La cúpula de CEOE se da una tregua y limita su pugna al debate económico

Estaban inquietos ayer Gerardo Díaz Ferrán y los vicepresidentes de CEOE que le son próximos antes del Comité Ejecutivo en el que la cúpula de la organización tenía previsto analizar un informe del responsable de política económica de la patronal, José Luis Feito, que será el embrión de las medidas económicas que CEOE trasladará a Gobierno y sindicatos para afrontar la crisis económica.

“Hay cierta tensión”, admitían a primera hora personas del entorno de Díaz Ferrán. El ruido de sables se escuchaba desde hace días y tenía su origen en lo que parte de la organización observa como un discurso demasiado complaciente del presidente frente al Gobierno. Un sentimiento que se habría agudizado por los elogios lanzados por Díaz Ferrán al vicepresidente Pedro Solbes, coincidiendo con la visita por el Golfo Pérsico abanderada por el Rey y en la que participó una delegación de CEOE.

Las personas cercanas a Díaz Ferrán, que en sus últimas declaraciones públicas ha dado por zanjadas sus diferencias con el secretario general de la organización, Juan Jiménez Aguilar, no dudan en admitir, algo resignados, que CEOE “es una organización muy complicada”. Además de la brecha abierta con Jiménez Aguilar, que acompañó durante más de dos décadas a José María Cuevas al frente de la organización, ha habido otras que han tocado al presidente de Cepyme, Jesús Bárcenas, o al presidente de la Confederación Andaluza de Empresarios, Santiago Herrero, que disputó la presidencia. “Está claro que hay formas distintas de concebir la organización, pero también hay mucho de choque de egos”, advertían ayer fuentes conocedoras de la organización y, sobre todo, de la relación entre Díaz Ferrán y Jiménez Aguilar.

Una reunión “impecable”

Pero tras los nervios iniciales ayer todos decidieron darse una tregua. “Lo cierto es que ha sido una reunión impecable, no sólo no ha habido roces sino que ha sido una de las mejores del Comité Ejecutivo. Se ha mantenido la discusión en el terreno de lo técnico”, aseguraron personas que asistieron al encuentro. Lo que no quitó para que cada uno de los presentes intentara dejar su sello en el documento, lo que hizo que intervinieran la mayoría de los 35 convocados (el presidente, 14 vicepresidentes y los vocales que representan a las principales organizaciones territoriales y sectoriales). El calendario marca que en los próximos días los servicios económicos rehagan el borrador presentado por Feito, incorporando las diferentes aportaciones. La Junta Directiva lo aprobará a mediados de junio.

“Más allá de alguna corrección en el texto, no ha habido choques significativos”, coincidían otras fuentes. No sorprendió a nadie, en cualquier caso, el diagnóstico del responsable de política económica de la patronal, bastante sombrío. “Nada que no estemos viendo todos los días –apunta uno de los presentes-. El propio Banco de España ya planteó ayer que la desaceleración económica es profunda, y va a seguir al menos hasta 2009. Y eso es lo que pone de manifiesto en informe. Lo vamos a ver en las cifras de los Presupuestos Generales del Estado que se presentarán en unas semanas”.

Austeridad en el gasto

En esta línea se movió Feito, marcando una línea clave de política económica: la necesidad de ser austeros en el gasto público. Esa sería la premisa para poder abrir el debate sobre la reforma del Impuesto de Sociedades, un tributo que –según expone el documento- no sólo recae en las empresas, sino en los trabajadores vía menor inversión y empleo. Todo dentro de un escenario histórico donde los países no pueden manejar la política monetaria y en el que se hace imprescindible controlar los costes de producción. Del mismo modo, Feito hizo hincapié en la reforma del sistema de la Seguridad Social, que debe avanzar en la contributividad (la relación entre lo que los ciudadanos contribuyen al sistema y lo que esperan recibir).