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Lucha entre plebeyos y patricios por el control del Real Club de Polo de Barcelona
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ELECCIONES HISTÓRICAS

Lucha entre plebeyos y patricios por el control del Real Club de Polo de Barcelona

El histórico club, segundo más importante de Cataluña por número de socios, celebra elecciones por primera vez en 14 años. Una faraónica obra y una millonaria deuda han roto su burguesa tranquilidad

Foto: Concurso de Saltos Internacional (CSIO), disputado en el Real Club de Polo de Barcelona. (EFE/Alejandro García)
Concurso de Saltos Internacional (CSIO), disputado en el Real Club de Polo de Barcelona. (EFE/Alejandro García)
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En la zona alta de la Ciudad Condal, en los números 19 a 31 de la avenida Doctor Marañón, se levanta desde hace más de un siglo el Real Club de Polo de Barcelona, el segundo más importante de Cataluña por número de socios y uno de los más históricos de España. Punto de encuentro y reunión de la clase alta de la ciudad, la burguesa tranquilidad de sus torneos de polo, pádel, tenis, hockey sobre hierba y equitación se ha visto sorprendida por una inédita lucha de poder.

El pasado 16 de octubre, la junta directiva convocó elecciones por primera vez en 14 años, todo un hito tras el que se esconde el malestar de gran parte de los socios con un modelo de gestión que consideran erróneo, opaco y al que responsabilizan de haber llevado el club deportivo a asumir una millonaria deuda de cinco millones de euros. El origen del conflicto está en la construcción de un nuevo edificio de 7.000 metros cuadrados para fitness, piscinas cubiertas, una nueva tribuna y una sala polivalente, que inicialmente se presupuestó en seis millones de euros y que ha terminado suponiendo una inversión de 12,8 millones, más del doble.

Obra del reconocido despacho de arquitectura Batlle i Roig, para abordar esta obra, que los socios disconformes tachan de faraónica, el club ha pedido un crédito de cinco millones de euros a CaixaBank, a un tipo fijo del 2,5% y con un plazo de amortización de 10 años. Una hipoteca que ha roto las costuras de la junta directiva y ha llevado a su hasta ahora vocal, Javier Moreno Meyerhoff, a presentar una candidatura alternativa a la oficialista, capitaneada por Pablo Sánchez, actual vicepresidente primero.

Ambos forman parte del órgano de gobierno que desde 2016 preside Curro Espinós. En una suerte de relevo organizado que se repite desde hace 14 años, el empresario barcelonés sucedió a Eudaldo Bonet Ferrer (Grupo Freixenet) tras haber sido su vicepresidente, el mismo pase de testigo que ahora se perseguía repetir con una candidatura única capitaneada por Sánchez, socio de la agencia Dinamarka. Pero, esta vez, un grupo de socios se ha movilizado para que haya elecciones, con la vista puesta en renovar la gestión y enderezar sus cuentas.

Foto: Entrada a la urbanización La Moraleja, en Madrid.

En un movimiento que algunos observadores califican como la rebelión de los plebeyos contra los patricios, en alusión al movimiento renovador que supone frente a la lista única del poder establecido, la candidatura de Moreno, bautizada como ¡Vamos, Polo!, ha decidido hacer bandera de la paridad, presentando por primera vez en la historia del club a una mujer, Mónica Espadaler, como vicepresidenta deportiva, el segundo cargo más importante junto al del vicepresidente económico, sillón que aspira a ocupar Pere Viñolas y que refleja el otro pilar de esta lista: velar por la salud financiera del club.

Moreno fue durante ocho años director corporativo de la oficina de Barcelona del bufete Clifford Chance. Tras esta etapa, se incorporó a la firma de cazatalentos Boyden, hasta que en 2010 fundó Iuris Talent, primer head hunter especializado en la búsqueda de profesionales del sector jurídico. Espadaler es una experta en relaciones públicas, campeona de Cataluña de pádel y de España por equipos, que hace seis años fundó Events & Help, firma de organización de eventos deportivos y solidarios, un perfil social que también quiere potenciar en el club implicando a colectivos desfavorecidos. Viñolas, por su parte, es consejero delegado de Inmobiliaria Colonial, una de las mayores compañías de España, cotizada en el selectivo índice Ibex 35, un perfil ejecutivo que aboga por la prudencia y el rigor en las cuentas.

Situación financiera

En el último año, la deuda bancaria del Real Club de Polo ha pasado de poco más de 300.000 euros a cinco millones. Esto ha disparado por cuatro los gastos financieros y ha hecho que, a pesar de que los ingresos hayan crecido casi un 20%, al pasar de 15,5 a 18,3 millones de euros, el beneficio haya sido de apenas 37.103 euros, después de dos años de pérdidas. En este incremento de los ingresos ha jugado un importante papel el fuerte aumento del número de socios, más de un millar en apenas dos años, lo que ha generado cierto colapso de las instalaciones y ha despertado malestar entre los socios en los últimos meses, según denuncia ¡Vamos, Polo!

Al cierre del pasado ejercicio, el club disponía de 20,5 millones de fondo social, un 13% más que el año anterior, partida que se nutre de las cuotas de entrada que han pagado cada uno de sus 11.388 socios y que no se devuelven si se dan de baja. Para poder entrar en este selecto club, se necesita pagar a fondo perdido 35.000 euros, salvo que se sea familiar de un socio, lo que rebaja la factura en función del parentesco y la edad: los hijos entre cinco y 30 años van encareciéndose desde 475 hasta 6.000 euros; a partir de los 31 años, el desembolso es de 16.000 euros, misma cuota que se exige para padres y hermanos; el cónyuge son 5.500 euros; mientras que los tíos, sobrinos y primos requieren 25.000 euros.

placeholder Final de Hípica de la Longines FEI Jumping Nations Cup, en el Real Club de Polo de Barcelona. (EFE/Quique García)
Final de Hípica de la Longines FEI Jumping Nations Cup, en el Real Club de Polo de Barcelona. (EFE/Quique García)

Uno de los principales éxitos que cita Sánchez en el programa de su candidatura es haber incrementado bajo la presidencia de Espinós (referencia que no deja lugar a dudas sobre su carácter oficialista) en más de cuatro millones el valor patrimonial del club y en siete millones su tesorería. Además, defiende que la obra del nuevo edificio fue respaldada por una encuesta en la que participaron 440 socios. Esta baja representatividad es una de las murallas que quiere derribar la candidatura de ¡Vamos Polo!, que defiende la necesidad de implicar más a la gran masa de socios y fomentar su participación activa.

Además de estas dos candidaturas, también se promovió una tercera, bautizada como Somos Polo y capitaneada por el abogado José María Cardellach, que se presentó como crítica hace menos de un mes y que ha terminado integrándose con la de Sánchez, bajo el lema "Juntos, sigamos construyendo". Tras este acuerdo, Cardellach se presenta en la nueva lista unificada como candidato a la vicepresidencia de desarrollo e innovación social.

Historia centenaria

El Real Club de Polo de Barcelona fue fundado en 1897 por un grupo de aficionados a este deporte que, poco a poco, fueron ampliando sus secciones hacia otras actividades. Su razón de ser es el fomento de la hípica, el hockey, el tenis y el pádel, aunque los estatutos contemplan la posibilidad de implantar otros deportes, previa autorización de la junta directiva.

Los terrenos donde se levanta el club son propiedad de la sociedad Torre Melina, que los alquila a esta asociación con un contrato que lleva prorrogándose casi un siglo. La última renovación se remonta al 1 de julio de 2006 y se selló por un plazo de 25 años, hasta 2031. Para entonces, todavía no se habrá terminado de pagar el préstamo con CaixaBank. Más leña para alimentar el fuego del malestar que ha derivado en estas elecciones.

El pasado viernes concluyó el plazo para presentar las candidaturas y ahora arranca una campaña que se extenderá hasta el próximo 17 de diciembre, día en que se celebrarán unas elecciones en las que únicamente se admite el voto presencial, razón de más para que la candidatura rebelde se haya lanzado a intentar fomentar la participación activa de todos los socios posibles. Por el momento, frente a los 518 avales que se requieren para presentar candidatura, han conseguido 1.800.

Además de contar entre sus miembros con gran parte de la burguesía catalana, el Real Club de Polo puede presumir de tener numerosos campeones de España de las diferentes secciones deportivas que aglutina. Además, jinetes como Marta Ortega, Cayetano Martínez de Irujo y Simon Baker son habituales en sus competiciones, como se pone de manifiesto en cada nueva edición del concurso de saltos internacional, conocido por su acrónimo CSIO, que acoge el club; sin olvidar a la medallista olímpica Beatriz Ferrer Salat, socia del club y que compite en la modalidad de doma.

En la zona alta de la Ciudad Condal, en los números 19 a 31 de la avenida Doctor Marañón, se levanta desde hace más de un siglo el Real Club de Polo de Barcelona, el segundo más importante de Cataluña por número de socios y uno de los más históricos de España. Punto de encuentro y reunión de la clase alta de la ciudad, la burguesa tranquilidad de sus torneos de polo, pádel, tenis, hockey sobre hierba y equitación se ha visto sorprendida por una inédita lucha de poder.

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