El nuevo (y polémico) estilo de Daniel Toscani, el último gran 'influencer' legal

Daniel Toscani es uno de los 'influencers' jurídicos del momento en Twitter. Su cuenta, en la que se define como un "apasionado" del Derecho del Trabajo, la Seguridad Social y la docencia, supera ya los 54.000 seguidores. Toscani es profesor y doctor por la Universidad de Valencia (UV), también ejerce como docente colaborador en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y, según su propio perfil profesional, asesora en temas laborales a varios despachos de abogados.

Como él mismo relata, su despegue como 'tuitero' es relativamente reciente. Abrió su cuenta en marzo de 2019, "pero mis seguidores se han disparado en los últimos tres o cuatro meses", asevera en conversación con El Confidencial. Hasta esa fecha, su actividad en la red social se limitaba a difundir o recordar sentencias novedosas o relevantes, y comentar alguna cuestión de actualidad desde la perspectiva laboral. A partir de entonces, cambió su estilo por uno más crítico con la situación del mercado de trabajo, denunciando la precariedad de muchos trabajadores —especialmente de los más jóvenes— y la mala mentalidad empresarial, asegura, tendente a "exprimir al empleado", sin respetar sus derechos. Pero no solo eso. "También cuento casos reales de gente que conozco", agrega.

Coincidiendo con su nueva manera de comunicar, revela Toscani, empezó a recibir consultas de particulares. "Al principio unas pocas, pero ahora son en torno a 30 cada día". Casi no da abasto. Él responde aconsejando o asesorando sobre cómo abordar el problema, incluso, en algún caso, acompaña al afectado a su trabajo para hablar con su empresa. Son precisamente este último tipo de tuits, los basados en casos reales, los que en las últimas semanas han levantado gran polvareda en el ecosistema de 'tuiteros' juristas, especialmente entre los abogados.

Nuevo tono desafiante

Si algo caracteriza al 'nuevo Toscani' es el tono desafiante con los desmanes empresariales que narra en sus 'tuits'. "Ahora verá nuestra forma de trabajar", advertía en un comentario publicado el pasado 9 de junio, tras contar la historia de una joven a la que despidieron por reclamar que se plasmaran en su contrato las horas reales que trabajaba para la compañía.

Las consultas que afirma recibir el profesor de la UV son de lo más variopintas. Pero suelen tener un punto coincidente. En casi todas ellas, se produce una vulneración de derechos fundamentales del trabajador, lo que determina que Toscani diagnostique la nulidad de su despido. Así sucedió en este caso en el que dos empleados que, a modo de Romeo y Julieta, fueron cazados teniendo un romance, lo que a ella le valió la máxima sanción: el cese.

También en el caso de un trabajador árabe que, por expresarse en su propio idioma, recibió la carta de despido por parte de su empresa.

Pero, las historias que más pasiones 'tuiteras' desatan son aquellas en las que Toscani afirma haber acompañado al afectado a su puesto de trabajo y, normalmente, haber conseguido que la empresa recule y ceje en sus abusos. El 26 de mayo, por ejemplo, relató la consulta de una mujer que fue contratada después de haber negado tener hijos durante la entrevista. Al solicitar un turno específico para cuidar a los niños, desveló que sí los tenía. Despido inmediato. "Mañana vamos a hablar con el jefe", anunció Toscani.

Dicho y hecho. O al menos así consta en el relato 'tuitero'. El 27 de mayo, el profesor de la UV comentó que, tras exponerle al empresario que había realizado una pregunta personal ilícita en la entrevista, la jurisprudencia reconocía a la trabajadora "el derecho a mentir". Asimismo, al haberla despedido después de solicitar un turno, el cese sería nulo. "La readmiten". Victoria.

También acabó felizmente, o eso contó Toscani, el caso de una becaria fraudulentamente contratada en un despacho de abogados.

Sus seguidores, divididos

Las nuevas formas de Toscani le están aupando al Olimpo de 'influencers' legales, pero también está dividiendo a sus seguidores. Por un lado están quienes adoran su estilo comprometido, su lenguaje desafiante con los abusos y sus dardos anti-empresarios. De hecho, muchos de sus 'tuits' son respondidos por usuarios que agradecen su labor divulgativa y la ayuda que asegura estar prestando a muchos ciudadanos. En el otro extremo se sitúan quienes cuestionan la veracidad de sus historias y le acusan de dar una imagen frívola y facilona de los conflictos laborales. La mayoría de ellos son, precisamente, abogados especializados en Derecho del Trabajo.

Pero, como esto es Twitter, junto con sus respectivas legiones 'fans' y 'haters', y sus correspondientes halagos y reproches, Toscani también puede presumir de haber creado una moda propia de humor en la red social. Un estilo que podría definirse como historietas de asesoramiento legal exprés, inverosímil y de final feliz.

El fenómeno, incluso, ha traspasado la barrera del tuit humorístico y se ha adentrado en el terreno de los memes. De estilo ácido, eso sí.

Más allá de las bromas, lo cierto es que los relatos de Toscani suscitan el debate sobre la veracidad de sus relatos y sí, con ellos, está traspasando alguna línea roja ética o deontológica. "Sé que hay abogados que piensan que les estoy haciendo competencia desleal, pero no es así. Yo no cobro por estas cosas, no compito contra ellos porque no ejerzo de letrado. Es más, si veo que es un caso que no puede resolverse con el diálogo, siempre se lo derivo a un compañero abogado", asevera Toscani.

En todo caso, al margen de controversias, siempre hay quien agradece que haya alumbrado una nueva fuente de humor en una red social demasiado tendente a la crispación. Esto es Twitter.