¿Aplausos a los sanitarios? La atención primaria concentra la mitad de las agresiones

Y los aplausos de las ocho de la tarde se convirtieron en críticas y agresiones. "¿La razón? Porque el ser humano es así", se lamenta Rafael Carrasco, presidente del Sindicato de Médicos de Andalucía en conversación telefónica el Día Europeo Contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios. Andalucía es la comunidad con mayor número de agresiones, según datos del Observatorio Médico Colegial.

"La gente agrede porque puede… y me explico: ¿a qué no se atenta a un funcionario de Hacienda o de la Seguridad Social? Pues no lo hacen porque para entrar en las oficinas hace falta pasar por un arco metálico y hay medidas disuasorias como guardias de seguridad permanentes. En los centros de salud entra el que quiere".

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Agustín Rivera. Málaga

En datos nacionales, aunque el número total de agresiones comunicadas a los colegios de médicos en el año 2020 en toda España asciende a 441 casos, un 35% menos que el año anterior (efecto del confinamiento y del miedo al contagio al desplazarse a un centro de salud), la atención primaria acumula más de la mitad de las agresiones en 2020 (52%).

El 90% de las agresiones en 2020 fueron en forma de amenazas e insultos, siendo esta última la que más crece. En los años 2019 y 2020, seis de cada diez agresiones han sido sufridas por mujeres. Los datos han ido a peor: 2019 generó la cifra más alta de la última década, con un total de 677 agresiones.

Málaga es el territorio andaluz que tuvo más agresiones físicas en 2020: fueron 54 (132 no físicas). Sevilla encabezó las no físicas: 236

Con el foco sureño y con el análisis provincial, Málaga es el territorio andaluz que tuvo más agresiones físicas en 2020: fueron 54 (132 no físicas). Sevilla encabezó las no físicas: 236. De las 21 agresiones a médicos registradas en la Asesoría Jurídica del Colegio de Médicos de Málaga, 13 se concentraron en Atención Primaria. Del total, 12 eran hombres y las restantes nueve, mujeres, si bien es destacable que cuatro de ellas —casi la mitad— eran menores de 35 años.

En términos andaluces, existe una abrumadora mayoría (86) de razones sin causa aparente, mientras que 41 casos expresaron un desacuerdo con el trato o conducta en el acto del profesional sanitario, según datos aportados por la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía.

"Estamos acostumbrados a que el cliente siempre tenga que llevar razón. Y hay gente, en este caso pacientes, que lo llevan a rajatabla. Si antes de la pandemia muchos tenían poca paciencia, la situación se ha complicado mucho más ahora. Se ha culpabilizado al médico de que hayan aumentado las listas de espera y del retraso en las citas", explica Carrasco a este diario.

Las soluciones para reducir estas malas cifras son múltiples y pueden venir de diferentes vías. El Colegio de Médicos de Málaga tiene editada la guía "Respétame. Soy tu médico" en la que da a conocer toda la labor que realiza en su lucha contra las agresiones a sanitarios. Dispone también de un servicio psicológico atendido por el psiquiatra José Miguel Pena Andreu. "Tras el suceso, la víctima puede padecer un 'shock' postraumático", indica la institución colegial.

"Quemados"

"Hacen falta campañas informativas y educativas para que la población pueda tomar medidas contra los agresores. Te pueden condenar a una multa tras agredir a un médico y al día siguiente puedes ir a la misma consulta. ¿Por qué no figuran las agresiones de los pacientes en las historias clínicas? Habría que aumentar la vigilancia y lograr controles de acceso", señala el presidente del Sindicato de Médicos de Andalucía.

Los facultativos también se quejan de que los sistemas antipánico en los centros de salud son "muy básicos" y que "no funcionan bien". "Si un médico se siente amenazado lo máximo que puede hacer es acudir a los compañeros que están con él en los centros de salud", según Carrasco.

El Confidencial publicó en 2018 que el Sindicato de Médicos de Málaga (SMM) confirmaba que el 46% de los médicos estaban "quemados", sufrían el síndrome del 'burnout'. Y el problema, incluso más grave, radica en que el 27% de profesionales agredidos no habían presentado denuncia. La situación ha ido empeorando. Y ahora ya no hay aplausos a las ocho de la tarde.