Es noticia
Brotes verdes y puntos rojos: la difícil senda de España hacia la recuperación
  1. Mercados
  2. El Valor Añadido
Dificultades para las empresas

Brotes verdes y puntos rojos: la difícil senda de España hacia la recuperación

Mientras crece el optimismo en torno a las perspectivas de mejora económica, también son evidentes las señales de vulnerabilidades que pueden poner en riesgo la recuperación

Foto: EC.
EC.
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El pasado 5 de mayo, el economista de ING Steve Trypsteen emitió una breve nota sobre la situación económica de España bajo el título 'La recuperación ha comenzado finalmente'. Pocos días antes, se había conocido que el país había caído de nuevo en terreno de contracción durante el primer trimestre del año, consecuencia de las restricciones con que las distintas administraciones se vieron obligadas a combatir los insistentes rebrotes del coronavirus.

Sin embargo, por encima de datos que se consideran ya meros reflejos del pasado, los indicadores más actualizados en España, como en Europa, empiezan a arrojar una imagen mucho más esperanzadora de la tendencia económica, a medida que los avances de la vacunación y la evolución del virus permiten atisbar una progresiva vuelta a la normalidad.

En el caso particular de España, la perspectiva de un verano en cierto modo normalizado, en el que la industria turística pueda volver a operar sin excesivas limitaciones, representa un soplo de esperanza. Y al coincidir, además, con los primeros pasos del programa de recuperación que el Gobierno pretende sufragar con los fondos aportados por la Unión Europea y con otras medidas internas de soporte, favorece los relatos que dejan a un lado los estragos de los largos trimestres de oscuridad económica para dar rienda suelta al optimismo.

La posibilidad de salvar el verano alimenta una visión de creciente optimismo

No faltan argumentos para confiar en una recuperación sólida, incluso superior a lo que se viene asumiendo en la actualidad. Las expectativas de salvar la temporada de verano, incluso con un cierto grado de turismo internacional, parecen ir 'in crescendo' con los últimos datos sanitarios; el contexto internacional, con las buenas perspectivas para la economía estadounidense, se presenta también como una locomotora que puede ayudar a apuntalar la dinámica positiva, y, hasta la fecha, las medidas instrumentadas tanto por las administraciones nacionales y regionales como por las instituciones europeas se han revelado eficaces para mitigar las heridas a largo plazo en el tejido productivo español.

Pero esta suerte de brotes verdes no debe servir para obviar las múltiples vulnerabilidades que siguen dando marco a ese relato de optimismo. Y no solo por el riesgo de un descarrilamiento en la favorable tendencia en el control de la epidemia sanitaria. También por las inevitables heridas que la crisis puede haber dejado en familias y empresas y que, aunque mitigadas por las medidas extraordinarias puestas en marcha a lo largo del último año, pueden acabar surgiendo con toda su crudeza si el retorno a la normalidad se sigue dilatando.

Foto: EC

En este sentido, resulta revelador el dato de que medio millón de pymes ya han solicitado acogerse a las distintas vías de soporte que ha puesto en marcha el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez, en forma de ampliación de los vencimientos de los créditos avalados por el Estado a través del ICO o de los periodos de carencia de los mismos. A estas posibilidades, se añadiría también la de convertir esos créditos en préstamos participativos o incluso reclamar quitas.

Se trata de medidas que, como el propio Gobierno ha resaltado, buscan "aliviar la carga financiera" de empresas solventes que se hayan visto penalizadas por la crisis. Y, sin duda, pueden resultar útiles si ofrecen el margen necesario hasta que estas empresas alcancen unos niveles de actividad suficientes para cubrir sus deudas sin comprometer su viabilidad.

El Gobierno pide vigilar los riesgos de las empresas que soliciten las nuevas ayudas

Sin embargo, también son un indicador del elevado número de compañías (más de un 17% del total de empresas españolas) que se han visto penalizadas por la crisis y siguen precisando de medidas adicionales de sustento público. Que estas nuevas medidas sean suficiente pare evitar una posterior caída no está ni mucho menos garantizado y el propio Ministerio de Economía, que dirige la vicepresidenta Nadia Calviño, se muestra consciente de los riesgos cuando exige a los bancos que apliquen cualquiera de estas soluciones señalarlas "en sus sistemas de contabilidad y de gestión del riesgo (...) con el fin de facilitar su trazabilidad" e incorporar esta señalización a la Central de Información de Riesgos del Banco de España.

No cabe duda de que la prudencia en la gestión de los riesgos es una virtud especialmente importante en el ámbito financiero, por lo que no es de extrañar esta petición por parte del Gobierno, pese a la indeseable posibilidad de crear con ello cierto estigma sobre las empresas que se adhieran a este nuevo plan de ayudas.

La confirmación de que la recuperación económica que empieza a atisbarse en el horizonte se hace realidad y de forma sólida sería la mejor noticia que podrían recibir estas empresas, los bancos y el propio Gobierno, y limitaría mucho los posteriores riesgos a gestionar. Pero también es posible que incluso en un escenario de mejora estas debilidades acaben aflorando, comprometiendo la marcha ascendente de la economía española. Por mucho que asomen brotes verdes, aún siguen siendo visibles numerosos puntos rojos en la senda hacia la recuperación y conviene no perderlos de vista.

El pasado 5 de mayo, el economista de ING Steve Trypsteen emitió una breve nota sobre la situación económica de España bajo el título 'La recuperación ha comenzado finalmente'. Pocos días antes, se había conocido que el país había caído de nuevo en terreno de contracción durante el primer trimestre del año, consecuencia de las restricciones con que las distintas administraciones se vieron obligadas a combatir los insistentes rebrotes del coronavirus.

Empresas Ministerio de Economía Recuperación económica
El redactor recomienda