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"Un familiar nos golpeó": los ataques a sanitarios se disparan en Madrid y muchos surgen de diagnósticos inesperados
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"Un familiar nos golpeó": los ataques a sanitarios se disparan en Madrid y muchos surgen de diagnósticos inesperados

Las agresiones físicas o verbales han crecido un 58% desde la pandemia, en línea con la media nacional. En Atención Primaria se focalizan la gran mayoría y el año pasado se denunciaron 70 casos: "Estamos cada vez peor"

Foto: Sanitarios durante el covid, en una imagen de archivo. (Reuters)
Sanitarios durante el covid, en una imagen de archivo. (Reuters)

La pandemia regó de aplausos al personal sanitario, aunque las cosas han cambiado mucho. En la Comunidad de Madrid, en línea con los datos nacionales, las agresiones a estos profesionales crecieron en un 58% desde 2020. Así lo contabilizaron entre los distintos órganos colegiados del sector, que este martes expusieron sus conclusiones. En la atención primaria se concentra la mayoría, habiendo un total de 70 agresiones. Como en el resto del país –con 769 casos en 2023 según la OMC–, muchas situaciones se producen por discrepancias con el diagnóstico o el tratamiento y otras, por las condiciones del centro, que pueden achacarse a los sanitarios.

Los profesionales, no obstante, sostienen que cualquier cifra (incluso la que ellos ofrecen) está infrarrepresentada. Pocos son los casos en los que alguien presenta una acusación formal, según la Comisión de Sanidad de la Unión Interprofesional, que aúna a distintos especialistas. La tasa de denuncia es especialmente irrisoria entre los farmacéuticos, con apenas el 5% de todas las que se llegan a conocer, y que son principalmente verbales (88%). En enfermería, donde el peligro aumenta al atender a domicilio, solo un 11% lo pone en conocimiento de sus responsables para que tomen medidas.

María (nombre ficticio) es una de las enfermeras que prefirió no denunciar, aunque espera que a la tercera vaya la vencida. Es incapaz de calcular los insultos o amenazas que ha recibido en consulta, pero sí tiene claro qué dos agresiones le marcaron más en sus 25 años de carrera. Una fue en 2011 y la otra, en 2013. Ambas llegaron a las manos.

"La primera vez fue cuando un paciente entró en parada cardiorrespiratoria", asegura al otro lado del teléfono. Entonces trabajaba en un centro de diálisis a las afueras de la región. Cuando esta persona entró en un momento crítico, su familia no tardó en llegar. "Su mujer comenzó a increparnos pensando que teníamos algo que ver. Quería agredir al médico", rememora. La señora les propinó "varios manotazos" a los tres sanitarios que estaban allí, ella incluida.

Foto: Imagen de archivo (EFE /Javier Etxezarreta)

La mayoría de las agresiones en la Comunidad de Madrid se centran en mujeres, aunque el porcentaje varía según el sector y no hay una cifra unificada entre los colegios profesionales. Las estadísticas nacionales avalan esta tesis, tanto el Observatorio Contra las Agresiones a Médicos y Médicas, con un 66%, como el último informe del Ministerio de Sanidad, que eleva la cifra total de víctimas a 13.000 en 2022. También sostienen que las discrepancias con la atención médica recibida son el principal peligro para los trabajadores de todo el país, siendo la causa en el 58% de los casos.

La atención primaria, en el foco

Rafael Ortega, médico de atención primaria y representante de los ambulatorios en el acto del martes, tiene la sensación de haber pasado de héroe a villano en tiempo récord. "Se me ponen los pelos de punta al pensar que a las ocho de la tarde, nada más salir del SUMMA112Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid– me sorprendían los aplausos cuando cargaba las cosas en el coche para volver a casa. Hoy esto sería totalmente impensable", reflexiona.

Foto: Aspecto de la aplicación impulsada para reducir las agresiones a sanitarios. (SMM)

En estos centros, y en sus profesionales, es donde se acumulan la mayoría de casos por la inmediatez de la asistencia o los recursos escasos con los que a veces trabajan. Eso es lo que lleva a la gente a "expulsar esas frustraciones" sobre los hombros del profesional, que en Medicina de Familia llega a conocer más intensamente al paciente que en otras especialidades. "Los médicos trabajamos con el dolor, la enfermedad y la vida de las personas. Y eso a veces nos trae problemas", resume. En su caso, confiesa que ha tenido que "sujetar él mismo" a pacientes con problemas psiquiátricos en pleno momento de caos.

Por qué casi nadie denuncia

Las razones para guardar silencio son muchas y muy diversas: empatizar con el paciente, el miedo a las represalias... A María la inmovilizó el "dar por hecho" que estos peligros eran parte de su trabajo. Hoy no piensa lo mismo. Las agresiones, no obstante, no son lo habitual ni un comportamiento generalizado. Esta enfermera relata cómo la Policía apenas tardó "unos cinco minutos" en llegar hasta ella en la última agresión física que sufrió, pero que en ese tiempo recibieron todo tipo de insultos e intimidaciones. "Creo que todos nosotros hemos escuchado alguna vez en el trabajo que alguien te grite te voy a matar", considera.

Lo peor de estos casos, explican los profesionales, es que cuando no hay denuncia de por medio estas personas "siguen viniendo a consulta" y generando un "estrés casi diario" en los profesionales. "Nunca los denuncié por la vía legal, pero si hoy volviera a ocurrir tengo claro que no volvería a callar", afirma.

La pandemia regó de aplausos al personal sanitario, aunque las cosas han cambiado mucho. En la Comunidad de Madrid, en línea con los datos nacionales, las agresiones a estos profesionales crecieron en un 58% desde 2020. Así lo contabilizaron entre los distintos órganos colegiados del sector, que este martes expusieron sus conclusiones. En la atención primaria se concentra la mayoría, habiendo un total de 70 agresiones. Como en el resto del país –con 769 casos en 2023 según la OMC–, muchas situaciones se producen por discrepancias con el diagnóstico o el tratamiento y otras, por las condiciones del centro, que pueden achacarse a los sanitarios.

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