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Los inversores huyen de la deuda catalana: la rentabilidad se dispara un 33% desde el 1-O
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Las agencias de calificación la mantienen en bono basura

Los inversores huyen de la deuda catalana: la rentabilidad se dispara un 33% desde el 1-O

El mercado aprieta la tensión sobre la Generalitat y desde julio ha elevado en más de 200 puntos básicos la rentabilidad que exigen a su primer gran bono, que vence en junio de 2018

Foto: Esteladas en Barcelona. (Reuters)
Esteladas en Barcelona. (Reuters)

Tocada y casi hundida. La tensión política en Cataluña tras el 1-O y las dudas de los inversores tumban el precio de la deuda pública de la Generalitat y, por lo tanto, las rentabilidades están llegando a máximos de más de un año.

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Si hasta el domingo, día del referéndum, los ánimos en el mercado de bonos estaban más o menos calmados, desde el lunes la tensión se ha disparado. La rentabilidad que exigen los inversores para adquirir el bono de la Generalitat con vencimiento en junio de 2018 se ha disparado más de un 33% en la última semana, hasta hasta situarse en el 2,8%. Situación que roza lo extraordinario, y no para bien, ya que lo común es que, a medida que se acerca la fecha de vencimiento, esta rentabilidad disminuya, pero desde julio lo único que ha hecho es dispararse más de 200 puntos básicos.

placeholder Rentabilidad del bono de la Generalitat con vencimiento en 2018.
Rentabilidad del bono de la Generalitat con vencimiento en 2018.

Una situación similar ocurre con el bono con vencimiento en febrero de 2020, que también ha experimentado una fuerte subida desde el pasado domingo (estos dos son los títulos de deuda más líquidos que tiene la Generalitat en el mercado). Y es que los inversores tienen dudas de si el Govern podrá hacer frente a sus compromisos en los próximos meses. En este sentido, la rentabilidad exigida se ha situado en el 2,9%, lo que supone un alza del 15% desde el 1-O. Si se comparan las rentabilidades de estos dos bonos, se observa que se ha estrechado el diferencial, factor que refleja una situación de desajuste en el mercado de la deuda catalana: el mercado demanda el mismo retorno a la deuda de corto plazo que a la de medio.

Además, esta dinámica del bono catalán ha contagiado al mercado de deuda español, ya que la prima de riesgo repuntó hasta superar los 133 puntos básicos el miércoles. Sin embargo, el jueves se aliviaron las tensiones en la deuda española, aunque la catalana siguió su escalada. El Tesoro sí que sufrió las consecuencias de la incertidumbre en Cataluña y tuvo que pagar el doble que hace un mes por sus bonos a cinco años.

Foto: La secretaria de Estado del Tesoro, Emma Navarro (Efe)


S&P, Fitch y Moody's no presagian nada bueno

Por su parte, la agencia de calificación Standard & Poor's ha amenazado con rebajar dos escalones la nota de la deuda catalana hasta situarla a nivel de bono basura, y la mantiene en revisión negativa. Actualmente, sitúa su 'rating' en B+, cuatro niveles por debajo del bono basura. Mientras tanto, Moody's le da una nota de Ba3 (equivalente a BB-, solo un escalón por encima de S&P) y Fitch la mantiene en BB.

Así, si se produce una fuerte caída en estos activos de renta fija, se podría producir una salida masiva de los inversores de renta variable, según fuentes de Linksecurities. De hecho, todos los focos están puestos en el desarrollo del Ibex 35 que, tras registrar su mayor caída desde el Brexit (2,85%), este jueves ha conseguido rebotar y cerrar en verde.

Tocada y casi hundida. La tensión política en Cataluña tras el 1-O y las dudas de los inversores tumban el precio de la deuda pública de la Generalitat y, por lo tanto, las rentabilidades están llegando a máximos de más de un año.

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