive de la fotografía analógica. De las 12 que siguen siendo empresas independientes, todas siguen contando como grandes blue chips, con las discutibles excepciones de Xerox e IFF.

Sin duda, la mayoría de los grandes valores de 1972 tienen un recibimiento más frío en el mercado actual, que favorece a las empresas de la nueva economía. Pero la resistencia de estas grandes empresas sigue siendo impresionante.

Contrasta con el repunte de las puntocom de finales de los noventa, en el que hubo una miríada de empresas de la economía puntocom con pérdidas. Algunas prosperaron, como Amazon.com, eBay y Booking.com. Otras sobrevivieron en la oscuridad, como Ask Jeeves, adquirida por IAC. Sin embargo, la mayoría de los 70 grandes valores de Internet que se dispararon en 1999 desaparecieron por completo.

Contrasta con el repunte de las 'puntocom' de finales de los noventa, en que hubo una miríada de empresas de la economía 'puntocom' con pérdidas

O la manía de los cheques en blanco de 2021, las Spacs —vehículos de inversión donde los accionistas depositaban su dinero a la espera de que el gestor eligiera una oportunidad de inversión—. En algunos casos, las startups con pocos ingresos que salieron a bolsa —fabricantes de taxis aéreos, por ejemplo— querían aplicar una tecnología que aún no existía a un mercado que aún no existía. El índice De-Spac de Solactive, que mide el rendimiento de estos vehículos, ha bajado un 90% desde su máximo. Por supuesto, es importante no sobrevalorar el potencial de beneficios de las empresas consolidadas. Incluso dentro del Terrific 24, la elección de los cinco valores más baratos dio lugar a resultados mucho mejores: 1.000 dólares se habrían convertido en 248.000 dólares.

Pero apostar por una empresa consolidada es una táctica distinta a la de especular sobre la existencia (o no) de un negocio, sea este el de los camiones de hidrógeno en la actualidad, las ventas online de comida para mascotas a principios de la década de dos mil o los beneficios del monopolio de la Compañía Británica de los Mares del Sur en el siglo XVIII. Este es el verdadero significado de una burbuja: si estalla, lo pierdes todo.

El repunte de la IA puede generar recelos porque la magnitud de la aplicación comercial de los modelos lingüísticos sigue siendo una incógnita

El repunte de la IA puede generar recelos porque la magnitud de la aplicación comercial de los grandes modelos lingüísticos sigue siendo una incógnita. El capital riesgo se dirige ahora en masa a una panoplia de nuevas empresas, la mayoría de las cuales sin duda fracasarán. Pero es difícil ver una verdadera burbuja en el mercado bursátil. Por un lado, las ofertas públicas de acciones siguen siendo modestas. Además, es casi seguro que las empresas de software de primer orden, como Alphabet, que ya están invirtiendo masivamente en chips, tengan interés en mejorar las interfaces de usuario mediante IA generativa. Las ventas de Nvidia se triplicaron con creces en el cuarto trimestre de 2023 con respecto al año anterior. Esta es la razón por la que la relación precio/beneficios de la acción es de 31, por debajo de la media reciente. Y ello a pesar de que ha subido un 240% en un año.

El caso de Cisco ilustra dónde reside el verdadero riesgo. Aunque su relación precio/beneficios de 126 en el año 2000 era claramente exagerada, gran parte del problema acabó siendo la volatilidad de los beneficios. El problema no era estar en una burbuja, sino vender equipos de red a empresas que sí lo estaban.

Cuando terminó la fiebre digital, que dejó el mercado sobreabastecido de sus productos, el crecimiento de los beneficios de Cisco se redujo repentinamente a la mitad. Desde entonces, los inversores la valoran como una empresa de hardware poco interesante, y sus acciones aún están lejos de sus máximos. Este es el escenario que debería preocupar a Nvidia y a otras empresas de chips, como AMD, Arm y ASML. A su favor tienen una base de clientes mucho más fiable desde el punto de vista financiero que la que tenía Cisco en 2000. Cuando se trata de valores de primera fila, el término burbuja es un término inapropiado, incluso si se están gastando vastas sumas de dinero para preparar un negocio con perspectivas muy inciertas. ¿Cómo deberíamos llamar a este mercado? Esta pregunta aún no tiene respuesta.

Nvidia se ha convertido en el líder indiscutible de un mercado bursátil impulsado por las esperanzas de la IA. Las valoraciones son elevadas tanto para el fabricante de chips estadounidense como para los gigantes tecnológicos que compran sus productos para entrenar sus modelos de IA, un grupo apodado los Siete Magníficos. Algunos inversores temen que se esté inflando una burbuja.

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