Del Frexit al 'macronomics': los expertos ya hablan de una nueva era económica
Macron es el contrapunto al Frexit, es decir, a la corriente antieuropeísta encabezada por Marine Le Pen que podría haber roto en pedazos la eurozona y haber provocado una crisis sin precedentes
La victoria de Emmanuel Macron ha traído al particular diccionario del mundo de las finanzas un nuevo término: 'macronomics'. Esta peculiar palabra es el resultado de juntar el apellido del nuevo presidente de Francia con 'economics', como ya se hizo en su día con la elección de Shinzo Abe como primer ministro de Japón en 2012, que llegó con el helicóptero del dinero cargado hasta los topes para regar de liquidez una economía sumida desde hace más de una década en un profundo ciclo deflacionista.
No en vano, la campaña electoral francesa ha tenido un marcado carácter económico en un país en donde el desempleo alcanza el 10,1% y con un mediocre dato de crecimiento, de apenas un 0,3% en el primer trimestre de 2017. Pero, sobre todo, Macron es el contrapunto al Frexit, es decir, a la corriente antieuropeísta encabezada por su rival, Marine Le Pen, que podría haber roto en pedazos la eurozona y haber provocado una crisis sin precedentes en Europa, aunque eso nunca se sabrá.
"El 'macronomics' ha comenzado", asegura Mayyhew Pennill, economista de Morgan Stanley para Europa. "El riesgo del Frexit se ha evitado, pero la posibilidad de un Parlamento fragmentado y un programa de reformas moderadas sugiere que la economía francesa puede estar preparada para un cambio gradual", asegura el experto.
Con todo, lo que está claro es que ya sea en mayor o en menor medida, el nuevo presidente trae un aire fresco no solo para Francia, sino para toda Europa. Y es que, con Reino Unido fuera de la Unión —el mayor obstáculo para endurecer la posición ante China y otros exportadores europeos—, Macron ha defendido claramente el concepto de 'reciprocidad', es decir, que las grandes empresas exportadoras asiáticas son bienvenidas, siempre y cuando las empresas europeas encuentren en sus territorios la misma 'hospitalidad' a la hora de hacer negocios.
[Mapa de resultados de las elecciones en Francia]
"Hemos tenido un enfoque ingenuo de la globalización", aseguraba en su programa electoral. "Globalización es una dura lucha porque no todo el mundo respeta siempre las reglas (...) luego vamos a devolver la protección a la industria europea como uno de los principales pilares para reinventar la UE", aseguró. Y es que, tras el resultado electoral, los expertos han hecho descansar sobre los hombros del presidente más joven de la República francesa la responsabilidad de reconducir el proyecto europeo hacia una mayor integración y fortaleza.
Por ello, una de las propuestas más radicales de su programa electoral era el 'Acta de compras de Europa' para restringir las inversiones públicas a compañías que tengan, al menos, la mitad de su producción en Europa. Y es que la empresas llevan tiempo pidiendo que se actúe en este sentido. Por ejemplo, la ferroviaria Alstom ha denunciado en numerosas ocasiones que Europa está mucho más abierta a adjudicar contratos públicos a empresas asiáticas que los gobiernos de aquellos países a las nuestras.
De esta manera, Macron ha atacado en numerosas ocasiones la "imperfección" de la UE a la hora de regular la competencia internacional, no facilitando las herramientas efectivas para controlar las inversiones extranjeras y castigar social, fiscal y ambientalmente el 'dumping' —vender un producto por debajo del precio normal o, incluso, de su coste de producción—.
Así, los expertos ven en la revolución Macron una "oportunidad para Europa", como asegura Alberto Gallo, jefe de Macroestrategia en Algebris Investments. "Una vez la niebla se ha disipado tras las elecciones, los contornos de un nuevo equilibrio político empiezan a emerger en Europa. "Los líderes europeos tienen una oportunidad de fortalecer la unión antes de la próxima ralentización económica", afirma el analista.
La victoria de Emmanuel Macron ha traído al particular diccionario del mundo de las finanzas un nuevo término: 'macronomics'. Esta peculiar palabra es el resultado de juntar el apellido del nuevo presidente de Francia con 'economics', como ya se hizo en su día con la elección de Shinzo Abe como primer ministro de Japón en 2012, que llegó con el helicóptero del dinero cargado hasta los topes para regar de liquidez una economía sumida desde hace más de una década en un profundo ciclo deflacionista.