Por qué la diversificación en el pago digital revela el alcance que ya tiene la revolución Blockchain

El mundo de las criptomonedas se encuentra en una escalada progresiva, como prueba el hecho de que el valor del bitcoin se haya duplicado en solo un año, dejando atrás las fuertes caídas de 2021 y 2022, así como el mar de dudas que generó entre los expertos económicos y financieros. Al margen de la consabida volatilidad de ciertos activos digitales, lo cierto es que la tecnología Blockchain gana enteros como soporte de los medios de pago. Y, precisamente, los nuevos modelos que están imponiéndose en los últimos años, su digitalización y cuál será su futuro, fue uno de los temas que se coló con fuerza en la VI edición del foro Blockchain & activos digitales, organizado por El Confidencial junto a Allfunds, Grant Thornton, LaLiga, Metrovacesa y Mastercard.

De esta forma, Alberto López, director de Ciberseguridad y Soluciones Digitales de Mastercard, confirmó que en el ámbito de las transacciones electrónicas se trabaja intensamente en esta materia: “Nuestra misión, desde hace 50 años, es conseguir que los pagos sean seguros. Por esta razón, acabamos de lanzar nuestra primera red Blockchain para aportar confianza”. Desde su punto de vista, esta confianza “debe estar enfocada a la contraparte, al activo digital, a la tecnología y, por supuesto, a los usuarios”.

Pero ¿cuántos tipos de dinero tokenizado existen en estos momentos? Para Cristina Carrascosa, abogada y CEO de ATH21, “ahora mismo se puede hablar de cuatro, que van a ser una realidad dentro de unos años; en primer lugar, tenemos el que ya está en MiCA, es decir, las stablecoins; por otra parte, están los tokens emitidos por entidades de dinero electrónico o financieras; existe un tercer apartado para los deposit tokens; y, finalmente, ganan terreno las monedas digitales de bancos centrales o CBDC”, precisó.

"El sector financiero tradicional se ha puesto las pilas desde que se crea dinero al margen los actores reconocidos", G. Hernández (finReg360)

Continuando con el análisis, su compañera de escenario Gloria Hernández, cofundadora y socia de finReg360, aseguró que “el sector financiero tradicional se ha puesto las pilas como consecuencia de la innovación financiera imperante. Sobre todo desde que se dieron cuenta de que se estaba creando dinero fuera de los actores reconocidos del mercado”.

Uno de los momentos álgidos del foro tuvo lugar cuando intervino Alfredo Muñoz, profesor de Derecho Mercantil de la UCM (Universidad Complutense de Madrid) y Of Counsel de Grant Thornton, quien expuso su tesis de que “los depósitos tokenizados parecen la primera apuesta porque están avalados por la banca tradicional, que es quien tiene los clientes de forma masiva y el acceso a los mercados, además del 90% de la masa monetaria”. Sin embargo, el experto se mostró tajante respecto a los efectos derivados de esta situación: “Los activos digitales supuestamente conllevan riesgos como la disponibilidad de liquidez, la ciberseguridad o la dependencia de la tecnología, pero el verdadero riesgo, desde mi punto de vista, es que el dinero bancario tokenizado realmente no modifica su modelo de negocio y al final nos tendremos que enfrentar a crisis cíclicas en las que, cada cierto tiempo, estaremos pagándoles la fiesta”.

¿Se parecerá el euro digital al bitcoin?

También Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ex gobernador del Banco de España, participó en la jornada. Lo hizo a través de videoconferencia para hablar sobre otra CBCD: el euro digital. Así, destacó que “con este mecanismo se puede liberalizar el sector más protegido e intervenido desde el siglo XIX: el bancario”. Y puso un ejemplo: “Con el sistema tradicional, el billete de 50 euros es igual en todos los países, pero un depósito de esa cantidad no es equivalente según el país en el que se encuentre, porque el respaldo va de la mano de cada Estado. El euro digital terminará con esto”. Asimismo, el exgobernador recalcó que “es falso que vayamos a pasar de un monopolio de los bancos a otro del BCE, ya que este organismo únicamente se convertirá en un registro de la propiedad de los activos digitales”.

La tarea de desentrañar en qué punto se encuentra el euro digital recayó sobre Mayte Arráez, Project Manager of the digital euro project at European Central Bank, quien explicó que “todavía no está decidida qué tecnología utilizará finalmente el euro digital”. “Hasta el momento —detalló—, solo nos hemos centrado en el diseño para que sea rápido y eficaz. Uno de nuestros requerimientos es que se pueda vincular con una cuenta corriente en relación de uno a uno con los euros físicos”. Respecto a la pregunta recurrente de si será una moneda programable, constató que “no, únicamente será una representación digital, aunque sí permitirá pagos fuera de línea entre personas sin necesidad de intermediación de la banca”.

"El bitcoin, a diferencia del futuro euro digital, sí permite combatir todos los efectos de la intervención del Estado", J.R. Rallo (UFM)

Tras ella intervino Juan Ramón Rallo, profesor de Economía de la Universidad Francisco Marroquín (UFM). El experto subrayó que “al igual que el dinero en efectivo está respaldado por deuda pública, el euro digital funcionará como un pasivo monetario que tendrá detrás los activos del Banco Central Europeo”. En otras palabras: “No supondrá un modelo de desintermediación completa respecto al sistema bancario en el que sustituya a los depósitos tradicionales como sí lo hace en gran medida el bitcoin”. Bajo su perspectiva, la criptomoneda “es un activo confiscable que permite combatir todos los efectos de la intervención del Estado y proporciona privacidad”, señaló.

Los encargados de cerrar el bloque fueron Luis Garvía, doctor en Finanzas por la Universidad Pontificia Comillas (ICADE), y Álvaro D. María, autor de La filosofía del bitcoin. El primero reflexionó en base a los acontecimientos que han tenido lugar desde el año en que se inició la crisis financiera internacional y, en paralelo, el misterioso Satoshi Nakamoto quien creó la criptomoneda más popular: “Desde 2008, la base monetaria se ha multiplicado, mientras que los bancos centrales no han puesto el dinero en circulación al mismo ritmo. Esto nos dice que eso del negocio bancario tradicional, los depósitos, parece que está cambiando. Por otra parte, cuando recientemente se produjo la crisis de Silicon Valley Bank, la Reserva Federal actuó rapidísimo porque se busca estabilidad”. “Hasta ahora —prosiguió—, los bancos centrales han tratado de encontrar esa estabilidad a manguerazos con su política monetaria y, quizá, con el euro digital esa manguera se convertirá en un bisturí y comenzarán a adoptar medidas más quirúrgicas”.

Por último, Álvaro D. María concretó que “el bitcoin es un activo digital que resuelve varios problemas. En primer lugar, no depende de un grupo de personas y, además, sus propiedades no parten de su código, ya que, de ser así, serían replicables por cualquier otra criptomoneda”. Entre las características más reseñables “se encuentran su sistema de incentivos y el alto grado de descentralización que ha alcanzado: en bitcoin no manda el que más tiene, sino quien tiene los nodos… y cualquier persona puede tener un nodo. Por eso aparca riqueza, ya que permite tener propiedades sin depender de terceros”, concluyó.