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Incertidumbres y posibilidades del turismo blanco en España ante el cambio climático
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Menos nevadas, pero más intensas

Incertidumbres y posibilidades del turismo blanco en España ante el cambio climático

El calentamiento global está alterando el régimen de este tipo de precipitaciones en nuestro país. Los expertos recomiendan readaptar los modelos de negocio vinculados a la nieve

Foto: El sector de la nieve afronta grandes cambios (Jose Luis Gallego)
El sector de la nieve afronta grandes cambios (Jose Luis Gallego)

Comenzamos un nuevo año, sin el sobresalto de nuevas “Filomenas” que nos anunciaban erróneamente las cabañuelas para este mes de enero. Y es que el único pronóstico válido es el que elaboran los centros meteorológicos oficiales a diario, con los medios técnicos adecuados, con los métodos de análisis necesarios. Lo otro es anécdota curiosa.

Y es que el año pasado Filomena aportó una cantidad de nieve enorme, que permitió mantener sin problemas la temporada de nieve de 2021 en gran parte de España, y garantizar los abastecimientos de agua del centro peninsular, en un año que, sin embargo, no ha resultado muy lluvioso en buena parte de nuestro país. Pero fue algo excepcional dentro de una tendencia de las últimas décadas a la reducción de las precipitaciones de nieve en las montañas españolas. Y de acortamiento del período frío del año, como ha comprobado en un excelente trabajo José Ángel Núñez (AEMET-Comunidad Valenciana) para el territorio valenciano, como ejemplo de una tendencia que es general en nuestro país. En este trabajo, disponible en el blog de AEMET, se señala que el invierno término se habría acortado 17 días, con un ascenso de temperatura de más de 1ºC, en los últimos setenta años.

Los modelos de cambio climático para nuestro país señalan una disminución progresiva e importante de las nevadas que podría alcanzar el 70%

Como este, diversos estudios realizados en los últimos años están señalando la reducción de la nieve en las montañas españolas, tanto en cantidad como en duración del manto de nieve sobre las cumbres. Y esto tiene un efecto directo sobre el turismo de nieve, de gran implantación en nuestro país, que mueve 1.000 millones de euros al año. De manera que cualquier alteración en el recurso fundamental de esta modalidad turística, la nieve, tendrá consecuencias nada favorables para las empresas y los puestos de trabajo que crea esta actividad económica.

Foto: Temporal de frío y nieve en Madrid. (Foto: EFE)
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Los modelos de cambio climático para nuestro país señalan una disminución progresiva e importante de las nevadas que podría alcanzar el 70% respecto al registro actual en el último tercio del siglo XXI. Esto supone la necesidad de planificar el futuro de las estaciones de esquí de nuestro país. Para aquellas situadas en cotas medias y peor expuestas a los flujos fríos y húmedos invernales, el panorama es delicado a medio plazo incluso. No en vano, la utilización de cañones de nieve artificial es cada vez más habitual en nuestro país, que cubren ya más del 50% de las principales estaciones de esquí, con todas las implicaciones y controversias ambientales que esto conlleva.

placeholder Un hombre esquiando por la Calle Mayor de Madrid tras el paso de Filomena. (Unsplash)
Un hombre esquiando por la Calle Mayor de Madrid tras el paso de Filomena. (Unsplash)

Diferentes informes y planes de adaptación al cambio climático elaborados por las administraciones central y autonómicas de nuestro país han recogido este problema y se proponen soluciones para la reconversión de aquellas estaciones de esquí que ya están notando los efectos del cambio climático.

Se sugiere una reconversión progresiva de estaciones de esquí a estaciones de montaña, en las que la nieve deje de ser el recurso de negocio principal y se vaya complementando con otras actividades deportivas o de ocio al aire libre, lo que permitiría, además, mantenerlas abiertas prácticamente todo el año.

Foto: En agosto se dieron temperaturas récord en Córdoba (EFE/Rafa Alcaide)

De manera que hay posibles soluciones ante las previsiones de cambio climático para el turismo de nieve. Como se ha indicado en algunas columnas de opinión previas, el proceso actual de calentamiento climático con sus efectos previstos en la economía y la sociedad de un espacio geográfico debe entenderse también como una oportunidad de cambio. Estamos ante un fenómeno que va manifestando efectos de forma progresiva, lo que permite un margen para la planificación.

En nuestro país, la agricultura y el turismo van a ser las actividades económicas más afectadas, puesto que son las más expuestas a los vaivenes meteorológicos. Sería necesario que el gobierno elaborase planes estratégicos de adaptación al cambio climático específicos para ambas. De modo singular, el turismo de nieve es el más amenazado entre las modalidades de turismo, puesto que la tendencia de calentamiento térmico implica una reducción progresiva del período frío del año.

placeholder Habrá que buscar más oportunidades de negocio que no dependan de la nieve. (Unsplash)
Habrá que buscar más oportunidades de negocio que no dependan de la nieve. (Unsplash)

No obstante, lo ocurrido con “Filomena” el año pasado, abre una ventana a la incertidumbre de los modelos de precipitación de nieve que no debe ignorarse. En latitudes medias del hemisferio norte, donde está ubicado nuestro país, se ha comprobado el desarrollo más frecuente de situaciones de “gota fría” que resultan del desplazamiento de la masa de aire ártica desde el polo norte hacia el sur y forman DANAs. Es un efecto del acelerado calentamiento que está registrando la cuenca del Ártico dentro del proceso general de cambio climático.

placeholder Estación de esquí de Alto Campoo. (EFE)
Estación de esquí de Alto Campoo. (EFE)

Al perder velocidad el vórtice polar que contiene esta masa de aire dentro del polo norte, el movimiento hacia nuestras latitudes de bolsas de aire muy frío del Ártico está siendo cada vez más frecuente. “Filomena” fue un ejemplo de este mecanismo de circulación atmosférica que está propiciando el cambio climático. Pues bien, si esto es así, no sería raro que tengamos temporales de nieve intensa en nuestro país.

Esto no es contradictorio con las tendencias señaladas con anterioridad, es decir, menos días de frío y menos días de nevada al año. Lo que ocurre es que puede caer gran cantidad de nieve en menos días. Es el proceso que se está registrando ya con las lluvias torrenciales en regiones de nuestro país. Llueve menos, pero lo hace más intensamente. El resultado de estas nevadas intensas, como ya se vivió con “Filomena”, serán más daños económicos y mayor riesgo para la vida humana.

Foto: Foto: Unsplash/@mickaeltournier

Por tanto, incluso en este escenario de temporales frecuentes de nieve intensa, el efecto para el turismo de nieve podría ser el contrario al inicialmente previsto: daños en las estaciones de esquí, bloqueo de accesos durante más tiempo.

Lo importante, en 2022, es reconocer que el turismo de nieve afronta un futuro de incertidumbre, pero que hay tiempo para planificar soluciones que no pongan en riesgo una actividad económica de gran importancia para nuestro país y con un amplio arraigo social. Es tiempo de actuar.

Jorge Olcina Cantos es Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante y Director del Laboratorio de Climatología de dicha institución académica.

Comenzamos un nuevo año, sin el sobresalto de nuevas “Filomenas” que nos anunciaban erróneamente las cabañuelas para este mes de enero. Y es que el único pronóstico válido es el que elaboran los centros meteorológicos oficiales a diario, con los medios técnicos adecuados, con los métodos de análisis necesarios. Lo otro es anécdota curiosa.

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