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Capital emiratí en Naturgy (+3%): una operación en manos del Gobierno y la duda del 'free float'
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La duda del 'free float'

Capital emiratí en Naturgy (+3%): una operación en manos del Gobierno y la duda del 'free float'

Las turbulencias se aceleraron tras la entrada en el capital del fondo australiano IFM, pero de fondo subyace el bloqueo 'de facto' de CVC y GIP, que buscan una solución viable

Foto: La sede de Naturgy. (EC)
La sede de Naturgy. (EC)
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El hecho de que Criteria Caixa esté negociando con un inversor emiratí el traspaso del 40% de las acciones de Naturgy, ahora en manos de los fondos CVC y GIP, añade otro episodio a una historia de tensiones y desencuentros en el capital de la compañía gasista que se remontan varios años atrás. Algo que ha animado su cotización, puesto que este martes ha subido un 3,36% en bolsa —llegó a repuntar más de 7% en bolsa— y escapa a las caídas del Ibex 35.

El holding, en una información remitida este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ha confirmado que "mantiene conversaciones con un potencial grupo inversor que ha manifestado estar en contacto con algunos de los accionistas de referencia de Naturgy e interesado en alcanzar un potencial acuerdo de socios con Criteria". Así, las conversaciones se encuentran en un estadio preliminar y "Criteria no es parte en las conversaciones de dicho tercero con el resto de accionistas de Naturgy".

Las turbulencias se aceleraron tras la entrada en el capital del fondo australiano IFM, pero de fondo subyace el bloqueo de facto de CVC y GIP, que llevan una temporada tratando de salir del capital sin encontrar una solución viable.

Se trata, en cualquier caso, de otra demostración de fuerza del holding inversor catalán, que posee el 27% de la operadora, en un patio accionarial que lleva varios trimestres muy revuelto. Hay cinco consideraciones a tener en cuenta.

Foto: Sede de Naturgy en Madrid. (Reuters/Sergio Pérez)

1) Ventana para los fondos, pero no se arregla el free float. Se trata de un problema enquistado desde que el Gobierno vetó la operación Géminis, un plan para partir en dos la compañía (negocio regulado y no regulado) para dejar que los dos fondos hiciesen caja. Esta operación emiratí tutelada por Criteria permitiría a GIP y CVC, que llevan seis y ocho años respectivamente en el capital, vender sus participaciones cercanas al 20% cada una, pero no arregla el problema del free float de Naturgy, ahora mismo por debajo del 10%. Si se traspasa un 40% de las acciones de unos inversores institucionales con vocación de permanencia a otros, la liquidez no mejora. Y ese es un factor clave ahora mismo. El escaso capital flotante de Naturgy ha excluido el valor de los índices MSCI, a los que está vinculada una parte muy significativa de la inversión indexada, y esto ha acelerado la caída del precio de la acción, desde el entorno de los 27 euros a los 21 actuales.

2) El Gobierno tiene todas las palancas para tumbar o ejecutar la decisión. La capacidad del Ejecutivo de desactivar o activar la operación va mucho más allá del clásico control que este tiene sobre las compañías de mercados tan regulados que una sola frase en el Boletín Oficial del Estado puede desconfigurarte la cuenta de resultados. Aquí hay varias palancas que la Moncloa puede activar a voluntad: el hecho de que el comprador del 40% sea extranjero obliga a que pida permiso a la Junta de Inversiones Exteriores, que, amparándose en el escudo antiopas aprobado durante la pandemia —pero vigente al menos hasta diciembre de este año—, podría vetar la operación. Pero, además, uno de los fondos, GIP, está en pleno proceso de ser adquirido por BlackRock, lo que, en opinión del Gobierno, supone un cambio de titularidad en el dueño último de más del 20% de Naturgy. Esto, según esta línea de pensamiento, obligaría a la gestora de fondos a pedir permiso a la Moncloa. Más difusa es la capacidad de influencia en CVC, pero ahora mismo la Agencia Tributaria tiene un expediente abierto contra la firma.

3) El factor opa. Cualquier solución que suponga que un solo inversor controle más del 30% de la compañía obligaría a lanzar una opa por el 100%, con el riesgo de exclusión de bolsa. Y esto es un resultado colateral no deseado por CriteriaCaixa. Habría que buscar soluciones creativas, como que CVC y GIP retengan una parte de sus acciones y luego traten de ejecutarlas por su cuenta, bien a mercado, poco a poco, o con colocaciones privadas.

Foto: Isidro Fainé, presidente de Criteria. (Cedida)

4) IFM, en fuera de juego. El fondo de pensiones australiano, que aseguró entrar con perfil bajo y vocación de permanencia, está de momento fuera de la ecuación en esta operación de Caixa. A esto se suma que ya en la junta general de accionistas de hace dos semanas se quedó en fuera de juego tras abstenerse en el orden que pedía opinión sobre la remuneración de la cúpula. Criteria, que llevaba tres años cuestionando la política de salarios de Naturgy, cambió de posición y la aprobó.

5) La complicada españolidad de Naturgy. El objetivo de mantener el capital de la compañía gasista en el área de influencia española va a requerir de un trabajo de orfebrería de Isidro Fainé, presidente de CriteriaCaixa. Las participaciones del nuevo inversor y las del holding inversor deberían ser bastante parecidas, lo que obligaría a renunciar a una parte del 40% en manos de CVC y GIP, y luego firmar una serie de condiciones y compromisos con la Moncloa, como las que firmó IFM cuando entró en el capital.

El hecho de que Criteria Caixa esté negociando con un inversor emiratí el traspaso del 40% de las acciones de Naturgy, ahora en manos de los fondos CVC y GIP, añade otro episodio a una historia de tensiones y desencuentros en el capital de la compañía gasista que se remontan varios años atrás. Algo que ha animado su cotización, puesto que este martes ha subido un 3,36% en bolsa —llegó a repuntar más de 7% en bolsa— y escapa a las caídas del Ibex 35.

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