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El BCE compra 7.300 millones de deuda española para contener la prima de riesgo
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EN PLENA RETIRADA DE ESTÍMULOS

El BCE compra 7.300 millones de deuda española para contener la prima de riesgo

La autoridad monetaria está reduciendo su balance de forma generalizada, pero compra bonos corporativos y públicos de forma neta en países como España

Foto: Pedro Sánchez, con Christine Lagarde. (EFE/Calvo)
Pedro Sánchez, con Christine Lagarde. (EFE/Calvo)
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España es uno de los países en el foco del Banco Central Europeo (BCE), que sigue con su cruzada de contener las primas de riesgo a la vez que sube tipos de interés y retira los estímulos. Mientras el balance se reduce con el fin de las compras netas, para los emisores españoles sigue habiendo apoyo desde Fráncfort.

Durante los meses de julio y agosto, el BCE ha desplegado 7.300 millones de euros en bonos españoles, tanto públicos, principalmente, como corporativos. La cantidad es más reducida que en meses anteriores, cuando estaba en marcha el programa de compras, tanto el clásico APP como el especial para la pandemia, PEPP. Lo significativo es que la adquisición de deuda española se produce en contraste con el resto de activos de la eurozona.

Foto: La vicepresidenta económica, Nadia Calviño (d), con Ana Botín (i), presidenta de Banco Santander. (EFE/Mariscal)

En concreto, el BCE ya ha dejado de adquirir deuda de forma neta. En junio expiraron, ante el giro de la política monetaria, antes de las subidas de tipos de interés de julio y agosto. En los dos últimos meses, el balance del banco central se redujo en 5.170 millones, según datos del Banco de España. Aunque la autoridad monetaria sigue reinvirtiendo los vencimientos, esta cifra muestra el punto de inflexión que ha habido desde junio. En los seis primeros meses del año, adquirió bonos europeos a un ritmo de 42.000 millones mensuales netos.

Así, en verano, el banco central ha dejado de expandir su balance, dejando que suban los tipos de interés de mercado al ritmo en que encarece el ‘precio del dinero’. Lo que busca es ralentizar la actividad económica, pese al riesgo de que la recuperación descarrile definitivamente y el bloque comunitario entre en recesión, para mitigar la inflación, que sigue desbocada, con un 9,1% en agosto (en España, fue del 10,5%).

Pero el primer amago de retirada disparó las primas de riesgo, con el bono español tocando el 3%, lo que provocó nerviosismo en Fráncfort, ante el recuerdo de la crisis de deuda de 2011 y 2012. A partir de ahí, el BCE puso el foco en endurecer su política monetaria y, al mismo tiempo, tener un plan de antifragmentación financiera para contener las primas de riesgo.

De esta forma, entre julio y agosto, el BCE ha desplegado 7.300 millones netos en deuda española, en contraste con la reducción de balance. Es cierto que es un inversor menos importante para el Tesoro y para emisores corporativos que antes de junio de 2022, pero sigue inyectando liquidez para contribuir a evitar que se desmadre el coste de financiación en España. Otros inversores, como la banca española o fondos internacionales, han vuelto a comprar bonos del Tesoro, pero sin la magnitud con que lo hacía el BCE en 2020 y 2021.

Foto: Foto: EC Diseño.

Que el BCE no desaparezca es importante para mantener a raya la prima de riesgo, que se situó este miércoles en los 115 puntos, pero también para evitar que se disparen los costes de financiación de los emisores privados. Los expertos explican que la proporción de liquidez disponible para comprar deuda por parte del Banco de España respecto a los emisores corporativos elegibles era mucho mayor que en otros países del Eurosistema.

Así, los emisores corporativos españoles de grado de inversión han recibido desde Fráncfort, canalizado a través del Banco de España, un apoyo financiero clave en los últimos años. Solo la reinversión de los vencimientos, calculan profesionales de mercados de capitales consultados, supone el 10% de muchas emisiones. Si, además, el BCE sigue comprando de forma neta bonos públicos y corporativos, el apoyo es mayor.

La deuda española en manos del BCE alcanzó en agosto los 626.929 millones. Desde febrero de 2020, el incremento es de 291.433 millones, cifra que ha sido un balón de oxígeno enviado desde la autoridad monetaria a la economía española, facilitando la financiación de empresas y del propio Tesoro, en medio del despliegue de políticas públicas desde el Estado para evitar el colapso de la economía, como los ERTE o los avales públicos al crédito a través del ICO.

España es uno de los países en el foco del Banco Central Europeo (BCE), que sigue con su cruzada de contener las primas de riesgo a la vez que sube tipos de interés y retira los estímulos. Mientras el balance se reduce con el fin de las compras netas, para los emisores españoles sigue habiendo apoyo desde Fráncfort.

Durante los meses de julio y agosto, el BCE ha desplegado 7.300 millones de euros en bonos españoles, tanto públicos, principalmente, como corporativos. La cantidad es más reducida que en meses anteriores, cuando estaba en marcha el programa de compras, tanto el clásico APP como el especial para la pandemia, PEPP. Lo significativo es que la adquisición de deuda española se produce en contraste con el resto de activos de la eurozona.

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