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El teletrabajo pierde fuelle: los abogados prefieren ir a la oficina... pero de 8:00 a 17:00
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Nueva demanda: horarios previsibles

El teletrabajo pierde fuelle: los abogados prefieren ir a la oficina... pero de 8:00 a 17:00

Una encuesta revela que la mayoría de los letrados prima la presencialidad y la rigidez horaria a cambio de saber a qué hora van a empezar y acabar de trabajar

Foto: El teletrabajo pierde fuelle. (iStock)
El teletrabajo pierde fuelle. (iStock)
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En apenas tres años, el teletrabajo ha revolucionado el sector legal. Las políticas de flexibilidad, prácticamente inexistentes en época precovid, se han convertido en una condición esencial para los letrados, hasta el punto de que más de la mitad cambiaría de trabajo si su bufete les exigiera estar full time en la oficina, de acuerdo con una encuesta elaborada en 2022 por la consultora británica BigHand. Por su parte, muchos bufetes han vencido las reticencias iniciales para implantar modelos más o menos ambiciosos, conscientes, en todo caso, del poder que tiene esta herramienta para la retención y atracción de talento. Ahora bien, ¿y si, tras probar las bondades del trabajo remoto, los abogados han descubierto que prefieren acudir a la oficina?

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Esta es la conclusión que parece desprenderse del informe Tendencias legales para bufetes de abogados medianos 2023, elaborado por la consultora Clio. El estudio, que recoge la opinión de decenas de miles de letrados de Estados Unidos, hace una radiografía de los retos y tendencias de las firmas de "tamaño mediano", un concepto que incluye una amplia categoría de estructuras: desde boutiques especializadas hasta bufetes generalistas con varias áreas de práctica. Una de las conclusiones más llamativas es, precisamente, el cambio de visión de los profesionales del derecho hacia el teletrabajo y los horarios flexibles, hacia los que han desarrollado "cierta resistencia". De hecho, la mayoría prefiere acudir presencialmente al despacho.

En números, el estudio concreta que seis de cada 10 letrados son partidarios de trabajar en la oficina antes que en casa. Un porcentaje idéntico prefiere reunirse con los clientes cara a cara en vez de a través de una pantalla, mientras que dos tercios priman reunirse con sus compañeros y superiores de forma física y no virtual.

Foto: Trabajar desde el domicilio. (EFE/Emilio Naranjo)

¿A qué se debe este cambio de mentalidad? Los autores del informe apuntan a varios motivos. El primero de ellos es la posibilidad de desarrollo profesional. Así, acudir diariamente a la sede del despacho otorga al letrado la posibilidad de socializar con los compañeros y generar potenciales sinergias. Los más jóvenes, además, ven con interés la presencialidad, ya que las interacciones en persona "les permiten causar una buena impresión y ser vistos por los profesionales más sénior", puntualiza el paper, lo que redunda tanto en su desempeño individual como en su eventual promoción.

En lo que respecta a las reuniones con clientes, el estudio de Clio señala que algunos profesionales se decantan por el despacho porque "pueden sentirse más cómodos o ser más productivos en un entorno cara a cara, especialmente cuando se trata de trabajar en conjunto con diferentes miembros del equipo o departamentos".

Nueva demanda: rutina y horarios predecibles

Pero eso no es todo. En segundo lugar, la encuesta destaca otro factor relevante en toda esta ecuación, y es la prolongación de la jornada derivada de la implantación de políticas de trabajo flexible. Al estar en casa, los profesionales vieron cómo se alargaba su horario laboral, ya de por sí extenso, por hacer más horas extra a las que estaban acostumbrados. De acuerdo con los datos del informe, la mayoría de los letrados trabajan más horas de las que quieren y en franjas horarias que rechazan, como el tiempo del almuerzo, hasta altas horas de la noche o los fines de semana.

La presencialidad permite a los más jóvenes causar una buena impresión y ser vistos por los profesionales más sénior

Como respuesta al efecto perverso que parece estar generando la implementación del modelo remoto en los despachos, el informe explica que los letrados ya no ven con tan buenos ojos la libertad de organización que les permite el teletrabajo. En su lugar, se inclinan la rigidez presencial a cambio de tener horarios predecibles. En concreto, algo más de la mitad (57%) prefieren un horario fijo antes que tener la autonomía de poder elegir en qué horas del día trabajar, mientras que un porcentaje similar (55%) concretó que primaban una jornada rígida de ocho de la mañana a cinco de la tarde antes que disponer del día entero para poder sacar adelante el trabajo.

Foto:

"Puede parecer sorprendente que los abogados de las firmas medianas no busquen autonomía para elegir su propio horario. Sin embargo, los datos sugieren que no están priorizando la autonomía y, en cambio, prefieren la rutina y la previsibilidad. Es decir, preferirían trabajar dentro de un período de tiempo determinado durante el día, y ese es el horario de oficina tradicional", indica el informe.

Por último, el estudio apunta a un tercer y último motivo detrás del aparente rechazo de los letrados hacia las políticas de trabajo flexible: la falta de tecnología adecuada. "Los despachos de tamaño medio son mucho menos propensos a utilizar software basado en la nube que sus homólogos más pequeños, y, por lo tanto, carecen de la flexibilidad de trabajar sin problemas desde cualquier lugar y en cualquier momento. Esto plantea la cuestión de si las reticencias a trabajar a distancia se deben al desinterés o a la falta de recursos adecuados", aventura.

En apenas tres años, el teletrabajo ha revolucionado el sector legal. Las políticas de flexibilidad, prácticamente inexistentes en época precovid, se han convertido en una condición esencial para los letrados, hasta el punto de que más de la mitad cambiaría de trabajo si su bufete les exigiera estar full time en la oficina, de acuerdo con una encuesta elaborada en 2022 por la consultora británica BigHand. Por su parte, muchos bufetes han vencido las reticencias iniciales para implantar modelos más o menos ambiciosos, conscientes, en todo caso, del poder que tiene esta herramienta para la retención y atracción de talento. Ahora bien, ¿y si, tras probar las bondades del trabajo remoto, los abogados han descubierto que prefieren acudir a la oficina?

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