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Hacia un nuevo sector legal: cómo la IA está rediseñando el trabajo del abogado
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Hacia un nuevo sector legal: cómo la IA está rediseñando el trabajo del abogado

El uso de IA está redefiniendo el ámbito jurídico, impulsando la eficiencia y planteando desafíos sobre cuál debe ser el papel de sus profesionales en el futuro. Los expertos apuntan en una dirección: la experiencia aportará la capa de valor

Foto: Foro 'El impacto de la IA generativa en el sector legal'.
Foro 'El impacto de la IA generativa en el sector legal'.

Una de las herramientas más poderosas que tienen los profesionales del derecho es el lenguaje y, precisamente, este es también el punto fuerte de los modelos de inteligencia artificial (IA) generativa que están poniendo patas arriba determinadas actividades productivas e incluso industrias enteras. En el caso particular del entorno legal, se reconoce que existen tareas repetitivas que son automatizables con cierta facilidad, mientras aquellas relacionadas con la capacidad de análisis crítico que se consigue gracias a la experiencia son más complicadas de realizar para una máquina. Pero más allá de mecanizar tareas, analizar datos, asesorar de forma personalizada, crear documentos y predecir el futuro, ya hay estudios e informes que señalan a este ámbito como el segundo en el que más impactará la IA, solo por detrás del administrativo. Entonces, cabe preguntarse si sobrarán (o ya sobran) abogados. Por el momento, los expertos coinciden en señalar que son las nuevas generaciones, los juniors, los que más afectados se verán por esta revolución.

Para entender en qué punto se encuentra el entorno jurídico y qué se puede esperar de la generalización en el uso de esta tecnología, El Confidencial organizó junto a Lefebvre y PwC Tax & Legal, y con la colaboración de IE University, el foro El impacto de la IA generativa en el sector legal. El panel de expertos que configuró el eje central de la cita estuvo constituido por José Ángel Sandín, CEO de Lefebvre; Patricia Manca, socia responsable de NewLaw en PwC Tax & Legal; Johanna Jacobsson, profesora de IE Law School en IE University; José Luis Pérez, socio de la consultora black.swan; e Ignacio Mendoza, director legal de Heineken España.

Pese al entusiasmo que despierta la IA generativa en el sector, todos los participantes en la mesa redonda reconocieron que es mayor su potencial a futuro que el demostrado hasta ahora. Así, José Luis Pérez aclaró que "si bien es una tecnología que se podrá aplicar a muchos campos en el sector legal, queda mucho por hacer. Para entender en qué punto nos encontramos hay que dar un paso atrás y preguntarse cuáles son las funciones de un abogado y cuáles de sus tareas puede hacer una máquina". En su opinión, "es en aquellos asuntos en los que hay un diagnóstico estandarizado dónde se está poniendo el foco actualmente. Pero, de momento, el análisis crítico sigue siendo el trabajo esencial del profesional legal y ahí sigue siendo útil, así que quiero lanzar un mensaje de tranquilidad a corto plazo", concretó el socio de black. swan.

En una línea similar, Patricia Manca explicó que "el primer paso es entender en qué consiste esta tecnología. La realidad es que se trata de un modelo de lenguaje que no sabe nada. Parece que tiene conocimientos, pero no los tiene". La clave está, en palabras de la representante PwC Tax & Legal, "en revisar todo lo que dice porque, aunque utilice un lenguaje muy bonito y domine la semántica, puede llegar a inventarse las respuestas, las fuentes y sus referencias. Es una tecnología que se basa en la información que aparece en internet y en estadísticas. Por esta razón, la capa de valor la sigue aportando el profesional jurídico con sus análisis basados en conocimientos legales y experiencia", advirtió.

"El primer paso es entender la IA generativa: es un modelo de lenguaje que parece que tiene conocimientos, pero no los tiene" P. Manca (PwC)

Por su parte, el CEO de Lefebvre incidió en la cuestión técnica: "Para que la máquina extraiga lo más relevante, hay que facilitarle una información de calidad que, además, esté bien estructurada", defendió. En consonancia con sus compañeros de tertulia, Ignacio Mendoza corroboró la importancia de "utilizar la herramienta a partir de una información y una materia que realmente sean dominadas por cada profesional, para evitar caer en la trampa de las alucinaciones —calco del término inglés hallucination, que hace referencia a cómo la IA reconoce ciertos patrones que la llevan a aportar información inexacta—. Por otra parte, —continuó el director legal de Heineken España—, hay que ampliar la mirada porque existe una amplia diversidad de IA generativas y aplicaciones. Algunas son más fuertes y eficaces en unos ámbitos, mientras fallan en otros y viceversa. En estos momentos, la clave parece estar en probar las diferentes propuestas del mercado y combinar sus resultados". El experto sí admitió que "aunque ahora solo puedan eficientar porcentajes muy pequeños de nuestros procesos, ya son herramientas útiles que tienen un gran potencial de cara al futuro".

placeholder José Luis Pérez, Ignacio Mendoza y Patricia Manca.
José Luis Pérez, Ignacio Mendoza y Patricia Manca.

Pero si la IA afecta a los abogados en activo, también tiene una especial repercusión en la formación y la carrera de los futuros profesionales. Sobre la cuestión educativa, Johanna Jacobsson admitió que para las universidades y centros educativos especializados en el entorno jurídico "el reto es enorme". "Todavía reflexionamos sobre si la IA debe ser transversal a todas las materias o debe haber cursos específicos —matizó—, porque es innegable que para ser abogado debes conocer el Derecho, pero ahora estamos hablando de máquinas y tecnología". Esta dicotomía lleva a la profesora de IE a pensar que "se debe encontrar un equilibrio. Es decir, en el futuro no podremos ser solo abogados, sino que los perfiles serán diversos. Habrá que dominar las herramientas, sin olvidar al ser humano", puntualizó.

El futuro incierto de los abogados 'junior'

El papel de los abogados junior y cómo afectará esta revolución a su futuro sobrevoló el debate en varias ocasiones. De esta forma, Patricia Manca sacó a colación un estudio del AI Center of Excellence de Nueva Zelanda, cuyas conclusiones fueron extraídas tras comparar la eficiencia entre nuevos profesionales y diferentes modelos de lenguaje a la hora de realizar tareas específicas de revisión contractual: "A nivel de velocidad los resultados fueron abrumadores, ya que, lo que los principiantes conseguían en 46 minutos, la IA lo hacía en 4. Además, en términos de costes, el ahorro que suponía emplear una máquina frente a la contratación de personal sin experiencia era del 99,9%". Esto demuestra, en palabras de la socia de PwC, que "esta tecnología ya hace muy bien algunas cosas".

"Tenemos que sopesar si la eficiencia que proporciona la IA compensa las pérdidas de análisis humano", J. L. Pérez (black.swan)

Al mismo tiempo, para José Luis Pérez esto revela que "hay que tener cuidado" porque "si bien ganamos, en general, con el uso de estas herramientas tan potentes, también podemos perder mucho". El socio de black.swan enfatizó que "en el futuro, las herramientas basadas en IA serán cada vez más potentes y específicas, menos generales para todo el entorno legal y más centradas en aspectos particulares. Esto abrirá la posibilidad de plantear nuevos modelos de negocio. Pero, a la vez, existe la posibilidad de perder la capacidad crítica de los jóvenes abogados o que, al menos, ésta disminuya". Bajo su perspectiva, "tenemos que poner en la balanza y sopesar si la reducción de horas y la eficiencia que proporciona la IA compensa las pérdidas de análisis humano y el valor que esto proporciona", remarcó.

También el director legal de Heineken abordó la cuestión para afirmar que "el espíritu crítico será más importante que nunca. Como también lo será cómo esté estructurada la información y cómo se plantee el prompting. Está claro que, cuanto mejor se pregunte, mejor será la respuesta. Así que sí habrá margen de diferenciación entre profesionales". En otras palabras, "la IA no aplanará totalmente el nivel". Para explicarlo, Ignacio Mendoza recurrió a la literatura científica publicada al respecto —en este caso un paper de la Harvard Business School— para sugerir que las personas y sus capacidades continuarán importando en el futuro, pese al impacto de la IA: "Los resultados del estudio demuestran que los good performersbuenos intérpretes, en español— mejoraban un 17% su eficiencia cuando trabajan con IA, mientras que los bad performers lo hacían en un 43%. Pese a que ambos extremos se aproximaban, seguía habiendo una gran diferencia entre unos y otros".

placeholder José Ángel Sandín y Johanna Jacobsson.
José Ángel Sandín y Johanna Jacobsson.

Precisamente, una de las tareas más difíciles de automatizar, según Johanna Jacobsson, es la oratoria. "En los países nórdicos esta labor la realizan propiamente los abogados, ya que muchas de las otras funciones son desempeñadas por otros perfiles legales o, incluso, por profesionales ajenos al entorno jurídico. El problema aquí en España es que todas estas tareas sí las están realizando los abogados", indicó. Sin embargo, la profesora de IE Law School en IE University subrayó que "la imagen del abogado litigador que argumenta en un juicio, por el momento, no podrá ser sustituida por una máquina en el corto plazo".

Para concluir, José Ángel Sandín lanzó un mensaje optimista: "La verdadera magia de la irrupción de la IA en el sector legal es que se difuminan las barreras en la interacción con la máquina. Ahora se puede solicitar aquello que se necesita con lenguaje natural, la IA lo entiende, lo transforma y proporciona información útil para desarrollar el trabajo". Llegados a este punto del análisis, el CEO de Lefebvre constató que "la clave estará en tener juicio para entender y extraer lo correcto y válido de cada material recibido de una IA". Y finalizó su intervención añadiendo que "si en poco más de un año hemos avanzado tanto en esta materia, solo hay que deducir la calidad que tendrán estas herramientas dentro de un par de años".

Una de las herramientas más poderosas que tienen los profesionales del derecho es el lenguaje y, precisamente, este es también el punto fuerte de los modelos de inteligencia artificial (IA) generativa que están poniendo patas arriba determinadas actividades productivas e incluso industrias enteras. En el caso particular del entorno legal, se reconoce que existen tareas repetitivas que son automatizables con cierta facilidad, mientras aquellas relacionadas con la capacidad de análisis crítico que se consigue gracias a la experiencia son más complicadas de realizar para una máquina. Pero más allá de mecanizar tareas, analizar datos, asesorar de forma personalizada, crear documentos y predecir el futuro, ya hay estudios e informes que señalan a este ámbito como el segundo en el que más impactará la IA, solo por detrás del administrativo. Entonces, cabe preguntarse si sobrarán (o ya sobran) abogados. Por el momento, los expertos coinciden en señalar que son las nuevas generaciones, los juniors, los que más afectados se verán por esta revolución.

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