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Descifrando la tragedia de Madrid: "Es un árbol que tiende a pudrirse y el viento era anómalo"
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ACCIDENTE MORTAL

Descifrando la tragedia de Madrid: "Es un árbol que tiende a pudrirse y el viento era anómalo"

Los técnicos del Ayuntamiento de Madrid constataron después del suceso que el ejemplar "no sufría ninguna patología ni daño previo al vuelco". La última vez que fue revisado fue el pasado mes de mayo

Foto: El árbol caído en la calle Almagro. (EFE)
El árbol caído en la calle Almagro. (EFE)

¿Cómo es posible que un ejemplar de dos toneladas de peso y 20 metros de alto se desplomara como una losa sobre la calzada en plena rotonda de Alonso Martínez de Madrid? La tragedia de este jueves en la capital fue un accidente: el árbol estaba sano y había sido revisado por los técnicos del Ayuntamiento por última vez en el mes de mayo. No obstante, una serie de coincidencias meteorológicas y formales favorecieron la caída.

Mariano Sánchez, jefe de Jardinería y Arbolado del Real Jardín Botánico del CSIC, explica a este diario las causas que pueden afectar al desgarre de arbolado urbano. Por un lado, el ejemplar de olmo siberiano de la calle Almagro era un pumila: estos tienen un período relativamente corto y tienden a pudrirse con más facilidad. "Cuando empiezan a envejecer, generan más problemas", detalla. Podar sus ramas no ayuda, es un parche a corto plazo que puede reproducirse de nuevo en el futuro. Sánchez propone, como medida preventiva de cara a futuros temporales, "hacer un estudio de las especies que están generando más inconvenientes y empezar a pensar en una gestión en sustitución de esta".

Foto: El lugar del accidente. (A.F.)

Por regla general, y aun tratándose de una especie peculiar, no tiene por qué producirse ningún altercado. Pero los vientos anómalos que azotan la península durante los últimos días han jugado un papel crucial. La AEMET advierte desde el inicio de semana de la peligrosidad de esta borrasca. "Puede haberse producido un remolino y partirlo aún estando sano. Estamos aprendiendo porque antes no teníamos estos vientos", subraya.

Desde septiembre de 2018, el Ayuntamiento de Madrid cuenta con el Servicio de Evaluación y Revisión Verde (Server), que dispone de un "programa de inspecciones sistemáticas, ordenadas, periódicas y programadas para los 21 distritos", según fuentes del área de Medio Ambiente. Los técnicos constataron, después del incidente, que el ejemplar "no sufría ninguna patología ni daño previo al vuelco".

Durante la jornada del jueves se registraron en Madrid rachas de 100 kilómetros por hora. La inspección del Ayuntamiento de la capital ha concluido que, en total, cayeron hasta 269 árboles en la ciudad. Gabriel Dorado, profesor de Ingeniería y Gestión Forestal de la Universidad Politécnica de Madrid, apunta que hay una cuestión clave que a veces pasa desapercibida para explicar el trágico suceso: "Los árboles son seres vivos y a veces se tratan como mobiliario urbano". Así, su peligrosidad aumenta en función de la fuerza del aire.

Foto: Bomberos permanecen en el lugar donde este jueves ha fallecido una joven tras caerle un árbol en Madrid. (EFE/Rodrigo Jiménez)

La propia vida en la ciudad, siempre concurrida, aumenta la peligrosidad de estos escenarios. "Ayer cayeron muchos en el monte y los daños fueron mínimos. El riesgo en ciudad aumenta: las dianas son esos potenciales coches, personas o infraestructuras que puede perjudicar un accidente", añade Dorado. También, la velocidad de las masas de aire excepcionales puede incrementarse dentro del núcleo urbanizado por el "encallejamiento".

"La foto que vi del alcorque debía tener un tamaño de un metro cuadrado", continúa el experto. Esta cifra es muy reducida para el ejemplar en cuestión. Si bien se trata de un árbol de tamaño mediano —pueden llegar a pesar 15 toneladas—, cuanto más reducido sea el alcorque, más se reducirá su estabilidad.

El Ayuntamiento de Madrid asegura que, desde la puesta en marcha de los nuevos contratos de limpieza, el presupuesto destinado al mantenimiento y cuidado de las zonas verdes ha aumentado un 52%. La última víctima mortal por la caída de un árbol en la ciudad fue en marzo de 2018, cuando un árbol de gran porte en el Retiro cayó por las rachas de viento y alcanzó a un niño de 4 años. El Consistorio, entonces gobernado por Manuela Carmena, también argumentó entonces que el ejemplar estaba sano y que el parque había sido revisado. El suceso provocó la modificación del protocolo por alertas meteorológicas, que ahora es más restrictivo.

¿Cómo es posible que un ejemplar de dos toneladas de peso y 20 metros de alto se desplomara como una losa sobre la calzada en plena rotonda de Alonso Martínez de Madrid? La tragedia de este jueves en la capital fue un accidente: el árbol estaba sano y había sido revisado por los técnicos del Ayuntamiento por última vez en el mes de mayo. No obstante, una serie de coincidencias meteorológicas y formales favorecieron la caída.

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