La deuda de las empresas, en el 100% del PIB: una tormenta perfecta para la economía
Los bancos centrales temen por el aumento récord de la deuda de las empresas y advierten de las vulnerabilidades y las compañías zombis
La emisión masiva de deuda a coste limitado por el drenaje de liquidez de los bancos centrales ha sido clave para evitar el colapso de la economía con el covid, pero ahora es uno de los grandes desafíos para la sostenibilidad de la recuperación pospandemia. Porque la inflación, acentuada con la guerra de Ucrania, ha obligado a los bancos centrales a iniciar un volantazo de la política monetaria antes de lo que se esperaba, y temen ahora por el impacto en los balances financieros de las empresas.
La deuda global está en máximos, con más de 300 billones (millones de millones) de dólares. Aunque se suele poner mucho el acento en la deuda pública, y de hecho en España está en un récord de 1,45 billones con los costes subiendo, los bancos centrales señalan las vulnerabilidades de las empresas.
Así lo expresa un informe exhaustivo del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés). En concreto, el análisis procede del Comité sobre el Sistema Financiero Global (CGFS), un foro de bancos centrales que examina los riesgos para la estabilidad financiera, y que destaca que "el aumento de la deuda del sector privado durante la crisis del covid estuvo asociado con endeudamiento de empresas más débiles".
El equipo, dirigido por Philip Lowe, gobernador del Banco de Australia, ha presentado un informe que ha preparado un grupo de trabajo copresidido por Benjamin Weigert, del Bundesbank, y Roong Mallikamas, del Banco de Tailandia. En esencia, advierten de las vulnerabilidades de las empresas endeudadas en pleno ciclo de subida de tipos, y también que aumenta el porcentaje de compañías zombis. Esto es, que son insostenibles financieramente pero siguen funcionando por refinanciar deuda.
En este contexto, los expertos abogan por políticas macroprudenciales para limitar la relación entre el servicio de la deuda y los ingresos de las empresas para frenar la acumulación. Es decir, que los tipos que pagan las empresas no se coman la facturación. Otro punto clave que piden es que los supervisores no relajen las exigencias de capital a la banca para que se puedan absorber pérdidas crediticias si es necesario.
El estudio del BIS señala que el nivel de endeudamiento del sector privado no financiero ha alcanzado con la pandemia el 170% del PIB global. La estimación que hacen los investigadores es que el 60% de este apalancamiento corresponde a las empresas, lo que equivaldría al 100% del PIB, y el 70% restante a las familias.
Para el comité de expertos del BIS, hay tres grandes desafíos a los que se enfrentarán a corto y medio plazo gobiernos y supervisores ante este endeudamiento sin precedentes. El primero sería poder evaluar la importancia de las vulnerabilidades del sector privado, algo que admiten que es difícil ante la incertidumbre del entorno macro. El segundo reto es elegir la combinación adecuada de políticas para mitigar las vulnerabilidades de la deuda del sector privado entre las que hay y las que surjan sin coartar la financiación de empresas sostenibles. Y el último desafío que citan es que los gobiernos deben protegerse de percepciones erróneas que puedan surgir a partir de un apoyo excepcional de las políticas que podrían hacer que los bancos y los fondos de deuda infravaloren los riesgos en el futuro.
El BIS advierte de que el excesivo apalancamiento de las empresas puede afectar indirectamente a la estabilidad financiera al frenar el crecimiento. La literatura académica encuentra relación en cómo las vulnerabilidades de la deuda del sector privado hacen que las empresas tengan problemas para afrontar 'shocks' económicos. Asimismo, de forma indirecta, los altos niveles de apalancamiento frenan el crecimiento por el impacto del pago de los intereses y las dificultades para iniciar nuevas inversiones o proyectos.
Por otro lado, los autores indican que en el panorama actual, tras la pandemia y el incremento de deuda durante la misma, hay un "riesgo potencial" de que las políticas de apoyo crediticio, como los avales del ICO en España, "perpetúen la mala asignación de recursos" ante la zombificación de la economía.
Esto se explica con la posibilidad de que los bancos sigan refinanciando o reestructurando deuda de empresas insostenibles para no asumir pérdidas. Actualmente, el BIS calcula que con el covid el porcentaje de empresas endeudadas que se podrían considerar zombis ha pasado en el mundo de menos del 14% a más del 17%. Estas empresas siguen recibiendo financiación sin que pasen a ser viables, y quitan recursos disponibles para otros proyectos que pueden contribuir al crecimiento. Además, aumenta el riesgo sobre la resiliencia del sistema financiero, si bien los bancos han incrementado sus posiciones de capital y liquidez en los dos últimos años.
La situación varía por países, pero hay vulnerabilidades generalizadas. El Banco de España ya advirtió de que el 20% de los créditos ICO están en vigilancia especial por parte de los bancos. Precisamente, el BIS señala un ejercicio de simulación que realizó el supervisor español en 2021, según el cual las necesidades de liquidez de las empresas entre abril y diciembre de 2020 superaron los 230.000 millones, unos 67.000 millones más que en un escenario contrafactual sin covid, y más de la mitad se cubrió con préstamos bancarios.
La deuda de empresas y familias en España alcanzó el 138,3% del PIB al terminar 2021, con un 79,8% del PIB en las compañías no financieras y un 58,4% en los hogares. Ahora, se teme un efecto 'crowding out', que implica que los inversores prefieran la deuda pública a la privada por el atractivo de tipos de interés que están subiendo y mayor solvencia.
En cualquier caso, los costes de financiación están elevándose ante el cambio de discurso del BCE, que anticipa el final de las compras de activos en el segundo trimestre y el inicio de subidas de tipos en julio. El 'forward guidance' más agresivo busca atajar la inflación, que se situó en el 8,4% en abril en España. El mercado anticipa que el euríbor roce el 1% ya este año.
En este contexto, Estado, empresas y bancos tendrán que refinanciar más de 200.000 millones de euros entre 2022 y 2023. En el caso particular de las compañías no financieras, los expertos anticipan una oleada de reestructuraciones a partir de los próximos meses y, en especial, el año que viene. La clave de este meollo estará en la devolución de los ICO y en el fin de la moratoria concursal, por ahora prevista para el 30 de junio, y pendiente de que se apruebe en el Congreso una nueva ley transponiendo una directiva europea.
La emisión masiva de deuda a coste limitado por el drenaje de liquidez de los bancos centrales ha sido clave para evitar el colapso de la economía con el covid, pero ahora es uno de los grandes desafíos para la sostenibilidad de la recuperación pospandemia. Porque la inflación, acentuada con la guerra de Ucrania, ha obligado a los bancos centrales a iniciar un volantazo de la política monetaria antes de lo que se esperaba, y temen ahora por el impacto en los balances financieros de las empresas.