Banderas, megáfonos y oraciones frente al Congreso: "Que España salga del comunismo y se libre de traidores"

"La mentira es el mal", señala una mujer de avanzada edad a este diario mientras interrumpe su oración. "Que la Virgen nos ayude y España salga del comunismo y se libre de los traidores", continúa relatando a este diario. Acto seguido, continuó con sus plegarias a la Inmaculada junto a otras tres personas. Llevan rosarios en la mano y una bandera nacional con la cara de María. No pertenecen a ninguna congregación ni parroquia en concreto; simplemente, se han unido a la protesta frente al Congreso para velar por el alma del país.

Nada de esto es nuevo: esta semana, en Ferraz, decenas de personas también recurrieron a la gracia divina para expresar su rechazo a la ley de amnistía. Esta última se ha convertido en la punta de lanza de los manifestantes: "Si Sánchez hubiera tenido la mayoría absoluta, perfecto. Pero han pactado esta ley por un tema político. Por eso la gente está hasta los huevos", explica Juan, de 35 años. Ese es el sentir de la mayoría de personas consultadas por El Confidencial en la protesta que se desarrolla en las inmediaciones de la Cámara Baja.

Este miércoles ha arrancado el primer día de la investidura de Pedro Sánchez tras varios días de protestas alrededor de la sede del PSOE en Ferraz contra la ley de amnistía. Por ello, y después de que el acuerdo se hiciera público el pasado viernes 3 de noviembre, centenas de personas se acercaron a la sede del PSOE para protestar contra esta medida. La cifra de manifestantes fue creciendo durante los días siguientes, en unas jornadas marcadas —a partir de las 22 horas, cuando los radicales se adueñan de las protestas— por la presencia de banderas preconstitucionales, material pirotécnico, quema de contenedores, violencia y cargas policiales.

En torno a las 13.20 horas, en la plaza de Cánovas del Castillo —a la altura de la fuente de Neptuno—, había reunidas 500 personas, según la Delegación del Gobierno. La cita fue convocada por la asociación ultraconservadora Hazte Oír, que en los últimos años ha protagonizado polémicas campañas políticas con autobuses. En 2019, dieron de que hablar por un mensaje que no gustó al colectivo transexual. Esta vez, han paseado por el paseo del Prado un vehículo con la cara de Pedro Sánchez con un bigote hitleriano. Según pasaban los minutos, decenas de personas se acercaban, también, a la calle Cedaceros. El perfil de los manifestantes fue evolucionando a lo largo de la mañana. Si bien a primera hora eran personas mayores, los más jóvenes empezaron a aparecer en torno a las 12.30 horas.

Entre numerosas banderas de España, un hombre porta en primera fila una enseña Argentina. No es un despistado. Óscar, de 65 años, tiene la doble nacionalidad y lleva residiendo en la capital desde hace 30. "Soy más español que muchos de los que viven aquí", explica. Lleva una chupa de cuero con la rojigualda a la espalda: "Soy motero". También están presentes algunos jóvenes de Revuelta. Uno de ellos porta un megáfono gritando contra el todavía presidente en funciones. Esta asociación es una de las principales agitadoras del movimiento social que se viene desarrollando en el país desde el pasado viernes. Desde sus redes sociales, como es habitual, convocaron a la población en la fuente de Neptuno a las 12:30. Fueron puntuales.

Nadie ha podido acercarse a las puertas del Congreso por la presencia policial. El dispositivo de seguridad está formado por 1.600 agentes, la mayoría miembros de la UIP. "Hay que moverse por redes para cortar Castellana esta tarde", dijo en alto uno de los presentes en la concentración. Las personas consultadas calculan que la verdadera protesta empezará por la tarde. Este horario de mañana implica que muchos puedan acercarse por coincidir con su horario laboral. ¿Y ellos, qué hacen aquí? Jubilados y universitarios son el perfil mayoritario. Cuatro estudiantes de ADE y Bolsa y Mercados Financieros no han querido perderse el evento: "Estoy aquí porque creo que el modo en el que se ha presentado la investidura no es justo", señala uno, mientras la prensa trata de hacer su trabajo entre críticas de los presentes: "Venís a manipular".