La respuesta de Ayuso a la Ley Celaá: test orales, notas numéricas y hacer "buen uso del español"

Alumnos incapaces de leer y resumir un texto complejo o hacer "un buen uso del español" cuando ponen un pie en la universidad. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha arremetido contra lo que considera una "devaluación de la educación pública" en su discurso de apertura del curso escolar 2023-2024. La líder popular quiere blindar las notas numéricas, poner más exámenes orales y de comprensión lectora, aglutinar proyectos de radios escolares o inaugurar certámenes que premien la "correcta expresión" del castellano. Sin nombrarla directamente, Ayuso esbozó sus planes como una antítesis a la Ley Celaá, a la que ya otras veces tildó de regalar "aprobados gratis" a los estudiantes.

Su plan regional nace con la pretensión de "combatir" lo que considera una merma de la calidad educativa en coles e institutos. Por un lado, recupera los números para las evaluaciones. Con la LOMLOE, fueron relegadas por otras notas más genéricas: Insuficiente, Suficiente, Bien, Notable o Sobresaliente, sin especificar una cifra concreta, con el argumento de que esta fórmula proriza el aprendizaje real antes que lograr la calificación más alta. No obstante, la líder madrileña rechazó desde el principio esta nueva metolodología y mantuvo las notas del 1 al 10 en todas las etapas educativas de la comunidad. En la inauguración del año escolar, Ayuso se desplazó al CEIP San Juan Bautista para explicar desde allí sus ideas para el nuevo curso.

Notas numéricas y más examen oral

Tratarán de revertir el "fallo oculto" del modelo educativo: que haya quienes pisen la universidad o una formación superior "sin ser capaces de leer un texto complejo, resumirlo o rebatirlo", "sin conocer la historia de España" o "comprender un gráfico". Para ello, la Consejería de Educación, Ciencia y Universidades ultima una guía protocolaria que inste a los centros a fomentar la práctica de exámenes orales, las presentaciones en público o las defensas y exposiciones de trabajos "con las notas alfanuméricas que ya se utilizan para las calificaciones".

El año escolar se organizará en base a dos ejes principales. Uno, la "enseñanza personalizada" al alumnado con el Plan IncluYo, que hará a los centros detallar las medidas organizativas, curriculares y metodológicas con las que atienden a estudiantes con necesidades especiales, como "problemas de dislexia" o "altas capacidades", entre los ejemplos que mencionó la presidenta regional. Las familias que puedan permitirse elegir un centro para sus hijos podrán disponer de esta información y tenerla en cuenta al matricularles. Por otro lado, este curso se pondrá en marcha e plan por "la libertad, la pluralidad y la calidad de la educación" que Ayuso ya anunció en su discurso de investidura.

Leer clásicos y potenciar la radio

Además, Educación prepara un nuevo catálogo de libros clásicos para complementar las clases en colegios e institutos. Preguntados por esta cuestión, desde el departamento no precisan aún ningún título más allá de El Quijote, la obra magna de la literatura española que ya se imparte en prácticamente todos los centros educativos. Pero sí resuelven que serán textos propuestos por la Real Academia Española (RAE) y la Real Academia de Historia (RAH). Quieren incorporarlos al programa educativo de este mismo año, por lo que todo apunta a que próximamente harán público el listado.

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La radio también tendrá un papel protagonista. “Vamos a potenciar la radio como vehículo de expresión, y para ello, sacaremos muy pronto una convocatoria para que un centenar de centros constituyan esta primera Red de Radios Escolares en la Comunidad de Madrid”, señaló Ayuso en su intervención. La idea es integrar en un mismo espacio todos los trabajos de pódcast o radiofónicos que se realicen en los distintos centros inscritos.

Oposición a la Ley Celaá

La norma estatal se aprobó definitivamente en 2020 y eliminó el español como lengua vehicular, en la que se imparte la enseñanza por defecto. Daba cabida así a otros idiomas cooficiales en comunidades como Galicia, País Vasco o Cataluña. También limita a los centros concertados, que antes podían recibir cuotas de las familias por recibir las lecciones de carácter gratuito o imponer donaciones a fundaciones y asociaciones. El año pasado, cuando entró en vigor –ya con Pilar Alegría como ministra de Educación tras la salida de Isabel Celaá– causó gran rechazo entre la derecha.

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