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Rinoceronte negro: de 100.000 a 2.000 en menos de un siglo
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Rinoceronte negro: de 100.000 a 2.000 en menos de un siglo

Aunque en determinadas áreas del mundo, como en Namibia, sus poblaciones se han estabilizado, en otras siguen descendiendo día a día, lo que dificulta la situación de esta especie en extinción

Foto: Foto: Andoni Canela
Foto: Andoni Canela

No es el prototipo de desierto. No hay dunas de arena y en algunas zonas la vegetación es abundante. Arbustos y árboles retorcidos revisten un aspecto extraño en este paisaje remoto, con apenas población humana. Visito las regiones de Damaraland, Kaokoland y Kunene, una zona gigantesca en el norte de Namibia. Me encuentro aquí en busca del rinoceronte negro ('Diceros bicornis'), un animal que sobrevive adaptado a este territorio árido en unas condiciones extremas.

Entre llanuras pedregosas y rocas de basalto destaca un paisaje vegetal singular. Predominan extrañas especies vegetales. Me llama especialmente la atención unas plantas conocidas como árbol botella ('Pachypodium lealii') pertenecientes al género 'Pachypodium, endémicas del sur de Angola y Namibia. Su tronco redondeado lo hace inconfundible. Puede superar los 5 metros de altura, aunque en esta zona todos los ejemplares que veo quedan por debajo de los dos metros. Existen también especies varias de euforbia, aloes, acacias y otros arbustos espinosos. Por fin veo aparecer el primer rinoceronte en medio del paisaje rocoso, está comiendo de uno de esos arbustos. Se trata de una euforbia damarana, una planta común de esta zona. Esta euforbia tiene una savia de aspecto parecido a la leche que sirve con frecuencia de alimento a los rinocerontes, que la comen con frecuencia. Esta planta al no ser comestible para otras especies animales (por su toxicidad) está más disponible para su dieta.

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Foto: Andoni Canela

El rinoceronte negro se alimenta de hojas de arbustos, de varias plantas y de árboles no muy altos. Su color no es negro sino gris. Muchas veces parece marrón por la tierra y arena de los lugares donde vive que se le pega al cuerpo. Los rinocerontes negros pesan alrededor de 1.500 kilos y son más pequeños que los rinocerontes blancos, que habitan también en este continente. El rinoceronte negro es una de las especies más amenazadas de la gran fauna africana. La historia de la casi desaparición del rinoceronte negro es impactante. Se calcula que a comienzos del siglo XX habitaban cerca de un millón de rinocerontes negros. Medio siglo más tarde, tan solo quedaban unos 100.000. Y ya en 1995 se redujo hasta poco más de 2.000 rinocerontes. ¡Se mataron el 98% de los rinocerontes en menos de un siglo! Estuvieron en auténtico riesgo de extinción. Posteriormente se ha recuperado ligeramente gracias a los programas de conservación y reintroducción de rinocerontes. En estos momentos se calculan unos 5.000 que habitan sobre todo en el cono sur de África. Su área de distribución se extiende además por el este de África.

La madre rinoceronte y su cría

La temperatura alcanza los 38ºC a las diez de la mañana, lo que hace inútil la búsqueda hasta el atardecer. De hecho, los rinocerontes de este lugar son muy nocturnos para evitar el calor del día. Tengo la oportunidad de acompañar sobre el terreno a un equipo de Save the Rhino Trust. Antes de salir desde uno de sus centros logísticos, me muestran varios cráneos de rinocerontes muertos a causa del furtivismo. Save the Rhino Trust es una organización conservacionista cuyo objetivo es luchar contra la caza furtiva, proteger las áreas de conservación y apoyar a los habitantes de los poblados locales. En los últimos años se han establecido varias zonas de conservación con el reto de beneficiar a las comunidades con la protección de estos animales. Varios de los miembros son locales. Me explican que lo ideal es generar ingresos a través del turismo y otras actividades de conservación para lograr evitar la competencia de los rinocerontes con el ganado y los conflictos ocasionales que se producen, que tienen mucho que ver con la escasa disponibilidad del agua.

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Foto: Andoni Canela

Un poco después de amanecer, llega la sorpresa. Allí, en la lejanía, en un paisaje de enormes rocas de intenso color rojo y salpicado de arbustos espinosos, veo aparecer otro rinoceronte. No va solo, lo acompaña su cría de pocas semanas. El pequeño rinoceronte se mueve con torpeza entre las piedras siguiendo a su madre. Siento la alegría y la esperanza de ver cómo poco a poco esta especie, lejos de estar ya a salvo, se puede ir recuperando.

Más valioso que el oro

Me traslado a una zona más conocida y accesible de Namibia, el Parque Nacional de Etosha. Dentro del parque existen abrevaderos donde la mayor parte de la fauna africana de este lugar viene a beber durante la época seca. Aquí se puede corroborar la gran actividad nocturna de los rinocerontes. Vienen a beber a todas horas. Los veo al atardecer y a medianoche. En medio de la noche, bajo las estrellas, veo llegar una de estas criaturas con su aspecto prehistórico mientras unas hienas están bebiendo en la charca. Cuando llega el rinoceronte, los cánidos dejan de beber y se apartan unos metros. Los rinocerontes beben poco a poco sin hacer demasiado ruido para su tamaño. Las hienas no regresarán hasta que se haya ido el rinoceronte.

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Foto: Andoni Canela

Saciada su sed, los rinocerontes se marchan con la misma tranquilidad con la que han llegado. Se puede pensar que en una zona protegida como esta están a salvo, pero no es así. En los últimos dos años han muerto ilegalmente en Namibia más de cien rinocerontes. Muchos de ellos en el Parque Nacional de Etosha y en zonas cercanas. La tendencia va a la baja comparada con años anteriores, pero en otros países cercanos como Zimbabue va en aumento. La caza furtiva mata miles de rinocerontes cada año y constituye la amenaza principal para todas las especies de rinoceronte. El objetivo son sus cuernos destinados a la venta en el comercio ilegal.

Los cuernos de rinoceronte alcanzan un valor de hasta tres veces el del oro en el mercado negro. Por algunos cuernos de rinocerontes se han pagado más de medio millón de euros. Sus usos son variados. El más conocido es el uso para remedios supuestamente curativos en la práctica de la medicina tradicional de Asia, incluida la cura del cáncer. Se les otorga también poderes afrodisíacos. Pero está claro que no tienen tales propiedades, pues están formados de queratina, el mismo material que las uñas. En países de Oriente, de Asia y del norte de África se utilizan también para fabricar puñales ceremoniales.

No es el prototipo de desierto. No hay dunas de arena y en algunas zonas la vegetación es abundante. Arbustos y árboles retorcidos revisten un aspecto extraño en este paisaje remoto, con apenas población humana. Visito las regiones de Damaraland, Kaokoland y Kunene, una zona gigantesca en el norte de Namibia. Me encuentro aquí en busca del rinoceronte negro ('Diceros bicornis'), un animal que sobrevive adaptado a este territorio árido en unas condiciones extremas.

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