El grupo secreto de WhatsApp que controla la cola para entrar al sorteo de la lotería

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Juan López, de 42 años, viene desde hace once años al Teatro Real para presenciar en directo el sorteo de la Lotería de Navidad. López, más conocido como El obispo de la lotería, por el disfraz que siempre lleva durante la rifa, ha decidido este año cerrar su negocio (el café Azaila 1930 de León) una semana para poder llegar a Madrid y hacer la cola para entrar al teatro de los primeros este viernes. A pesar del intento, es el tercero de la cola.

Desde hace seis años, tiene un grupo de WhatsApp con otras 14 personas que se llama Los amigos de la Lotería. Allí hablan durante todo el año para ponerse de acuerdo sobre qué día llegar, cómo resguardarse del frío y cuántos décimos compra cada uno. El Confidencial lleva dos años en el grupo y ha podido ver cómo los fanáticos del juego controlan los primeros puestos de la cola y se organizan.

La jefa de la cola

Este año ha sido diferente. "Cada año nos hemos vuelto más independientes y ya la gente no avisa de cuándo va a venir. Aquí cada uno juega sus cartas como mejor puede", asegura López. Lo dice porque este año, Jesús Ruiz ha mandado una foto al grupo el día 6 de diciembre diciendo que ya estaba en la cola, lo que fue interpretado por algunos miembros del mismo como poco menos que una traición. Manuela Sevilla, de 86 años, tiró de galones hace unas semanas para responder: "Joder, tenéis prisa. La fila no empieza hasta que no llegue Manoli, la jefa".

Ruiz, de 53 años, ha venido desde Cantabria y lleva haciendo cola en la puerta del Teatro Real desde el lunes. "Llevo viniendo 16 años, pero este año he decidido acercarme antes porque quería ser el primero. Creo que eso influye en la suerte", asegura frente a la puerta del recinto. "Desde que tenía ocho años he cogido la lotería con mi padre y mi tío. Veíamos el sorteo siempre juntos y, aunque siempre lo soñamos, nunca pudimos ver a los niños de San Ildefonso en persona. Ahora vengo cada año en su memoria".

A los pocos días, El obispo y Manoli reservaron una habitación en un hotel cercano al Teatro Real y decidieron empezar las guardias. Desde el lunes, ya empezaron a ir al teatro, dar entrevistas a unos medios que los conocen de sobra, y prepararse para el gran día. Una de las tradiciones que tienen es la de ir a la Iglesia de Antón Martín y regalarle dos décimos al padre Ángel, responsable de Mensajeros de la Paz, para que lo comparta, si toca, con los más necesitados. Después de esperar al padre impacientemente sentados en la iglesia, hacerse una foto con un Papa de cartón, el padre los ha recibido y ha firmado cada décimo por detrás. "Siempre le compro los mismos números", asegura.

Este año, El obispo ha tenido una premonición. El Gordo caerá con el número de la Casa Real, el 00000. Es por eso que López se ha hecho con dos décimos. Un décimo se lo ha dado a su fiel compañera en la cola, Manoli, y el otro ha dicho que si sale se lo reparte con la periodista Susanna Griso. Además, este año, López ha prometido que el año que viene, si la salud se lo permite, va a venir andando desde León al Teatro Real de Madrid vestido de obispo.

Para López, hacer la cola desde días antes forma parte ya de una tradición que le genera mucha ilusión: "Somos un grupo de amigos que nos reunimos aquí una vez al año y esperamos siempre entrar al teatro con muchísima ilusión. La tradición nace desde que veíamos el sorteo en casa de pequeños. Es el día en el que comienza la Navidad".

"Tengo más de 70 décimos"

Es por eso que este año a algunos dentro del grupo les ha sentado mal que otros no avisaran de cuándo iban a llegar. "Yo no creo que porque te pongas antes vaya a tocar algo, ni mucho menos. La ilusión está ahí, pero bueno, cada quien que se busque su sitio en la cola", escribió hace unos días en el grupo de WhatsApp uno de estos fanáticos.

Ruiz, Sevilla y López llevan desde el 3 de julio, día en que salió a la venta la lotería de Navidad, comprando décimos para prepararse para el gran día. Sevilla muestra un pequeño folio blanco donde ha anotado todos los números con los que va a probar suerte este año: "Tengo más de 70 décimos aquí", explica, y aunque ya a su edad se le pueden ir olvidando algunas cosas, los números de la suerte los recita una y otra vez de memoria.

Sevilla es la segunda en la cola y la más veterana del grupo. Cada año confecciona sus propios disfraces con la ayuda de sus hijas. Se ha vestido de Sirenita, de árbol de Navidad, de ranita y este 2023, aunque le gusta guardar la sorpresa, ha confesado que va de cesta navideña. Un año más, con discrepancias o sin ellas, la locura de la lotería de Navidad ha hecho presa de ella.