Pérez-Llorca vuelve a subir el sueldo a los júniors y eleva la presión en otros bufetes

Pérez-Llorca vuelve a agitar la guerra por el talento joven. Según ha podido saber El Confidencial, la firma ha aprobado una subida del salario de los júniors de primer año, de 45.000 a 46.000 euros anuales. Una decisión que se produce en un momento en el que muchos de sus competidores están sumidos en el intenso debate sobre si revisar o no su escala retributiva. De hecho, como aseguran fuentes del sector, en algunos de ellos ya se ha impuesto opción de la congelación ante el mal final de año que ha experimentado la actividad transaccional y los oscuros nubarrones que se ciernen sobre 2024. No obstante, el movimiento del despacho que lidera Pedro Pérez-Llorca les traslada una importante presión para no quedarse atrás en su capacidad de fichar a los universitarios más brillantes.

Esta nueva alza —confirmada por la firma, aunque explicada como una revisión ordinaria— se produce después del importante subidón adoptado en 2022, cuando la organización situó la retribución de los júniors en 45.000 euros en su primer año y en 50.000 en el segundo. La decisión provocó un auténtico terremoto en el sector legal porque, si bien con ella Pérez-Llorca se igualaba a los salarios de entrada en los bufetes del Magic Circle, la captación de jóvenes abogados que lleva a cabo cada ejercicio el despacho español es mucho mayor. Así, mientras las firmas inglesas apenas llegan a la decena de incorporaciones, las contrataciones de júniors en Pérez-Llorca pueden alcanzar las 30 o 40, un volumen que supone una amenaza para los procesos de selección de Garrigues, Cuatrecasas, Uría Menéndez o Gómez-Acebo & Pombo.

Con la subida a 46.000 euros, no obstante, Pérez-Llorca vuelve a igualarse con las firmas del Magic Circle, pues estas han incrementado ya sus salarios de entrada hasta esa cifra. Lejos quedan, no obstante, los grandes bufetes norteamericanos como Latham & Watkins o White & Case, cuyas retribuciones iniciales ya están por encima de la cota de los 50.000 euros. En evento público celebrado recientemente, Pedro Pérez-Llorca, socio director de Pérez-Llorca, defendía la relevancia que el talento esté bien retribuido para ser capaz de atraer a los mejores profesionales y, por ende, ofrecer el mejor servicio al cliente. "El sueldo de los abogados debe estar conforme a mercado o, si es posible, por encima de mercado", afirmó, sin mostrarse partidario de recortar la compensación de los socios para elevar salarios, optando por tratar de ser competitivo en todos los ámbitos.

La ambiciosa estrategia retributiva de Pérez-Llorca es una cuestión muy comentada en otros despachos, no solo a nivel de júnior, también en otras categorías profesionales. Porque la subida de sueldo de los júniors tiene el efecto inmediato de empujar los salarios de los niveles por encima para no perder competitividad conforme avanza la carrera de los letrados, momento en el que se produce la mayor fuga de talento en las organizaciones. Todo ello, a su vez, inyecta más tensión en las finanzas de los bufetes, en un momento en el que los incrementos de costes y la caída de la carga de trabajo están amenazando la rentabilidad de las firmas y, por tanto, la compensación de los socios. Algunos ya describen la actual situación como una suerte de tormenta perfecta financiera para los despachos de abogados.

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Habrá que ver cómo impacta el movimiento de Pérez-Llorca en el resto de sus categorías profesionales y en las decisiones que adopten las cúpulas de otros bufetes que, en algunos casos, no esconden su incomodidad por la presión que les traslada una política salarial tan agresiva por parte de un competidor directo. Sin embargo, en el sector hay quien admite que este año "toca hablar de salarios" después de que, tras las fuertes revisiones poscovid, en muchas de las grandes organizaciones del sector los sueldos se hayan mantenido planos en los últimos ejercicios. El momento, no obstante, no es el mejor para afrontar esta conversación, pues en las cúpulas existe verdadera preocupación respecto de la marcha de 2024. De hecho, crece el runrún de que hay bufetes cocinando medidas difíciles para salvar la buena salud de sus cuentas y su rentabilidad. En algún caso, incluso, ya se han producido despidos puntuales.

Lo que sí está decidido ya en la mayoría de firmas es la reducción el número de júniors que incorporarán el próximo ejercicio. También se están retrasando sus contrataciones para ganar tiempo para ver cómo evoluciona la economía. El último trimestre del año suele ser la época en la que los despachos de élite firman a los jóvenes que están terminando sus estudios y van a incorporar el próximo septiembre. Sin embargo, muchos de ellos lo están posponiendo a febrero o marzo, como admite un responsable de RRHH, a la espera de ver si, entonces, el horizonte está algo más despejado.

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A la coctelera que conforma este complicado contexto hay que sumar, además, el impacto que tendrá la implantación de la inteligencia artificial (IA) generativa en los despachos. En un foro celebrado recientemente, el socio director de Andersen, José Vicente Morote, admitió que las capacidades afectarían a la contratación de jóvenes abogados. "Vamos a necesitar menos júniors", aseveró, aunque agregó que "los que contratemos tendrán que estar mejor preparados y también serán mejor pagados". Unas palabras que, en el mismo evento, suscribió Pedro Pérez-Llorca. "Creo que así será, que habrá menos júniors, aunque espero que finalmente no sea así", lamentó.