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Cooke congela la oferta por Nueva Pescanova tras detectar EY fallas de liquidez de 150M
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12.000 empleos en juego

Cooke congela la oferta por Nueva Pescanova tras detectar EY fallas de liquidez de 150M

La multinacional canadiense que acordó la compra de la pesquera gallega en abril deja en el limbo la operación tras los informes encargados a la consultora para conocer la situación real

Foto: Una de las fábricas de Pescanova. (Reuters/Nacho Doce)
Una de las fábricas de Pescanova. (Reuters/Nacho Doce)
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El proceso de venta de Nueva Pescanova ha encallado. Cooke, el grupo canadiense con el que Abanca alcanzó un principio de acuerdo el pasado 13 de abril para venderle la pesquera gallega, ha roto las negociaciones con la entidad financiera española para hacerse con la mayoría del capital. Su decisión se basa en varios informes solicitados a la firma de servicios profesionales EY para comprobar la situación real de las cuentas de la empresa con sede en Pontevedra y propiedad del banco controlado por el empresario venezolano Juan Carlos Escotet. Esos trabajos detectaron deficiencias de caja de unos 150 millones de euros.

Así lo han confirmado varias fuentes próximas al proceso, que admiten que el análisis de EY ha sido clave para la decisión de Cooke de no continuar con las conversaciones para adquirir Nueva Pescanova. Otras fuentes agregan que los análisis forensic realizados por la firma presidida en España por Federico Linares alertaron al grupo canadiense de ciertas ineficiencias en la gestión financiera de la compañía con base en Redondela (Pontevedra), lo que requeriría unas aportaciones de capital extraordinarias por parte del comprador.

Tras este diagnóstico, y como adelantó El Confidencial el pasado 16 de junio, Cooke revisó a la baja el importe de la oferta inicial que había acordado con Abanca en abril. De los 200 millones que había aceptado pagar entonces, el grupo norteamericano redujo su propuesta a apenas 50 millones. A cambio, la canadiense se comprometió a inyectar entre 100 y 150 millones en Nueva Pescanova para garantizar la continuidad de las operaciones y evitar las tensiones de tesorería.

En aquel momento, Abanca aseguró que la postura de Cooke formaba parte de su estrategia de negociación para rebajar el precio de la compraventa, al tiempo que añadió que las conversaciones seguían en marcha. Además, desde el entorno del banco fundado en Betanzos (A Coruña) se deslizó que Iberconsa, otra pesquera gallega propiedad del fondo estadounidense Platinum, seguía interesada en una fusión después de haber perdido la puja con la canadiense en el proceso competitivo de abril. Iberconsa había sido hundida a bono basura por su escasa calidad crediticia y su elevada deuda por parte de Moody's.

Un mes antes, Banco Santander, CaixaBank y Sabadell se negaron a asumir más riesgos con Nueva Pescanova, con la que tenían un préstamo de hasta 150 millones para financiar su circulante. La compañía tiró de tesorería y amortizó esa línea de crédito para poner de manifiesto su solvencia ante las dudas expresadas por estos bancos.

Foto: Sede de Grupo Pescanova. (EFE/Salvador Sas)

El plan estratégico de la compañía gallega estimaba en un principio un beneficio operativo o ebitda de unos 120 millones. Una cifra que posteriormente se rebajó a la mitad, a unos 60 millones, y que, finalmente, rondará los 12 millones, según fuentes próximas a la due diligence elaborada por EY. La parte baja de la cuenta de resultados reflejó unas pérdidas netas de 53 millones, unos números y un incumplimiento del plan estratégico que han asustado a Cooke.

La clave, el BCE

El grupo gallego, que fue rescatado de la quiebra por Abanca en 2014, sufrió en 2022 el aumento del coste del petróleo para sus barcos y el brusco descenso de las ventas de pescado debido al aumento de los precios al consumidor final. Pero estas fuentes aseveran que los problemas de Nueva Pescanova tienen también un importante componente estructural. En el análisis del balance y de las cuentas, han aparecido determinados aspectos a revisar. Fuentes financieras aseguran, de nuevo, que Cooke ha descartado la compra de Pescanova y que solo giro de 180 grados de Abanca, que aceptase el marco de las nuevas condiciones, le haría volver a la mesa de negociación.

Foto: Fábrica de Pescanova en Vigo. (Reuters/Nacho Doce)

Hasta la fecha, Abanca ha aportado cerca de 600 millones para garantizar la supervivencia de Nueva Pescanova, que, con sus 12.000 empleados, es una empresa de carácter estratégico para Galicia. La heredera de la antigua NCG Banco (el grupo surgido de la fusión fallida de Caixa Galicia y Caixanova) desembarcó con fuerza en Nueva Pescanova en 2018, mediante compras de participaciones a bancos que también se habían visto pillados por la quiebra de la vieja Pescanova.

Una inversión que tendrá que poner a valor de mercado en los próximos meses cuando el Banco Central Europeo (BCE) revise su cartera. Si la compañía gallega no logra un cambio radical de sus cuentas, fuentes financieras indican que Abanca tendrá que reconocer unas pérdidas significativas que golpearían su cuenta de resultados. En 2022, ganó 217 millones. Por ello, otras fuentes indican que Escotet va a tratar de resucitar el proceso de venta de Pescanova antes de final de año para evitar provisionar las pérdidas.

El proceso de venta de Nueva Pescanova ha encallado. Cooke, el grupo canadiense con el que Abanca alcanzó un principio de acuerdo el pasado 13 de abril para venderle la pesquera gallega, ha roto las negociaciones con la entidad financiera española para hacerse con la mayoría del capital. Su decisión se basa en varios informes solicitados a la firma de servicios profesionales EY para comprobar la situación real de las cuentas de la empresa con sede en Pontevedra y propiedad del banco controlado por el empresario venezolano Juan Carlos Escotet. Esos trabajos detectaron deficiencias de caja de unos 150 millones de euros.

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