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El mercado no cree a Lagarde, probablemente se equivoca y le puede salir caro
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Giro en la política monetaria

El mercado no cree a Lagarde, probablemente se equivoca y le puede salir caro

El intento de la presidenta del BCE de convencer al mercado de que los recortes de tipos no serán inminentes resultó frustrado. Las apuestas a que se iniciarán en abril han aumentado

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Louiza Vradi)
La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Louiza Vradi)
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Sería difícil argumentar que Christine Lagarde no intentó este jueves desmontar las expectativas del mercado de que los recortes de tipos en la eurozona comenzarán ya el próximo mes de abril. Durante su comparecencia, la presidenta del Banco Central Europeo insistió en la idea de que resulta "prematuro" discutir esta posibilidad incluso "absolutamente prematuro", llegó a decir y se aferró a la idea de que son necesarios "avances" en el proceso de reducción de los precios antes de tener la "confianza suficiente" en que la amenaza de la inflación ha quedado contenida. Por si fuera poco, pareció refrendar su reciente mensaje de que una bajada de los tipos en verano es lo más probable, pero no antes.

Pero lo que los inversores leyeron en su mensaje fue una invitación a pensar que los recortes de los tipos de interés en la eurozona aguardan a la vuelta de la esquina. Si antes de la reunión de este jueves había división entre los inversores sobre la probabilidad de un recorte ya en el mes de abril, al finalizar la rueda de prensa de Lagarde, las apuestas a que sucederá así se habían elevado hasta niveles en el entorno del 70%.

Y es que, por debajo de las palabras de Lagarde, fueron muchos los inversores que quisieron atisbar un tono dovish (suave, favorable a una política monetaria menos rigurosa) que fue (ligeramente) perceptible desde el comunicado inicial. En él, más allá de la esperada decisión de mantener sin cambios el precio del dinero, los expertos detectaron una serie de omisiones que parecían indicar que en el seno del BCE son cada vez menores las preocupaciones por la situación de la inflación.

"El tono de la primera declaración del día fue más moderado que antes. Por primera vez se hizo referencia a 'la tendencia a la baja' de la inflación subyacente. Y se eliminó una referencia anterior a las elevadas presiones sobre los precios", explica David Powell, economista de Bloomberg Economics, quien también subraya que "en la segunda declaración del día, la evaluación de riesgos para la inflación se centró menos en los riesgos alcistas que en diciembre".

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Efe / Wittek)

Como observan varios analistas, el mercado parecía preparado para enfrentar una ofensiva de Lagarde por desterrar cualquier expectativa de rebaja de los tipos de interés ya en abril. Pero su intento resulto mucho menos contundente de lo previsto.

"Parece que la presidenta del BCE, la señora Lagarde, ha dejado la puerta firmemente abierta a un inicio del ciclo de recortes de tipos en abril", corroboraba Robert Schramm-Fuchs, gestor de renta variable europea de Janus Henderson Investors.

Las proyecciones de marzo pueden mostrar que la economía va peor de lo estimado

Para justificar su interpretación, Schramm-Fuchs se apoya en el énfasis puesto por la francesa durante su comparecencia en la relevancia de las proyecciones macroeconómicas que el BCE presentará en su reunión de marzo.

Hay motivos para creer que los datos que se irán acumulando en las próximas semanas y hasta entonces justificarán un movimiento rápido del banco central. "Creemos que los últimos datos de actividad son coherentes con nuestra opinión de que la economía tendrá un rendimiento inferior al previsto por el BCE y el consenso. La inflación también podría quedar por debajo de las previsiones del banco. Los últimos resultados han sido un poco más débiles de lo esperado. Y las proyecciones del BCE se basan en precios al contado del gas natural que promediarán 47 €/MWh este año (el precio actual es de solo 28 €)", apuntan en Capital Economics, donde tampoco ven previsible que la actual crisis del mar Rojo tenga un impacto relevante en la tendencia de los precios.

Una constatación adicional de debilidades en la economía regional, acompañadas de nuevos recortes en la tasa de inflación, allanarían mucho el camino para que el BCE se planteara comenzar los recortes de tipos sin más dilación.

La sombra de los 'halcones'

Es por eso que casi ningún experto se atreve aún a descartar la opción de un recorte de tipos en abril. Y, sin embargo, son muchos los que aun así siguen apuntando hacia junio como una opción más probable. Los insistentes mensajes de distintos miembros del BCE en las últimas semanas alertando del riesgo de precipitarse en el cambio de rumbo evidencian que los halcones de la institución aún no han dicho su última palabra y, en ausencia de un brusco frenazo de la economía europea, parece difícil que se les pueda convencer de la urgencia de los recortes de tipos.

Sobre todo porque sobre la mesa aún quedan algunos riesgos que no pueden ser desestimados a la ligera. No fue casual que Lagarde (como anteriormente el economista jefe del banco central, Philip Lane) se refiriera en varias ocasiones a la evolución de los salarios en la eurozona, pues esta parece una medida clave para contener definitivamente la escalada de los precios.

"Con un mercado laboral ajustado y una productividad moderada, las presiones salariales podrían seguir siendo altas, provocando que la inflación de la zona del euro vuelva a subir en montaña rusa una vez que los precios de la energía y los bienes hayan terminado de ajustarse", considera Ann-Katrin Petersen, estratega senior de inversiones de BlackRock Investment Institute.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Ronald Wittek)

Con esto a la vista, parecería prudente que la institución aguardara hasta junio, cuando se prevé que cuente con suficiente información de los distintos países de la región en materia salarial, antes de dar por concluida su batalla contra la inflación. "Probablemente, tome, al menos, hasta las negociaciones salariales de primavera para que el BCE gane confianza en que la inflación está volviendo de manera duradera al 2%. Por eso creemos que el BCE no se apresurará a recortar los tipos", continúa Petersen.

En cualquier caso, como observó a través de su cuenta en la red social X (antigua Twitter) el responsable de análisis macroeconómico de Pictet Wealth Management, Frederik Ducrozet, tras el último mensaje del BCE queda “ninguna duda sobre la dirección del viaje, la única cuestión es el cuándo y el ritmo de los recortes de tipos”.

Abril o junio puede no suponer una gran diferencia. Pero, a fin de cuentas, serán los próximos datos los que acaben determinando si son los inversores, con su pronóstico más temprano, o Lagarde, con sus vagas indicaciones hacia el verano, quienes resulten más atinados sobre el inicio de un cambio de rumbo del que, casi todos, coinciden, será prolongado.

Sería difícil argumentar que Christine Lagarde no intentó este jueves desmontar las expectativas del mercado de que los recortes de tipos en la eurozona comenzarán ya el próximo mes de abril. Durante su comparecencia, la presidenta del Banco Central Europeo insistió en la idea de que resulta "prematuro" discutir esta posibilidad incluso "absolutamente prematuro", llegó a decir y se aferró a la idea de que son necesarios "avances" en el proceso de reducción de los precios antes de tener la "confianza suficiente" en que la amenaza de la inflación ha quedado contenida. Por si fuera poco, pareció refrendar su reciente mensaje de que una bajada de los tipos en verano es lo más probable, pero no antes.

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