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Dentro del bar de Pablo Iglesias en Lavapiés: un 'partisano', Raffaella Carrà y vecinos en ascuas
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"PABLO, PONLO BARATO"

Dentro del bar de Pablo Iglesias en Lavapiés: un 'partisano', Raffaella Carrà y vecinos en ascuas

La Taberna Garibaldi todavía no se ha inaugurado, pero este lunes amaneció con pintadas vandálicas. Los vecinos del portal de al lado confían en que no habrá problemas cuando abra oficialmente

Foto: Chris, a la izquierda, limpiando la pintada del granito. (A. F.)
Chris, a la izquierda, limpiando la pintada del granito. (A. F.)
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La taberna de Pablo Iglesias en la calle Ave María de Lavapiés lleva días dando de qué hablar. La faceta hostelera del fundador de Podemos pilló por sorpresa a más de uno, pero el chisme se desató cuando se hizo pública la carta de cócteles y comidas del local. Enchiladas Viva Zapata, platos veganos No me llame ternera y el brebaje Durruti Dry Martini son algunos de los nombres más destacados. Este último, además, ha sido el protagonista de una acción vandálica contra el establecimiento.

La fachada amaneció este lunes con una pintada firmada por "Lxs amigos de Durruti", icónico dirigente de la CNT, para que se retire el cóctel en su nombre. Los colectivos detrás de los grafitis todavía no han sido identificados. El bar ni siquiera ha abierto sus puertas, pero sus fieles, detractores y curiosos no cesan de hablar del tema. ¿Cómo será la taberna? ¿Se convertirá en un punto neurálgico de enfrentamientos entre quienes aman y odian al exvicepresidente?

En el portal de al lado del garito viven artistas (un diseñador textil, un tatuador, un dibujante…), argentinos y una combinación de ambas. Desde las escaleras del edificio puede escucharse el sonido del taladro. En su mayoría, están expectantes con esta apertura sorpresa. Sebastián –artista y argentino– señala a este diario que lo único que le preocupa es el ruido a altas horas de la madrugada, aunque confía en que no ocurrirá: "Y si es música buena, no importa".

Manuel –artista–, por su parte, detalla que Lavapiés es un barrio diverso donde pueden convivir diferentes realidades. Tampoco le sorprende la pintada de este lunes. "Este tipo de situaciones incomprensibles pasan aquí y en todos lados", declara. Y con la subida exponencial de precios, confía en que el importe al menos sea asequible: "Pablo, ponlo barato". Otro vecino de los pisos superiores, también del país austral, explica que acaban de volver de un largo viaje y no sabían nada de la puesta en marcha del local. Una mujer, de origen italiano pero residente durante años en Argentina, añade que en caso de haber revuelo, "tirará un cubo de agua".

placeholder El interior del garito. (A. F.)
El interior del garito. (A. F.)

Voluntarios y pintura extra

Predecir si la Taberna Garibaldi se convertirá en un foco de conflicto es imposible, pero uno de los mensajes de la pintada alertaba de que "pasarán a la acción" si no cambiaban el controvertido nombre del cóctel. Una declaración de intenciones que podría quedarse en una mera anécdota. Pero hay a quienes no les ha hecho ninguna gracia la broma: los trabajadores de la obra no esperaban este contratiempo.

placeholder Mesas, sillas y una escalera en la Taberna Garibaldi. (A. F.)
Mesas, sillas y una escalera en la Taberna Garibaldi. (A. F.)

"Llego a las nueve y veo esto", sentencia uno de los empleados señalando el mensaje de la fachada. "Vine con una lista de cosas que hacer hoy y, al final, he estado toda la mañana quitando la pintada", explica. Dos hombres más trabajan para dejar el bar listo para la fiesta privada de Iglesias de la noche del lunes. Uno termina de colocar los extintores y demás artefactos antiincendios mientras otro culmina con los acabados de la escalera de la entrada. A la hora de la redacción de esta crónica, todavía faltaban las barras del exterior.

placeholder La cocina del local. (A. F.)
La cocina del local. (A. F.)

En el interior ya está preparado lo más importante: la barra. Carteles de Raffaella Carrà y Marisol – "siempre voto comunista" – decoran las paredes; el baño está recién pintado y la cocina a punto, pero sobre las mesas y sillas aún reina del desorden. Quedan menos de 24 horas para despejar el espacio, y aunque reconocen que van a contrarreloj, cuentan con la ayuda de un espontáneo: Chris, un tío con la camiseta de Unknown Pleasures de Joy Division: "Tengo tres iguales". Se trata, además, del único madrileño residente del barrio que encontró este periódico. Lavapiés lleva años siendo una de las zonas favoritas de los fondos de inversión para implantar viviendas turísticas.

placeholder Uno de los trabajadores intentando rascar la pintura. (A. F.)
Uno de los trabajadores intentando rascar la pintura. (A. F.)

Christian – "llámame Chris" – se enteró de las pintadas vandálicas en torno a las 12 de la mañana por un directo de Twitch. Este vecino de 34 años salió de casa con la intención de ofrecerse como voluntario para limpiar las pintadas; un partisano de Lavapiés que sospecha que detrás de la autoría de los escritos se encuentra la extrema derecha: "No han sido los anarquistas", sentencia mientras fuma un pitillo en un descanso. Poco después, coge la brocha y vuelve a pintar de gris el granito vandalizado. El chaval ha venido preparadísimo para apoyar la causa. Ha traído, incluso, una mascarilla especial para pintura.

placeholder El local está al lado de 'Bodegas Alfaro'. (A. F.)
El local está al lado de 'Bodegas Alfaro'. (A. F.)

Entre tanto, varios curiosos se acercan a la fachada para echar un par de fotos y tratar de echar un vistazo al interior. Chris, en su caso, tiene ganas de que abra el garito de Iglesias, ubicado justo al lado del castizo Bodegas Alfaro. Este templo del buen beber y comer competirá ahora con la Taberna Garibaldi. "Estamos tranquilos", aseguran desde el bar, que también reconocen que la nueva apertura es el gran tema de conversación de la última semana. Confían, no obstante, en que su cartera de clientes le será fiel a pesar de todo.

La taberna de Pablo Iglesias en la calle Ave María de Lavapiés lleva días dando de qué hablar. La faceta hostelera del fundador de Podemos pilló por sorpresa a más de uno, pero el chisme se desató cuando se hizo pública la carta de cócteles y comidas del local. Enchiladas Viva Zapata, platos veganos No me llame ternera y el brebaje Durruti Dry Martini son algunos de los nombres más destacados. Este último, además, ha sido el protagonista de una acción vandálica contra el establecimiento.

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