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Tormenta perfecta en el pescado congelado: amenaza para el empleo y para la banca
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Tormenta perfecta en el pescado congelado: amenaza para el empleo y para la banca

El desplome de la demanda de pescado y el aumento del coste de la energía carga contra un sector que había realizado inversiones antes de comenzar la pandemia del coronavirus

Foto: Una pescadería en Madrid. (EFE/Chema Moya)
Una pescadería en Madrid. (EFE/Chema Moya)
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Crisis para el sector del pescado, en especial en las compañías que trabajan con producto congelado. Las negociaciones para reestructurar deuda se suceden en una industria que sufre por la caída de la demanda y el aumento del coste de la energía.

Varios nombres están encima de la mesa de asesores jurídicos y financieros, que buscan soluciones para aliviar la carga financiera y garantizar la viabilidad de las empresas. En juego están miles de empleos y cientos de millones de euros en el balance de la banca.

Desde la reestructuración fallida de Xeldist, hace año y medio, a negociaciones en curso en compañías como Videmar, son varias las empresas especializadas en pescado que sufren una tormenta perfecta. Atunlo, Fandicosta o Frime también intentan mejorar su posición financiera.

Los dos nombres propios más conocidos, como La Sirena o Pescanova, tienen sus propias crisis anteriores. Pescanova entró en concurso en 2013. La actividad productiva se refundó en Nueva Pescanova y tras varias crisis acabó en manos de Abanca, que estudió el año pasado su venta y la rechazó por falta de interés del comprador que había encontrado, Cooke, tras deficiencias en la evolución del negocio.

Desde la reestructuración fallida de Xeldist, hace año y medio, a negociaciones en curso en compañías como Videmar

La Sirena, por su parte, tuvo previsto salir a bolsa, pero es un plan que ha quedado pospuesto ante las dificultades del sector. El año pasado registró un ebitda de 7,8 millones, pero la compañía no ha informado del resultado neto. En 2022, en las últimas cifras depositadas en el Registro Mercantil, perdió 4,9 millones, y el año anterior, 1,9 millones.

Más allá de ellos, muchas otras pesqueras y firmas de pescados congelados sufren la mala marea que arrastra al sector, por la caída de la demanda de pescado y el aumento de costes en la energía. También, por la subida de tipos, que ahoga financieramente a las empresas. Aumenta el coste del pasivo y, además, cuesta más obtener financiación.

La Sirena, por su parte, tuvo previsto salir a bolsa, pero es un plan que ha quedado pospuesto ante las dificultades del sector

En este escenario está Videmar, una de las principales empresas de la Ría de Pontevedra. En 2022, según los últimos resultados depositados en el Registro Mercantil, tenía 24 empleados y facturó 60 millones. Pero el pasivo asciende a 40 millones, con CaixaBank como principal acreedor.

Según fuentes del mercado, la empresa pontevedresa lleva meses de comunicación de preconcurso para negociar una reestructuración con quitas y alargamiento de plazos. Pero necesita financiación nueva. Y aún no hay acuerdo. Entre las opciones que baraja la empresa también está solicitar el concurso de acreedores.

Quien solicitó ya el preconcurso es la gallega Actemsa. Tuvo que hacerlo en octubre de 2023, afectado por diversos factores como la evolución del precio del atún o la variación del tipo de cambio con el dólar. Su intención, como en muchos otros casos, era refinanciar con la banca una deuda que a finales de 2022 ascendía a 114 millones.

Menor consumo de pescado

Las dudas financieras que tiene buena parte del sector se alimentan con la caída del consumo en medio de la crisis inflacionaria. Cada español compró de media 19,9 kilos de pescado en 2022, lo que supone un descenso del 15,6% respecto a los 22,72 kilos del año anterior, de acuerdo con las cifras más recientes difundidas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Es el volumen más bajo de toda la serie histórica, con excepción de 2020, cuando se produjo el confinamiento por el covid.

En el caso concreto del pescado congelado, los españoles redujeron su consumo en un 6,6% interanual, según los últimos datos actualizados en octubre de 2023 por la patronal Fedepesca. Una situación que empeora echando la vista todavía más atrás, con un descenso del 36% en los últimos diez años, pasando de 3,1 kilos anuales por persona a 1,98 kilos.

La caída del consumo es inversamente proporcional a la subida del precio. El pescado se ha convertido en uno de los productos más caros del supermercado y los españoles se han decantado por otras opciones más económicas, como el pollo. Por este motivo, desde el sector llevan meses pidiendo al Gobierno que se les aplique una rebaja del IVA, de la misma manera que se está haciendo con otros alimentos que se encarecieron considerablemente.

En el caso concreto del pescado congelado, los españoles redujeron su consumo en un 6,6% interanual, según Fedepesca

Mientras, las empresas siguen ahogándose. Si Videmar acaba en concurso no será la primera. De hecho, era acreedora de Xeldist, primera compañía que usó el nuevo marco concursal para reestructurarse. Sin embargo, tres acreedores impugnaron y la Audiencia Provincial les dio la razón, tirando por tierra la reestructuración.

Xeldist acabó en concurso, mostrando los límites de la nueva ley concursal y, también, las dificultades del sector. La norma se aprobó en septiembre de 2022 para, con espíritu anglosajón, repartir el poder de negociación entre acreedores y accionistas, evitando situaciones de bloqueo.

Otra empresa en negociaciones para mejorar su posición financiera es Fandicosta. La compañía negocia con los acreedores una quita de deuda superior al 60% para ser vendida, con dinero nuevo que garantice su viabilidad, a Wofco, multinacional viguesa que, si fructifica la operación, se convertirá en la gran pesquera de Vigo.

Xeldist acabó en concurso de acreedores, mostrando los límites de la nueva ley concursal y, también, las dificultades del sector

Muchas empresas con problemas financieros a corto plazo, pero viables a largo plazo, han usado la herramienta concursal para aligerar la carga. Varias son del sector pesquero y congelados. Por ejemplo, Frime, que ha refinanciado deuda por valor de 75 millones de euros.

Frime es una compañía catalana especializada en atún, pescado sobre el que también hay crisis específica por la caída del consumo y por problemas a la hora de abastecerse. Uno de los principales caladeros para pescar o abastecerse con la compra a terceros es México, que vetó temporalmente la veda en 2022. Las atuneras tuvieron que recurrir a otros mercados, incrementando costes que no han podido trasladar al consumidor.

Atunlo, la mayor comercializadora de atún de España, tiene a la matriz en situación preconcursal, negociando una reestructuración, mientras que su filial de Santoña, donde tiene una factoría, solicitó en febrero el concurso por falta de liquidez. Otro caso curioso es el de su competidora valenciana Blady Tuna, que entró en concurso pocos meses después de que su matriz, Blady Gros, adquiriese una participación relevante en la gallega Cerdeimar.

Atunlo, la mayor comercializadora de atún de España, tiene a la matriz en situación preconcursal, negociando una reestructuración

También hay ejemplos de empresas pesqueras que ya han recuperado algo de aliento. Es el caso de Iberconsa, que recibió una inyección de 76 millones por parte de Platinum Equity. Con esta inversión, ha conseguido aplazar el vencimiento de una deuda de 385 millones que el propio fondo americano había adquirido como parte del proceso de financiación de la compra de esta compañía que ejecutó en 2019, justo antes de aparecer todos los problemas que han derivado en la crisis del sector.

A la industria pesquera y de congelados "se le han juntado varias cosas. A varias compañías les pilló el covid tras inversiones importantes para crecer, y después se han encontrado con un aumento de costes de la energía y una caída de la demanda de pescado", resume Javier Romano, socio de Ceca Magán, que ha estado en varios procesos como asesor legal.

En general, recuerda Manuel Mingot, socio de Squire Patton Boggs, hay un aumento de reestructuraciones en lo que se conoce como mid market, que son empresas medianas a caballo entre las pymes y las más grandes: "Hay un incremento del coste de financiación por la subida de tipos de interés, y una mayor anticipación de los gestores por un cambio cultural de cara a utilizar más el nuevo instrumento legislativo de los planes de reestructuración".

Crisis para el sector del pescado, en especial en las compañías que trabajan con producto congelado. Las negociaciones para reestructurar deuda se suceden en una industria que sufre por la caída de la demanda y el aumento del coste de la energía.

Concurso de acreedores Pesca Pescanova
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