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El BCE acelera la retirada de 'estímulos covid' por el alza del IPC, que remitirá en 10 meses
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No prevé subidas de tipos en 2022

El BCE acelera la retirada de 'estímulos covid' por el alza del IPC, que remitirá en 10 meses

El banco central dará en marzo por terminadas las compras especiales contra la pandemia con el programa PEPP. Las compras mensuales serán de 40.000 millones

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Reuters/Thomas Lohnes Pool)
Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Reuters/Thomas Lohnes Pool)

El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido dar por finalizadas las compras especiales contra la pandemia en marzo, y reducirá los estímulos a menos de la mitad el año que viene. Ante el aumento de la inflación, el BCE acelera la retirada de los estímulos, que se han centrado en inundar la economía de liquidez desde que comenzó la crisis del coronavirus. La institución que preside Christine Lagarde ha decidido dar por terminado el programa especial de compras contra los efectos de la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés) en marzo, tras un desembolso para entonces de 1,85 billones (millones de millones) en dos años, a un promedio de entre 70.000 millones y 80.000 millones mensuales.

El BCE ha acelerado el recorte de estímulos por el repunte histórico de la inflación, que "estará por encima del 2% la mayor parte de 2022", ha señalado Christine Lagarde en rueda de prensa. "En el transcurso de 2022, esperamos que los precios de la energía se estabilicen, que los patrones de consumo se normalicen y que disminuyan las presiones sobre los precios derivadas de los cuellos de botella de la oferta mundial", ha añadido. El BCE ha aumentado las proyecciones de inflación respecto a septiembre, añadiendo por primera vez 2024. Así, estima una inflación del 2,6% en 2021 y del 3,2% en 2022, reduciéndose hasta el 1,8% en 2023 y en 2024. Hace tres meses, preveía un 2,2% este año y un 1,7% el próximo, revisando también entonces al alza las previsiones. En cuanto a la inflación subyacente, sin energía ni alimentos perecederos, proyecta un 1,4% en 2021, un 1,9% en 2022, un 1,7% en 2023 y un 1,8% en 2024, también más que en septiembre.

Foto: El parqué de la Bolsa de Madrid. (EFE/Vega Alonso)

El banco central también ha revisado las previsiones de crecimiento, en este caso a la baja. El pronóstico actual es de un crecimiento del PIB de la eurozona del 5,1% en 2021, del 4,2% en 2022, del 2,9% en 2023 y del 1,6% en 2024. Hace tres meses, el rebote previsto era del 5% este año, del 4,6% el próximo y del 2,1% el siguiente. Lagarde ha explicado que se nota una reducción de la actividad por las nuevas restricciones en Europa ante el repunte de casos del covid y la nueva variante ómicron, pero que el BCE espera que se vuelva a intensificar la recuperación a lo largo del año que viene.

Para suavizar el impacto del fin del programa PEPP, el BCE ampliará otros paquetes con los que venía también comprando bonos. La institución ha venido realizando desde hace dos años compras mensuales de 20.000 millones con sus programas clásicos (APP, por sus siglas en inglés), perímetro que ampliará hasta 40.000 millones netos en el segundo trimestre y de 30.000 millones en el tercero. En septiembre, el BCE ya anunció una reducción de compras que, tras el primer trimestre de 2022, se acelerará hasta menos de la mitad de los niveles actuales.

Foto: Foto: Reuters/Susana Vera.

A partir de octubre de 2022, la previsión del BCE es que vuelva al ritmo de compras de deuda de 20.000 millones mensuales, que es el nivel en el que estaba el organismo antes del covid y, de hecho, cuando Mario Draghi dejó la presidencia y le sucedió Lagarde. Esto supondría el fin a dos años y medio de estímulos sin precedentes por parte del BCE, con cerca de 2,5 billones de euros desplegados en compras de deuda pública y privada para contener los tipos de interés y evitar la fragmentación financiera con repuntes de primas de riesgo. Los 20.000 millones mensuales de compras continuarán, según predice el BCE, hasta poco antes de que comiencen a subir los tipos de interés.

Otro punto importante es que el BCE amplía el periodo de reinversiones de vencimientos de las compras de deuda realizadas. Es decir, aunque reduce drásticamente el aumento de su balance, también aleja su adelgazamiento en el tiempo, que es el momento en el que un banco central restringe el nivel de liquidez de la economía. El BCE tenía previsto realizar las reinversiones de vencimientos hasta finales de 2023 y, esta vez, lo ha ampliado a finales de 2024.

"La pandemia ha demostrado que, en condiciones de tensión, la flexibilidad en el diseño y la conducción de las compras de activos han ayudado a contrarrestar la transmisión deficiente de la política monetaria y ha hecho más efectivos los esfuerzos para lograr el objetivo del Consejo de Gobierno", asegura el BCE en su comunicado. Lagarde repitió esta cita en la rueda de prensa para incidir en que el BCE actuará con flexibilidad al retirar los estímulos. Es decir, el banco central actuará si hay fragmentación del mercado por la pandemia, caso en el que podría haber compras de bonos de Grecia. El BCE ha puesto este ejemplo para incidir en la flexibilidad. También "podrían reanudarse las compras netas en el marco del PEPP si fuera necesario, para contrarrestar los choques negativos relacionados con la pandemia".

La inflación presiona

El BCE ha mantenido los tipos de interés principales en el 0%, los de facilidad marginal de crédito en el 0,25% y los de facilidad de depósito, sobre la liquidez de la banca, en el -0,5%. El Consejo de Gobierno ha repetido el mensaje habitual de que, para apoyar el objetivo simétrico de inflación del 2%, “espera que los tipos de interés oficiales continúen en sus niveles actuales, o en niveles inferiores, hasta que se observe que la inflación se sitúa en el 2% bastante antes del final de su horizonte de proyección y de forma duradera en el resto del mismo”. Añade que "esto también puede implicar un periodo transitorio en el que la inflación esté moderadamente por encima de la meta".

La inflación se ha disparado muy por encima de las cotas que preveían los bancos centrales. El IPC alcanzó en noviembre el 5,5% en España y el 4,9% en la eurozona, con la subyacente en el 2,6%, por encima del objetivo simétrico (que esté cerca, por encima o por debajo) del 2%. Los bancos centrales han ganado flexibilidad, pero, aun así, presionan sus estímulos.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Olivier Hosiet)

La Reserva Federal (Fed) y el Banco de Inglaterra (BoE) ya han dado pasos para endurecer sus políticas. Aunque, por ahora, de forma muy suave y con un mensaje acomodaticio para los mercados. Wall Street, de hecho, reaccionó al alza a la reunión de la Fed este jueves, en la que anunció la aceleración de la reducción de compras, adelantó tres subidas de tipos para 2022, pero mejoró las previsiones. En Reino Unido, el banco central ha subido tipos del 0,1% al 0,25%, manteniendo, eso sí, sin cambios su programa de compras.

En Europa, el BCE ha inundado de liquidez la economía para evitar su colapso con el coronavirus. El aumento de tenencias de deuda supera los dos billones (millones de millones) entre febrero de 2020 y noviembre de 2021, según datos del Banco de España. Principalmente, y tras el titubeo inicial de Lagarde, a través del PEPP, con el que ha desembolsado 1,565 billones y está dotado con 1,85 billones hasta marzo de 2022. También ha llevado a cabo subastas de liquidez para la banca (TLTRO III) a tipos de hasta el -1%, condiciones que se mantendrán hasta junio. Será entonces cuando decida si habrá más adjudicaciones de liquidez para la banca.

El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido dar por finalizadas las compras especiales contra la pandemia en marzo, y reducirá los estímulos a menos de la mitad el año que viene. Ante el aumento de la inflación, el BCE acelera la retirada de los estímulos, que se han centrado en inundar la economía de liquidez desde que comenzó la crisis del coronavirus. La institución que preside Christine Lagarde ha decidido dar por terminado el programa especial de compras contra los efectos de la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés) en marzo, tras un desembolso para entonces de 1,85 billones (millones de millones) en dos años, a un promedio de entre 70.000 millones y 80.000 millones mensuales.

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