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Tener un negocio donde todo está a 80 km: "Si un día me falta una bolsa, ya tengo que ir a Madrid"
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Tener un negocio donde todo está a 80 km: "Si un día me falta una bolsa, ya tengo que ir a Madrid"

La comunidad ultima un paquete de ayudas para revitalizar el comercio y la hostelería en pueblos de menos de 1.000 habitantes. En Madarcos, que ronda los 70, solo hay dos negocios y muy pocas formas de abastecerse

Foto: Jorge Durán, propietario de El Ahumadero de Madarcos. (Cedida)
Jorge Durán, propietario de El Ahumadero de Madarcos. (Cedida)

Cuando vives en un pueblo de menos de 1.000 habitantes, casi cualquier gestión se convierte en una odisea. Y tras pasar toda la vida en Madrid, Jorge Durán lo sabe muy bien. Hace 12 años dejó su trabajo como mozo industrial en unos grandes almacenes para abrir un taller artesano en Madarcos, con 70 censados. Allí elabora salmones ahumados que distribuye a hoteles o bares y tiene abierta una pequeña sala de degustación. A efectos prácticos, solo trabaja con el pescado, la sal y el humo. Pero para todo lo demás y con solo dos negocios en todo el pueblo, la cosa se complica.

"Si un día me falta cualquier cosa, desde el pescado hasta una bolsa para envasar al vacío, tengo que ir a Madrid y volver. Y ahí pierdo toda la mañana", detalla al otro lado del teléfono. Madarcos está a 80 kilómetros de la capital y es uno de los municipios que la Comunidad tratará de revitalizar con un nuevo programa de subvenciones, que prevé implementar antes de acabar el verano. La Consejería de Presidencia, Justicia y Administración Local avanza de momento que el plan lanzará ayudas a los comercios y negocios hosteleros instalados en localidades que, como Madarcos, no superen el millar de habitantes.

Foto: En los pueblos de montaña la vida es muy diferente. (EFE/A. Álvarez)

En este sentido, el Gobierno regional quiere aprobar dos líneas de ayudas: una para impulsar la creación de negocios hosteleros o nuevos comercios minoristas de productos básicos (alimentación, higiene, asistencia a mayores, veterinarios, reparaciones...) y otra para mantener los que ya existen. El objetivo, tal y como explicó el consejero Miguel Ángel García este lunes, es ampliar la cartera de servicios básicos en los municipios para revertir la despoblación y favorecer el reequilibrio territorial.

"Mi principal problema es la logística. No me arrepiento de mudarme y lo hice porque estaba harto del ajetreo de Madrid, pero estando tan lejos he tenido que moverme mucho: los costes de producción no son los mismos y las maneras de encontrar clientes, tampoco", sentencia, en este sentido, el empresario de Madarcos. "Si sube la gasolina tenemos todos un problema, pero si vives lejos de cualquier comercio, entonces tienes dos".

La alcaldesa del municipio, Eva María Gallego, espera que estas subvenciones –de las que aún se desconoce si serán directas o gestionadas por los ayuntamientos– permitan abrir la primera tienda de Madarcos. "Ahora mismo todavía tenemos un frutero y un vendedor ambulante de congelados, pero no siempre es rentable ni para los comerciantes itinerantes ni para quienes decidan venir a abrir un negocio o a trabajar aquí", expone. Si finalmente le toca al Consistorio gestionarlas, se ofrece a ceder un espacio para que estos pequeños mercados puedan aflorar.

placeholder Madarcos. (Cedida)
Madarcos. (Cedida)

El proyecto en ciernes también contempla otras medidas para las zonas poco pobladas, entre ellas ayudas a la vivienda en pueblos de menos de 20.000 habitantes o más servicios de banca móvil, oficinas de atención al ciudadano y lucha contra la soledad no deseada en zonas extremadamente despobladas (menos de 250 personas). El sistema de transporte entre municipios de la sierra norte, asimismo, va a ampliarse.

"Ojalá esto haga que pueda venir más gente a trabajar", sentencia Gustavo Nash, que gestiona la única casa rural de Madarcos y otras 13 en la Sierra de Guadarrama. "Cada vez hay más turistas y eso ayuda a mantener los negocios, pero no siempre encuentras gente a la que contratar", añade. Desde 2019, fueron unas 45.000 personas las que entraron al censo en pueblos de menos de 20.000 habitantes y el éxodo rural ha puesto en el foco el proveer de productos básicos a muchos de ellos.

En los más pequeños, donde la despoblación afecta con más intensidad, el objetivo será primero conseguir que haya quienes se instalen y provean de esos servicios. "Lo siguiente será crecer", aventura, por último, la alcaldesa de Madarcos.

Cuando vives en un pueblo de menos de 1.000 habitantes, casi cualquier gestión se convierte en una odisea. Y tras pasar toda la vida en Madrid, Jorge Durán lo sabe muy bien. Hace 12 años dejó su trabajo como mozo industrial en unos grandes almacenes para abrir un taller artesano en Madarcos, con 70 censados. Allí elabora salmones ahumados que distribuye a hoteles o bares y tiene abierta una pequeña sala de degustación. A efectos prácticos, solo trabaja con el pescado, la sal y el humo. Pero para todo lo demás y con solo dos negocios en todo el pueblo, la cosa se complica.

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