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Consenso en el sector financiero español: “Habrá que intervenir alguna entidad”
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TRAS ACABARSE EL COLCHÓN DE LAS PROVISIONES

Consenso en el sector financiero español: “Habrá que intervenir alguna entidad”

Jornadas financieras en Madrid. La crisis no impide que esta cita anual organizada por el diario económico The Wall Street Journal y el Foro de la Nueva

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Consenso en el sector financiero español: “Habrá que intervenir alguna entidad”

Jornadas financieras en Madrid. La crisis no impide que esta cita anual organizada por el diario económico The Wall Street Journal y el Foro de la Nueva Economía siga celebrándose en el Hotel Ritz de Madrid. Participan muchos de los invitados de años pasados, pero con caras muy distintas. Los discursos también han cambiado. Pintan bastos para todos, también para el sistema financiero español, que durante el año y medio de crisis internacional ha conseguido salvar los números… de momento.

 

El primero en romper el fuego fue el presidente de la AEB, Miguel Martín, ex subgobernador del Banco de España bajo el mandato de Luis Ángel Rojo. Aunque los adjetivos empleados a lo largo de la mañana dependieron del ponente, Martín utilizó un símil bastante esclarecedor. El sistema bancario español es un “árbol sólido” que goza de buena salud, aunque “puede necesitar que se pode o que alguna rama seca se sanee”. Un guiño a la necesidad de actuaciones extraordinarias que repitió el resto de participantes.  

Martín quitó hierro a la posibilidad de que el Gobierno entre en el capital de alguna entidad. Lo importante, en su opinión, es no crear medidas ad hoc. “Desconfío de las genialidades”. Lo importante es que funcione el sistema y se mejore la asignación de recursos. Por el momento, las primeras inyecciones de capital las están recibiendo de sus propios resultados, de manera que mientras haya beneficios no hay por qué manejar otras alternativas, como si ha sido necesario en otros países con sus entidades financieras.

Presente José Luis Malo de Molina, director general del Servicio de Estudio del Banco de España, todos los ponentes se deshicieron en elogios para con el órgano supervisor. Los halagos fueron para su política conservadora y la imposición del sistema de provisiones genéricas, una medida anticíclica que se erige en la principal explicación por la que ningún banco o caja español ha sucumbido todavía ante los efectos de la crisis internacional. Sin embargo, esta despensa puede acabarse a lo largo de 2009.

El principal problema del sistema financiero local tiene forma de ladrillo. El aumento de la morosidad y el crecimiento nulo o negativo de la actividad económica provocará una reducción sustancial de los beneficios o incluso pérdidas para este mismo año, como recordó Enrique Casanueva, responsable de JP Morgan en España y Portugal. Un escenario que obligará a que algunas cajas y bancos domésticos necesiten inyecciones para mantener los niveles mínimos de solvencia: habrá que ampliar capital, fusionar o incluso desaparecer.

Antes de que Pedro Solbes acudiera al almuerzo, los salones del Ritz recibieron a varios de los primeros ejecutivos de la banca nacional: Enrique García Candelas (Santander), Juan Asúa (BBVA), Ernesto Rey (Popular), Juan Delibes (Banesto) y Alfonso Zapata (ING Direct). Cada uno de ellos defendió las bondades de su casa y la necesidad de una vuelta a los orígenes en el modelo de banca, un back to the basics donde las entidades españolas se desenvuelven con soltura por su consolidada cultura de banca comercial.

Absorbidas... o intervenidas

Con el mismo mensaje, pero con distinto tono, el vicepresidente segundo del Gobierno advirtió que las entidades financieras que sean “incapaces de mantener su solvencia” deben ser “absorbidas” por otras o en su defecto “intervenidas”. La “normalidad” volverá al sistema financiero cuando “no exista duda de la solvencia de las entidades que continúan activas”. Hasta ahora sólo ha sido necesario intervenir para mitigar los problemas de liquidez. Para la segunda fase de actuación que se avecina, el sector público debe apoyar sólo a las entidades viables.

Sin estar presente en Madrid, Francisco González, presidente del BBVA, compartió el mismo discurso que se repitió entre ponentes y asistentes. Desde Alabama, donde celebra por primera vez un consejo de administración del banco, ofreció su visión de cómo atajar la crisis y sus consecuencias en el sector financiero español. Y su receta no es milagrosa: la reestructuración de entidades debe hacerse siguiendo el modelo que se adoptó en España tras la intervención de Banesto.

En su opinión, la institución que de muestras de debilidad extrema pasaría a la tutela del Estado, con cese de sus directivos y reducción de la participación de los accionistas. La dirección del banco se encargaría a un nuevo equipo, que reestructuraría el negocio separando los activos buenos de los tóxicos. Los malos se pondrían en cuarentena bajo gestión pública, con el fin de recuperar todo el valor posible para los contribuyentes. Una vez saneada, la entidad se privatizaría mediante subasta.

Jornadas financieras en Madrid. La crisis no impide que esta cita anual organizada por el diario económico The Wall Street Journal y el Foro de la Nueva Economía siga celebrándose en el Hotel Ritz de Madrid. Participan muchos de los invitados de años pasados, pero con caras muy distintas. Los discursos también han cambiado. Pintan bastos para todos, también para el sistema financiero español, que durante el año y medio de crisis internacional ha conseguido salvar los números… de momento.

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