Los bancos centrales podrían haber conseguido por fin enfriar la economía mundial

La actividad empresarial en Europa se desaceleró bruscamente en junio al debilitarse la demanda de servicios, que antes era fuerte, lo que indica que el aumento de los costes de los préstamos podría estar enfriando finalmente la economía mundial.

Las encuestas también apuntaron a una disminución de las presiones inflacionistas, ya que las empresas informaron de una ralentización de sus costes, así como de los precios que cobran a sus clientes. Esta combinación de enfriamiento de la demanda y los precios será una buena noticia para los bancos centrales, que se han visto frustrados por unas tasas de inflación que se han mantenido altas durante más tiempo del previsto.

El crecimiento económico mundial repuntó en los tres primeros meses de este año, impulsado por el levantamiento de las restricciones de Covid-19 por parte de China, y a pesar de la contracción en la eurozona. Esta resistencia ha sorprendido a los bancos centrales y ha dificultado el control de la inflación.

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Sin embargo, las encuestas de directores de compras publicadas el viernes por la empresa de datos S&P Global apuntaron a una ralentización mayor de lo esperado en la eurozona, Japón y Australia. En particular, la actividad en el sector servicios, antes fuerte, creció más lentamente que en meses anteriores, mientras que la actividad manufacturera siguió siendo débil.

La actividad empresarial también se enfrió en Estados Unidos, pero de forma menos drástica que en otras partes del mundo. Las empresas de servicios estadounidenses registraron una modesta ralentización del crecimiento en junio, mientras que la actividad manufacturera volvió a contraerse debido a la escasez de pedidos, según las encuestas de S&P Global.

El índice compuesto de gestoras de compras de EEUU (PMI, por sus siglas en inglés), que mide la actividad en los sectores manufacturero y de servicios, bajó a 53 en junio, frente a los 54,3 del mes anterior. Una lectura por encima de 50 indica que la actividad está aumentando, mientras que una lectura por debajo apunta a un descenso de la actividad. El PMI compuesto de la eurozona cayó a 50,3 en junio, registrando apenas crecimiento, frente al 52,8 del mes anterior.

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"Esto sugiere que el impulso de reapertura de la actividad de los servicios está en las últimas por el momento, lo que se suma a la atonía del entorno económico en el que nos encontramos", interpretó Bert Colijn, economista de ING. "Cada vez es más probable otro trimestre de crecimiento negativo". La desaceleración de junio fue especialmente acusada en Francia, donde las encuestas apuntaron a un descenso de la actividad por primer mes desde enero.

La economía de la eurozona se contrajo ligeramente en los tres primeros meses de este año y en los tres últimos de 2022, cumpliendo la definición europea de recesión ampliamente utilizada. Las encuestas sugieren que la economía podría no haber salido de la recesión este trimestre, o crecer sólo ligeramente si lo ha hecho.

A pesar de esta debilidad, el Banco Central Europeo subió la semana pasada su tipo de interés oficial, tras aumentar sus previsiones de inflación para los próximos años. También declaró que es casi seguro que vuelva a hacerlo en su reunión de julio. "No estamos pensando en hacer una pausa", declaró a la prensa Christine Lagarde, presidenta del BCE.

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La tasa anual de inflación de la eurozona cayó al 6,1% en mayo desde el 7% de abril, manteniéndose muy por encima de la tasa de inflación de Estados Unidos y del objetivo del 2% del BCE. Las encuestas de gestores de compras apuntaron a una mayor relajación de las presiones sobre los precios en junio, con las empresas informando de que sus costes aumentaron al ritmo más lento desde diciembre de 2020, mientras que los precios que cobran subieron al ritmo más lento en 27 meses.

Encuestas independientes para el Reino Unido también apuntaron a una ralentización, pero sugirieron que la economía siguió creciendo durante este trimestre. Las señales de un giro en la economía mundial se producen cuando los bancos centrales han dejado claro que su prolongada serie de subidas de tipos está lejos de haber terminado.

El jueves, el Banco de Inglaterra subió medio punto porcentual su principal tipo de interés y dijo que podría aumentar aún más los costes de los préstamos en las próximas reuniones. El mismo día, los bancos centrales de Suiza, Noruega y Turquía también subieron sus tipos de interés oficiales, mientras que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, expresó que el banco central probablemente volvería a subir los tipos en los próximos meses.

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"Esta semana se ha caracterizado por los bancos centrales de línea dura, con un claro cambio de tono de la Fed, y el Banco de Inglaterra ha dado más de lo esperado", dijo Mohit Kumar, economista de Jefferies.

La actividad del sector servicios se ha fortalecido en todo el mundo en lo que va de año, ya que la eliminación de las persistentes restricciones por el Covid-19 ha dado a los consumidores la oportunidad de hacer todas las cosas que no podían hacer durante los años de la pandemia, incluidos los viajes al extranjero. Pero la ralentización del sector en junio no se limitó a Europa, donde el aumento de los precios de los alimentos y la energía ha afectado duramente a los presupuestos familiares. Según las encuestas, los proveedores de servicios también vieron una ralentización de la demanda en Australia y Japón.

-Con la contribución de Harriet Torry.

*Contenido con licencia de “The Wall Street Journal”