Las protestas de Ferraz mantienen su vigor y persiguen a Sánchez hasta Málaga

Pedro Sánchez decidió pasar la resaca de los pactos de su investidura sacando brillo a su perfil europeo, pero ni así ha evitado exponerse a las protestas por su política de alianzas para seguir en la Moncloa. El presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE mantuvo el viernes en Málaga una reunión bilateral con el canciller alemán, Olaf Scholz, en el contexto del congreso de los Socialistas Europeos. La familia política de Sánchez se ha congregado en la ciudad andaluza para dar el pistoletazo de salida a la campaña de las europeas que se celebrarán el 9 de junio y el calendario ha querido que este cónclave coincida con el final de la negociación del PSOE con sus socios para reelegir a Sánchez como presidente, lo que ha provocado una formidable respuesta social y política que hoy ha tenido un doble epicentro: uno en Ferraz y otro en la capital de la Costa del Sol.

El mensaje que sale de las filas del PSOE —y sus socios— es de satisfacción tras cerrar los acuerdos que permitirán la reelección de Sánchez la próxima semana. El propio presidente en funciones dio la clave de su apuesta en el Comité Federal del 28 de octubre. "Hay que hacer de la necesidad virtud", dijo. Y aceleró las negociaciones, lo que le ha permitido llegar a este viernes con los apoyos garantizados de 179 escaños, tres más que la mayoría absoluta que necesita para seguir en Moncloa. El contenido económico y competencial de los pactos con ERC y PNV, junto con la amnistía blindada con Junts (y también los republicanos), es lo que ha soliviantado a jueces, oposición y ha provocado una notable respuesta en la calle, con la calle Ferraz como epicentro.

En Madrid la protesta empezó justo cuando el reloj tocó las 20:00 horas. Es el momento exacto del inicio de la convocatoria de la nueva manifestación frente a la sede del PSOE, esta vez promovida por Revuelta. Ferraz estaba a rebosar pese a las predicciones de lluvias. Además, los disturbios vividos en la noche del jueves parecía que no habían tenido un efecto disuasorio entre los asistentes y a las 22:00 la Delegación de Gobierno cifraba en 4.000 las personas congregadas. Además de las ya habituales consignas como "Rojo el que no vote" o "Puigdemont a prisión", el viernes entonaban una nueva: "Ni un puto mena en Madrid". También, uno de los asistentes había traído un gran tambor que hacía resonar cada golpe subido a una silla.

Como cada noche desde que comenzaron las protestas, sobre las 21:00 horas los manifestantes pacíficos dejan la primera línea y empiezan a aparecer personas embozadas, encapuchadas y con pasamontañas. A partir de ahí la tensión fue en aumento hasta que a las 22:30, comenzaron los lanzamientos de botellas, bengalas, petardos y hasta botes de humo que impedían totalmente la visibilidad. Mientras, los agentes de Policía Nacional trataron de calmar a los ánimos utilizando un altavoz para dirigirse a la multitud y reclamarles que dejaran de lanzarles objetos. "Por favor, disuelvan la concentración", se oyó, entre otros mensajes, durante al menos unos diez minutos.

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Alejandro Requeijo

En ese momento uno de los manifestantes se subió a un semáforo y colgó un cartel con la cara de Pedro Sánchez con una franja negra sobre los ojos. Entonces comenzó una lluvia de objetos sobre la pancarta y la zarandearon hasta que uno de ellos decidió prenderle fuego entre los vítores de sus compañeros. Justo después lanzaron dos botes de humo que dejaron a la calle Ferraz sin visibilidad durante unos minutos. La banda sonora, como el resto de noches, viró del himno de la División Azul y el Cara al Sol pasando por proclamas en defensa de Primo de Rivera. En el atrezzo de los manifestantes, este viernes se estrenó una bandera de España con la silueta del Valle de los Caídos, ahora Cuelgamuros, que ondeaban mientras entonaban vivas a Franco.

A pesar de la tensión, este viernes no se produjeron cargas policiales, aunque hubo un amago al filo de la medianoche cuando los pocos manifestantes que quedaban comenzaron a golpear la valla. La policía paró el intento y la calma tensa volvió a reinar. Con todas las calles aledañas cortadas por furgones de la UIP y con solo unos 100 jóvenes que se resistían a abandonar la zona, los agentes comenzaron a recoger el material antidisturbios y a abandonar la zona. La protesta había terminado sin cargas, con un detenido, pero sin heridos a esta hora. En las jornadas previas, los manifestantes optaron por dejar Ferraz para esperar a la Policía en calles más estrechas, donde es más fácil de confrontar, algo que tampoco se produjo en la octava noche de protestas.

La protesta en Málaga

En Málaga, la protesta provocó el corte de la calle donde está la Subdelegación del Gobierno en Málaga. "Contra la amnistía". Este es el encabezamiento de un cartel que se estaba compartiendo a través de las redes sociales para concentrar a la ciudadanía a las puertas del edificio estatal, donde a las 18:30 comenzó la reunión entre Sánchez y Scholz. Dos horas después, los dos dirigentes, que intervendrán el sábado en el cierre del congreso, salían del edificio situado frente a la playa de la Malagueta y entonces se recrudecieron los gritos. La reunión finalizó a las 19:30, pero los jefes de Gobierno aguardaron para salir, sin que la espera disolviese la protesta.

En la reunión, Scholz y Sánchez han hablado sobre la Presidencia española del Consejo de la UE, que ya encara la recta final. También han abordado asuntos migratorios y del presupuesto de la UE, según ha contado Sánchez en su cuenta de X. "Coincidimos en la urgencia de encontrar soluciones de paz en Oriente Medio y el apoyo a Ucrania", rezaba el mensaje.

El texto de la convocatoria de este jueves decía "Te esperamos en la Subdelegación del Gobierno para recibir a Sánchez", para después dar los datos de ubicación y la hora: 18:15. Posteriormente, invitaba a trasladarse a la protesta que, como otras jornadas, ha tenido lugar a las 20:00 en la calle Ollerías. "Manifestación Masiva. ¡No faltes!", concluía el cartel que se estaba difundiendo. Aunque finalmente acudieron a la cita varios cientos de personas, con megáfonos y banderas, que se situaron a unos 50 metros del edificio gubernamental. A la llegada de un vehículo, en el que los manifestantes pensaban que iba el presidente del Gobierno, se escuchó un grito unánime: "Pedro Sánchez, hijo de puta". Entre los presentes, alguno portaba una insignia preconstitucional.

El dispositivo de seguridad del cónclave de los socialistas fue incluso objeto de una reunión que se celebró hace 24 horas y en la que se revaluaron los riesgos tras los incidentes registrados en las manifestaciones frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid. Las protestas realizadas frente a la sede socialista de la calle Ollerías de Málaga no habían concitado a más de 300 personas y se desarrollaron sin incidentes. Las principales quejas han sido por las pintadas aparecidas en edificios del PSOE de Ronda, Fuengirola o Marbella. No obstante, la Brigada de Información intensificó el control sobre los grupos de ultraderecha y neonazis (de la zona, y de otros puntos del país) para detectar posibles traslados para reventar el acto. También se están monitorizando redes sociales y grupos de Telegram.

Los efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) establecieron una línea para evitar que los más exaltados se aproximaran demasiado a la Subdelegación del Gobierno. En el otro acceso al edificio, junto a la playa, también se agolpó gente que increpó al líder socialista. La presencia de estas personas provocaron cortes en las distintas vías que transitan junto al lugar del encuentro.

El despliegue de agentes para el congreso, que reunirá a líderes socialistas del continente, depende de los servicios de Moncloa. Fuentes del Ministerio del Interior precisaron que "los dispositivos policiales se adaptan a las circunstancias y se preparan minuciosamente para cada caso", para añadir que, "por motivos de seguridad", se evita ofrecer detalles del mismo.