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¿El virus controlado? La pandemia se cobra su venganza en Australia o Japón
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¿El virus controlado? La pandemia se cobra su venganza en Australia o Japón

Hong Kong, Japón y Australia están sufriendo nuevas oleadas de contagios tras relajar las restricciones por el covid-19 cuando pensaban que tenía la expansión del virus bajo control

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Australia registró solo un puñado de nuevos casos de coronavirus a principios de junio, mientras que Hong Kong estuvo tres semanas sin un solo contagio de transmisión comunitaria en todo el mes. Japón ya había levantado el estado de emergencia en mayo después de que el número de nuevos contagios cayera a pocas decenas en todo el país.

Los tres informaron la semana pasada de cotas máximas en el número de contagios diario, mostrando lo difícil que puede resultar contener el virus, incluso en lugares aclamados por actuar de forma temprana y decisiva.

El número de infectados en los tres lugares es todavía pequeño en comparación con los países más afectados del mundo, pero las nuevas oleadas demuestran los malabarismos que las autoridades tienen que hacer al intentar reabrir su economía.

Un tropiezo puede acabar rápidamente con los logros de semanas de confinamiento, y los expertos de salud pública dicen que, en una pandemia larga, es inevitable que las restricciones de distanciamiento social provoquen cierta indulgencia y cansancio.

En Australia, el estado sudoriental de Victoria registró 484 nuevos contagios el 22 de julio, eclipsando al máximo nacional alcanzado en marzo. El lunes, los contagios diarios del país habían ascendido a 532 -con la mayoría de ellos en la capital, Melbourne-.

"Solo registramos dos casos el 9 de junio, hace menos de seis semanas, y esto muestra lo rápido que pueden aparecer los brotes y expandirse", declara Michael Kidd, subdirector médico de Australia. Victoria ha acumulado 7.000 nuevos casos desde esa fecha.

Foto: Gente en una playa de Sídney. (EFE)

El jefe de Sanidad del estado, Brett Sutton, ha dicho este mes que la mayoría de los casos podrían haberse debido a miembros de personal que no se hayan ceñido a los procedimientos de control de contagios en los hoteles al acomodar a viajeros que volvían del extranjero. Desde entonces, los núcleos de contagio se han expandido en colegios, edificios de vivienda pública y residencias de ancianos.

"Claramente ha habido un fallo en la aplicación del programa", declaró el 'premier' Daniel Andrews el 30 de junio. Las autoridades no han aclarado cuál fue el tipo de violaciones del protocolo, pero ahora son objeto de una investigación judicial.

Melbourne, la segunda ciudad más poblada de Australia, se encuentra casi a la mitad de un confinamiento de seis semanas. Es obligatorio llevar mascarilla o cubrirse la cara cuando se sale a la calle para actividades esenciales -pero los casos diarios se siguen contando por cientos y creciendo-.

placeholder Un hombre camina ante un anuncio que pide llevar mascarilla en Melbourne. (Reuters)
Un hombre camina ante un anuncio que pide llevar mascarilla en Melbourne. (Reuters)

"Estábamos tan cerca de haberlo eliminado en toda Australia", dice Adrian Esterman, profesor de Bioestadística en la Universidad del Sur de Australia. "Estábamos a un paso de hacerlo, y pasa esto". Advierte que, si los casos diarios se mantienen en los niveles actuales, pronto será insostenible controlar los contagios para los equipos de rastreo de contactos.

Japón ha vivido un rebrote parecido. La media de siete días para casos diarios en Tokio se ha más que cuadruplicado este mes, llegando a 258 a fecha del domingo. En todo Japón, se registró un récord de 981 casos el jueves. El gobierno ha procedido de nuevo a asegurar habitaciones de hotel para poner en cuarentena a los infectados tras liberar la mayoría de camas que había previamente reservadas.

Los oficiales dicen que muchos de los nuevos casos son de gente joven vinculada a distritos de ocio nocturno y que un aumento de fiestas y reuniones en general ha contribuido a la propagación.

Foto: Una mujer en kimono, en Kioto, Japón. (EFE)

La semana pasada, el gobierno de Japón siguió adelante con una campaña de 10.000 millones de dólares en descuentos para promover el turismo doméstico -lanzándola antes de lo planeado, pero ahora excluyendo viajes hacia y desde el duramente afectado Tokio.

Al preguntarle sobre la segunda ola, un portavoz del primer ministro, Shinzo Abe, se refirió a una declaración del miércoles en la que defendió el balance del gobierno entre la reapertura económica y la prevención del virus.

Abe declaró que "la situación es notablemente diferente de lo que vimos bajo el estado de emergencia en abril" porque la mayoría de los nuevos casos afectan a gente joven y los hospitales no están colapsados. Añadió que el gobierno "mantendría una supervisión adecuada contra la propagación de los contagios" mientras reabre gradualmente la economía.

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El aeropuerto de Haneda, en Tokio, desierto. (Reuters)

Enfrentándose a la posibilidad de una recesión prolongada tras un año de protestas antigubernamentales seguidas por la pandemia, el gobierno de Hong Kong ha entregado a cada adulto residente 1.290 dólares para alentar a la gente a que gaste y reviva la economía golpeada por la recesión.

El 16 de junio, las autoridades municipales relajaron las restricciones en las reuniones en casas, restaurantes y gimnasios. Los nuevos contagios comunitarios se detuvieron -hasta el 5 de julio-. Desde entonces, Hong Kong ha acumulado más de 1.300 nuevos casos, el 87% de ellos de transmisión comunitaria. A los pocos días de que las ayudas en efectivo llegasen a los residentes, nuevas medidas de distancia social provocaron nuevos cierres o restricciones en gimnasios, bares y restaurantes.

Expertos epidemiólogos locales dicen que creen que los tropiezos del gobierno, como las exenciones de algunas llegadas internacionales -incluidos pilotos, tripulación de aerolíneas y de cargueros- de hacerse el test o de pasar la cuarentena obligatoria de 14 días, han sido factores de la última ola del coronavirus. La ciudad contuvo un brote inicial traído por visitantes de Wuhan, China, a finales de enero, y después una segunda ola en marzo cuando turistas y estudiantes volvieron del extranjero.

Foto: Hong Kong. (Reuters)

Hong Kong ha endurecido las normas tras el último brote -desde el 29 de julio, los turistas de EEUU se añadirán a la lista de países de alto riesgo, y tendrán que dar negativo antes de volar y aportar una prueba de que han reservado un hotel para su cuarentena antes de subirse a su vuelo-.

"El problema es que tenemos a muchas personas exentas", dice el Dr. Leung Chi-chiu, presidente del comité asesor sobre enfermedades contagiosas de la Hong Kong Medical Association. Entre abril y mediados de julio, al menos 161.000 llegadas a Hong Kong estuvieron exentas de realizarse un test y tener que hacer cuarentena, según cifras oficiales.

placeholder Una persona espera al autobús en Hong Kong. (Reuters)
Una persona espera al autobús en Hong Kong. (Reuters)

Las autoridades sanitarias de la ciudad han identificado varios núcleos recientes vinculados a al menos nueve taxistas y sus familiares, y gente que ha ido a los mismos restaurantes. Seis tripulantes de seis cargueros diferentes en las aguas de Hong Kong han dado positivo, mientras que empleados de aerolíneas también han dado positivo desde el 8 de julio, cuando se les empezó a realizar test obligatorios.

El domingo, Hong Kong declaró que empezaría a prohibir que los buques de pasajeros y de carga reemplacen su tripulación, excepto aquellos que descargan mercancía en la ciudad.

El cansancio del confinamiento también ha contribuido, dice el experto en enfermedades infecciosas Joseph Tsang Kay-yan, ya que los ciudadanos han vivido bajo restricciones de distancia social durante más de seis meses.

Foto: Personal especializado lidia contra el brote de coronavirus en Melbourne. (EFE)

La mayoría de Australia ha experimentado largos intervalos sin contagios por transmisión comunitaria. Según expertos en salud pública, la velocidad relativa a la que se contuvo el brote inicial y la baja tasa de mortalidad pueden haber contribuido a un sentimiento de autocomplacencia para cuando llegó la segunda ola, a pesar de advertencias constantes del gobierno.

Andrews, Premier de Victoria, declaró la semana pasada que una muestra del brote de este mes mostraba que cerca del 90 % de las personas no se aislaron desde que mostraban síntomas hasta que se hacían un 'test'. Incluso después de hacerse el 'test', añade, más de la mitad no se confinaron mientras esperaban sus resultados.

"Hacer como que ya se ha terminado porque todos queremos que se termine no es la respuesta", afirma. "Es, de hecho, parte del problema".

Australia registró solo un puñado de nuevos casos de coronavirus a principios de junio, mientras que Hong Kong estuvo tres semanas sin un solo contagio de transmisión comunitaria en todo el mes. Japón ya había levantado el estado de emergencia en mayo después de que el número de nuevos contagios cayera a pocas decenas en todo el país.

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