El euro digital está más cerca y pondrá en peligro un 10% de los depósitos de la banca

El euro digital está un paso más cerca de ser una realidad. El Banco Central Europeo (BCE) anunció este miércoles que este proyecto entra en una nueva fase: tras la de investigación pasa a la de preparación. Esta divisa digital tiene desde hace tiempo en tensión al sector financiero, ante el peligro que supondrá para ellos competir con el banco central.

Lejos de ello, el plan del BCE es evitar convertirse en una amenaza para la estabilidad financiera, para lo cual se compromete a que el acceso al euro digital sea a través de los propios bancos y prevé fijar un tope de dinero que un mismo ciudadano podría tener en euros digitales: en torno a los 3.000 euros. Junto a la posibilidad de aparcar dinero en esta divisa, sus usuarios podrían realizar pagos a otros ciudadanos y realizar compras.

Opinión

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Según los trabajos que ha hecho el BCE en los dos últimos años de fase de investigación, esta cantidad no pondría en peligro a los bancos. Primero, porque no todos los ciudadanos moverían su dinero a euros digitales, ya que esta fórmula de canalización del ahorro y los pagos seguirá conviviendo con plataformas en marcha como Bizum. Y segundo, porque no todos los clientes de la banca tienen 3.000 euros. De modo que este tope no sería de facto el dinero que saldría de cada banco por cliente. De ser así, el dinero que implicaría que saliera de los bancos españoles ascendería a unos 114.000 millones, el tamaño equivalente al quinto banco español por activos, Bankinter, o un 9-10% de todos los depósitos del sistema.

Próximos pasos

Este proyecto todavía va a seguir unos dos años en fase de preparación antes de dar nuevos pasos. Su entrada en vigor nunca sería antes de 2026, y se prevé que todavía sufra modificaciones. Por ello, estos cálculos todavía están lejos de convertirse en la potencial amenaza para la liquidez de los bancos.

Lejos de querer competir con los bancos, el BCE está avanzando en este proyecto por motivos geoestratégicos y de política monetaria. La institución europea quiere tener su propia divisa digital ante la irrupción del dólar digital y el yuan digital, junto a las posibles criptomonedas y monedas de gigantes tecnológicos. Si cualquiera de ellas cogiera fuerza, correría el peligro de perder las riendas de la política monetaria, de modo que subir o bajar tipos dejara de tener efectos en la economía. También se está poniendo en marcha para proteger la inclusión financiera en caso de que la desaparición del efectivo vaya a más.

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El BCE explicó en un comunicado que a partir de ahora se va a centrar en "la finalización de las normas de funcionamiento y la selección de los proveedores que podrían desarrollar la plataforma y la infraestructura" del euro digital. El BCE mantendrá el contacto con el público y con todos los interesados durante esta fase.

"Trascurridos dos años, el Consejo de Gobierno decidirá si pasar a la siguiente fase de los preparativos a fin de disponer lo necesario para la posible futura emisión e introducción de un euro digital", añade.

"Pensamos en el euro digital como en una forma digital de efectivo que pueda utilizarse gratuitamente para todos los pagos digitales y que cumpla los niveles de privacidad más estrictos. Coexistiría con el dinero físico, que siempre estará disponible, sin dejar a nadie atrás", afirmó la presidenta del BCE, Christine Lagarde.