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Ignacio Robles, el bombero pacifista que no cargó armas para Yemen
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LIDERA LA LISTA DE PODEMOS PARA GETXO

Ignacio Robles, el bombero pacifista que no cargó armas para Yemen

Tras salvar una sanción de tres a seis años de suspensión de empleo y sueldo por negarse a participar en un cargamento de bombas a Arabia Saudí en Bilbao llevará su activismo al ayuntamiento vizcaíno

Foto: Ignacio Robles en una concentración en septiembre de 2017 en Getxo contra la exportación de armas españolas. (Greenpeace)
Ignacio Robles en una concentración en septiembre de 2017 en Getxo contra la exportación de armas españolas. (Greenpeace)

Existe una fecha marcada en rojo para el activismo. El 13 de marzo de 2017. "Ese día ocurrió algo", enfatiza el documental 'La guerra empieza aquí' que denuncia el 'lobby vasco' de fabricación de armas y el constante envío de material de guerra desde el puerto de Bilbao a Arabia Saudí que "acaba matando gente inocente en el conflicto de Yemen". Sin quererlo, ese 13 de marzo de 2017, el cabo de bombero Ignacio Robles se convirtió en una referencia, en un héroe —por mucho que reniegue de este calificativo—, en determinados ámbitos sociales y políticos por su negativa a participar en el embarque en el recinto portuario bilbaíno de un cargamento de centenares de toneladas de armamento con destino a territorio saudí para "no ser cómplice" de la matanza de civiles, especialmente niños, en la guerra de Yemen.

Se dice 'sin quererlo' porque él no levantó la liebre. La decisión de este bombero del servicio foral contra incendios de anteponer la objeción de conciencia fue 'destapada' por la Diputación de Vizcaya con la apertura de un expediente disciplinario por "incumplimiento de sus funciones" que saltó a la luz pública. Por ello, en cierto modo, el 'mérito' de Robles hay que atribuírselo al Gobierno foral, ya que de no haber iniciado este procedimiento sancionador su acción hubiera pasado totalmente desapercibida.

Foto: Protesta de Greenpeace en el puerto de Bilbao por la exportación de armas a Arabia Saudí, el 16 de febrero de 2018. (EFE)

Referente sin buscarlo y también, aunque pueda parecer contradictorio, muy a su pesar. Porque, dejando de lado todo el "sufrimiento" padecido durante largos meses ante la posibilidad de que este bombero con dos hijos pequeños fuera suspendido de empleo y sueldo de tres a seis años por una falta muy grave —se le acusaba, entre otras cuestiones, de "poner en peligro a la población" con su negativa a liderar el retén de seguridad en la carga de armamento de fabricación española—, la suya había sido una decisión personal despojada de todo activismo público. Además, en su faceta de conocido activista de Greenpeace, Robles considera que había protagonizado otras acciones mucho más sonadas y que apenas habían tenido eco mediático. De hecho, antes de que se destapara la apertura del expediente, algo de lo que se enteró por 'El Correo', había participado en una protesta de esta ONG contra la exportación de armas en el recinto portuario bilbaíno. También había formado parte del equipo de Greenpeace que en 2013 descolgó una pancarta en Jerusalén para pedir al presidente de EEUU, Barack Obama, que parara las prospecciones de petróleo en el Ártico sin lograr la repercusión deseada.

Pero una decisión personal sin ninguna pretensión más allá de ser consecuente con sus ideales lo catapultó a primera línea informativa. Y Robles, que contó en su apoyo con una movilización sin precedentes en las redes sociales —la plataforma virtual change.org llegó a recabar 170.000 firmas a las primeras de cambio para su petición de indulto—, ganó la guerra tras quedarse el expediente en una falta leve; si bien, como daño colateral de once meses de contienda, perdió dinero en abogados y largas horas de sueño. Ahora, este ingeniero técnico industrial de 43 años (Bilbao, 1975) aspira a imponerse en otra batalla, la de la alcaldía de Getxo, en las elecciones municipales del 26 de mayo.

Robles aspira a coger el timón de este municipio controlado por el PNV desde la democracia y en el que el PP siempre ha gozado de un amplio apoyo

Para ganar esta guerra en el que es uno de los municipios más emblemáticos de Vizcaya y la quinta localidad más importante en cuanto a población, el 'bombero insumiso' va a embarcar con las siglas de Podemos. Aunque no es un viaje nuevo para él —el de las siglas—, ya que se subió al barco de la formación morada nada más zarpar de puerto. Residente en Getxo desde 1983, fue secretario general del partido en esta localidad hasta junio de 2018. Ahora, mucho fuego va a tener que apagar —o generar— para coger el timón de este feudo controlado por el PNV desde la democracia y en el que el PP siempre ha gozado de un amplio respaldo ciudadano. En las pasadas elecciones municipales, la plataforma independiente vinculada al partido de Pablo Iglesias obtuvo el 14,84% de los votos, frente al 18,99% de respaldo logrado por los populares y el 34,8% de los 'jeltzales'. Hace escasos días, en las generales del 28-A, Podemos se situó como cuarta fuerza tras perder el 37% de los votos logrados en los comicios de 2016.

Robles lidera una candidatura que integra a Ezker Anitza, Equo y a "personas independientes de colectivos sociales" que tiene como objetivo dejar sin munición al PNV. "40 años de PNV dibujan un Getxo de dos velocidades que expulsa a nuestros jóvenes con unos alquileres inasumibles. Por un Getxo sostenible, feminista, diverso, inclusivo e intergeneracional", clama quien se presenta a las elecciones como "bombero y activista por el medio ambiente y contra la venta de armas a países que no respetan los derechos humanos".

placeholder Ignacio Robles, a la izquierda, con otros cargos de Podemos en una protesta para rechazar la presencia del portaaviones Juan Carlos I en marzo de este año en el puerto de Getxo. (EFE)
Ignacio Robles, a la izquierda, con otros cargos de Podemos en una protesta para rechazar la presencia del portaaviones Juan Carlos I en marzo de este año en el puerto de Getxo. (EFE)

Pero, más allá de los resultados que deparen las urnas, el candidato a alcalde por Podemos considera que ya ha ganado la primera batalla antes de salir al siempre complicado —e incendiario— terreno electoral. La de lograr que "valores universales" como "la solidaridad, la ética, la igualdad y la defensa de los derechos sociales" se cuelen en campaña y lleguen a los ayuntamientos a través de las representaciones municipales. Es más, considera que la defensa de estos valores constituye la "fortaleza" de su candidatura. "Es la hora de que las personas que estamos en los movimientos sociales demos un paso adelante e impulsemos grupos municipales que lleven estos valores a las instituciones", subraya para cargar un mensaje de advertencia: "Es la hora de que la ciudadanía se movilice de verdad. O lo hacemos ahora o nos arrepentiremos toda la vida", asevera quien se muestra muy activo en las redes sociales en defensa de las causas que considera justas.

El puerto de Bilbao es el principal punto de salida de armas para la exportación dada su proximidad a algunas de las mayores fábricas de armamento de España, situadas a menos de 200 kilómetros de distancia. Su posición geográfica hace del recinto bilbaíno un lugar estratégico para la salida de armamento al exterior, según detalla Greenpeace en un informe donde pone de relieve el 'Oscuro negocio de la guerra'. El cargamento dirigido a Arabia Saudí del 13 de marzo de 2017 lo conformaban cerca de 730 toneladas —26 contenedores de 28 toneladas cada uno—, de bombas o granadas de mortero. Un envío, que según insiste en dejar constancia Robles, es ya de por sí infinitamente superior a las 30 toneladas de bombas que arrasaron Gernika en 1937.

"Cada día que pasa con lo que nosotros mandamos a Arabia Saudí, este país puede hacer en Yemen un bombardeo de Gernika", critica el 'bombero objetor'

"Cada día que pasa con lo que nosotros mandamos a Arabia Saudí, este país puede hacer en Yemen un bombardeo de Gernika", explica este bombero en un aula a un grupo de escolares en el documental 'La guerra empieza aquí'. La negativa de Robles a participar en el operativo para el embarque de armas constituye el fundamento, el punto de partida, de este proyecto cinematográfico que celebra que el "paso adelante" dado por Robles hace dos años "comenzó a destornillar la injusticia". Pero él, a pesar de los reconocimientos recibidos por ser un "ejemplo" a seguir en materia de solidaridad y en la lucha contra la injusticia, reniega del concepto de héroe por una acción que entiende privada y que, a efectos prácticos, solo conllevó un retraso de 14 minutos en el embarque de un armamento que, nadie duda, iba a ser utilizado en la guerra de Yemen, donde Arabia Saudí lidera desde 2015 una intervención militar que ha provocado ya una de las peores catástrofes humanitarias de la historia. La ONU ha denunciado que cada diez minutos muere un menor de cinco años.

"No soy un héroe", ha repetido una y otra vez durante estos dos últimos años quien, como muchos niños, soñaba de pequeño con ser bombero para ayudar a las personas. "Tenemos que proteger a las personas, no matarlas", defiende para justificar una acción insumisa que, sin duda, volvería a protagonizar. Así lo deja por escrito en su propio perfil de Twitter. "Padre y bombero. Me negué a participar en la carga de bombas para masacrar niños. Y volvería a hacerlo mil veces", se presenta. Fue una objeción de conciencia particular pero, viendo el impacto que generó, su decisión se convirtió con el paso del tiempo en un "aviso a navegantes" para remover conciencias sociales en torno a unos envíos de armas que no cesan y que le llevan a estar en primera línea en su labor de activista. De forma habitual participa en iniciativas de Amnistía Internacional, Greenpeace, Oxfam Intermón o la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak en Vizcaya. "No queremos ser cómplices", ha clamado como voz representativa en diversas acciones llevadas a cabo por estas organizaciones para denunciar la "exportación ilegal" de armas desde Bilbao a Arabia Saudí para su uso en la guerra de Yemen.

Foto: Imagen de una marcha contra la armas desde la sede de la Asociación Nacional del Rifle, en Virginia, hasta Washington. (Reuters)

Ahora, las denuncias y advertencias sociales las dará a bordo del ayuntamiento, donde llevará su activismo político y social para construir "un municipio más amable, inclusivo, sostenible e igualitario". En su caso, el programa electoral lo lleva interiorizado. "Estoy dispuesto a plantar cara y aportar mi esfuerzo y toda mi ilusión para que la ciudadanía se movilice de verdad", expone como principio de actuación. "Está muy comprometido con las causas justas", resaltan fuentes de Podemos, que no dudan que el candidato a alcalde de Getxo va a ser un importante "activo" para el partido. "Está muy ilusionado. Está convencido de que el activismo se puede acometer desde las instituciones", resaltan, orgullosos, con la "dignidad" mostrada por el bombero en el puerto de Bilbao.

En otro puerto, en el del municipio que aspira a gobernar, Robles participó el pasado mes de marzo junto a otros cargos de Podemos en una protesta para rechazar la presencia del portaaviones de la Armada Española Juan Carlos I, que recibió miles de visitas en las dos jornadas de puertas abiertas organizadas para conocer el buque, con público que llegó a hacer unas tres horas de cola para poder acceder a sus tripas. El gran interés que suscitó entre los vascos la presencia del buque, que derivó en un récord histórico de visitas en un día, con 7.500 personas —otras 3.000 se quedaron sin poder subirse ante la masiva afluencia de ciudadanos—, llevó a la Armada a anunciar una próxima visita con "otra de nuestras unidades más insignes". Para entonces, Robles, ya en su faceta de representante institucional, se unirá a la mayoría del ayuntamiento en el nuevo rechazo a la presencia de un buque de la Armada después de que el consistorio ya se opusiera a la visita del Juan Carlos I con el respaldo incluido del PSE.

Existe una fecha marcada en rojo para el activismo. El 13 de marzo de 2017. "Ese día ocurrió algo", enfatiza el documental 'La guerra empieza aquí' que denuncia el 'lobby vasco' de fabricación de armas y el constante envío de material de guerra desde el puerto de Bilbao a Arabia Saudí que "acaba matando gente inocente en el conflicto de Yemen". Sin quererlo, ese 13 de marzo de 2017, el cabo de bombero Ignacio Robles se convirtió en una referencia, en un héroe —por mucho que reniegue de este calificativo—, en determinados ámbitos sociales y políticos por su negativa a participar en el embarque en el recinto portuario bilbaíno de un cargamento de centenares de toneladas de armamento con destino a territorio saudí para "no ser cómplice" de la matanza de civiles, especialmente niños, en la guerra de Yemen.

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