Almeida decidirá en el inicio del curso si remunicipaliza la gestión privada de la M-30

El Ayuntamiento de Madrid, que dirige José Luis Martínez-Almeida, mantiene abierta la posibilidad de remunicipalizar la gestión de la M-30. El equipo de gobierno, indican fuentes municipales, debatirá en el inicio del próximo curso si incluye en el proyecto de presupuestos para 2024 un plan para Calle 30, la empresa encargada del mantenimiento y la conservación de la vía de circunvalación, de capital mixto. El cambio de modelo para la sociedad, que colea desde los tiempos de Manuela Carmena, fue un mandato del pleno de Cibeles de enero de 2022, aprobado por unanimidad, que no se ha cumplido.

El proyecto para que Calle 30 sea exclusivamente pública estuvo sobre la mesa la pasada legislatura. El consistorio del PP y Ciudadanos recuperó la iniciativa del Gobierno de Ahora Madrid y constituyó en el ecuador de su mandato una mesa técnica para valorar esta opción. El planteamiento es que el ayuntamiento pase a ser el único titular de la entidad, cuyo contrato con el socio privado expira en 2040, pero permite hacer algunas modificaciones en 2025. El cambio acabaría con el modelo mixto que opera en la actualidad, con la Administración Pública controlando el 80% y el otro 20% en manos de Emesa, una sociedad compuesta por Ferrovial y ACS.

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El equipo de gobierno descartó esta posibilidad en 2022 y 2023, aunque en el último caso habría sido imposible porque Vox vetó las cuentas. Fuentes del Área de Obras y Equipamientos, de quien depende la empresa, detallan que la posible remunicipalización se volverá a tratar en las próximas semanas. "Se verá cuando se aborden los presupuestos de 2024, que será a la vuelta del verano", apuntan, sin avanzar el veredicto final. Así, el trabajo del ayuntamiento se centra en estudiar la viabilidad económica del plan y los costes derivados de la indemnización a Emesa por la rescisión del contrato. Deberá decidir en el último trimestre, cuando se presentará el proyecto de presupuestos.

La realidad, no obstante, es que el PP ya se mostró a favor de esta iniciativa hace un año y medio. El pleno de Cibeles aprobó en enero de 2022 una moción para acabar con la sociedad actual de Calle 30, crear una comisión de seguimiento con todos los partidos e iniciar la tramitación del expediente administrativo. La propuesta, impulsada por el grupo socialista, contó con el respaldo de todos los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Madrid (PP, Más Madrid, Cs, PSOE y Vox).

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El objetivo era iniciar los trámites antes de que acabara ese ejercicio, con 2025 en el horizonte para el cambio de modelo. Las reuniones de la comisión de seguimiento se celebraron periódicamente, pero a finales del año pasado los grupos municipales ya alertaron de la falta de avances. El PSOE, como informó este diario, mostró sus recelos por el planteamiento para la rescisión del convenio con Emesa, donde supuestamente siempre salía beneficiado el socio privado. Todo quedó pendiente para la próxima legislatura, cuyo cambio principal es que el PP gobierna ahora con mayoría absoluta.

Críticas de la oposición

Lo cierto es que la gestión y el mantenimiento de la M-30 están en la diana de la oposición desde hace muchos años. Tanto Más Madrid como el PSOE siempre han criticado con dureza la fórmula de gestión público-privada que utilizó Alberto Ruiz-Gallardón en 2005. El argumento común es que supone un agujero significativo en las cuentas municipales, con pérdidas cercanas a los 100 millones de euros cada año.

El Gobierno de Manuela Carmena, que gobernó la ciudad entre 2015 y 2019, puso en marcha una comisión de investigación para poner luz sobre las presuntas irregularidades detectadas por la Cámara de Cuentas. El informe final, no vinculante, concluyó que hubo falta de transparencia en la creación de la sociedad y subrayó algunas anomalías, como las relativas a la factura de la luz, que eran abonadas por el consistorio madrileño, aunque debían ser costeadas por Emesa. Salió adelante con los votos de Ahora Madrid (ahora Más Madrid), PSOE y Ciudadanos y el único rechazo del PP.