Ferraz desoye la sugerencia de Felipe González: "Las elecciones ya se celebraron"

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Horas antes de cerrar un acuerdo con Junts, una vez que a Carles Puigdemont le ha parecido finalmente que el texto de la ley de amnistía se acomoda a sus reclamaciones, en la dirección socialista no hicieron ninguna mella la sugerencia de Felipe González de que la mejor salida política es una nueva convocatoria electoral. Ferraz le ha recordado que "las elecciones ya se celebraron" y que el PSOE "va a hacer el Gobierno que pidieron los españoles" el 23-J. "Progresista y reflejo de una España plural", subrayan.

El expresidente del Gobierno, totalmente contrario a la amnistía, sostiene, en unas declaraciones a través de su fundación, que "de verdad les digo a todos los ciudadanos, empezando por mis compañeros, que no merece la pena". La salida que plantea es "ir a ganar las elecciones, si se repiten". "Los cambios en la posición del partido no se justifican". A diferencia de Pedro Sánchez, que fundamenta en el resultado de los comicios que haya que hacer "de la necesidad, virtud" y ceder a esta reclamación del independentismo, González rechaza que los "siete votos para una investidura" merezcan que se apruebe esa ley.

Sus críticas a muchas de las decisiones de Sánchez han sido tan frecuentes, que el exdirigente socialista ha perdido predicamento en su propio partido, que cada vez tiene menos en cuenta sus opiniones. El proceso de desapego con González es muy similar al que una parte muy relevante del PP tuvo con José María Aznar por su permanente oposición pública a la gestión de Mariano Rajoy. Como Aznar, el expresidente socialista también pretende hacerse escuchar.

Fuentes socialistas sostienen que "no le perdona a Pedro que ganara a Susana [Díaz] y que no le llame para consultarle". La relación entre ellos es mala, a pesar de que han existido varios intentos de acercamiento. Aunque no todos en el PSOE censuran su actitud. González fue quien abrió la veda contra la amnistía, pero le han seguido otros dirigentes como Alfonso Guerra, Joaquín Almunia, Ramón Jáuregui y Elena Valenciano. "Él solo dice lo que cree que debe decirles a los españoles. Como ha hecho siempre", destacan quienes defienden su intervención. "Se siente en esa obligación y su explicación es brillante", añaden.

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González, además, contradice la lectura que lleva a Sánchez a sostener que existe un mandato del 23-J. Cree que los españoles no han votado la continuidad de los bloques, sino que, al depositar dos de cada tres votos en las papeletas de PP y de PSOE, lo que reclaman es un "espacio de centralidad" que ponga fin a la polarización política. A pesar de no estar en línea con el discurso de Ferraz, el exlíder socialista asegura que él "defiende las posiciones del partido". "Me da apuro que los compañeros consideren que yo no apoyo al partido", señala. Pero es que "apoyar a un partido no es apoyar lo que se decide un día u otro". "Digo lo que pienso y pienso lo que digo", resalta.

No obstante, en la organización ha sorprendido que realice estas nuevas declaraciones justo después de que se hayan pronunciado los afiliados. Sánchez decidió pedir a las bases el aval a las negociaciones que mantiene con Junts con una consulta, que inicialmente solo iba a preguntar por el acuerdo de gobierno con Sumar. El secretario general del PSOE logró un amplísimo respaldo, el 87%. Fuentes socialistas apuntaban que, "justo después del voto de la militancia", las manifestaciones del expresidente "no dejan de tener su mérito".

“Es lo mismo que dice Feijóo”

El cariño que a González no le dan en el PSOE sí lo conceden en el PP. Sus palabras no solo son compartidas, también celebradas. En un momento de máxima tensión política, y con el país dividido por el acuerdo entre Sánchez y Puigdemont, en Génova entienden que todas las voces contrarias a la amnistía son “más necesarias que nunca”. Y más la del expresidente del Gobierno, al que Feijóo calificó en su día como “la figura más importante del PSOE”. “Me consta que su único interés es que España vaya bien. No tiene otro”, aseguró el propio líder popular en una entrevista con El Confidencial.

“Es brutal”, sintetizan varias fuentes bien posicionadas en el partido. Pero ese júbilo se mezcla, en parte, con resignación. Nadie en el PP cree que las reflexiones de Felipe González vayan a tener algún efecto, al menos no uno “determinante”. “El sanchismo no tiene conciencia ni consciencia. Solo están ávidos de poder”, añaden. Ya es habitual en Génova utilizar a Felipe González como ejemplo disruptivo dentro de las filas socialistas para oponerse, desde dentro, al pacto de investidura con Sánchez. Y en esta ocasión, en la dirección del PP suscriben punto por punto la postura del exdirigente del PSOE. “Es lo mismo que dice Feijóo”, añaden.

No en vano, uno de los mantras más repetidos por Feijóo en las últimas semanas es solicitar una repetición electoral —que se celebraría el próximo 14 de enero— para que Sánchez se ponga ante el espejo de los ciudadanos antes de aprobar la despenalización del procés. Entienden, además, que la amnistía y el trato con el independentismo asestarán un golpe “sin retorno” tanto a la división de poderes como a la igualdad entre los españoles: “No estamos hablando de convivencia, sino de conveniencia”.

Pero, más allá del deseo de González o de Feijóo, nada apunta a nuevas elecciones. Tras las protestas ante las sedes socialistas de los últimos días, organizadas e instrumentalizadas por grupos de extrema derecha, Sánchez indicó este lunes que demuestran la necesidad de que salga adelante el pacto de investidura y haya un nuevo Gobierno liderado por el PSOE.