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Los vestigios más antiguos de Madrid se caen a cachos: así intenta Almeida salvar la muralla
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NUEVO PLAN DEL CONSISTORIO

Los vestigios más antiguos de Madrid se caen a cachos: así intenta Almeida salvar la muralla

Los restos del Madrid primigenio sobreviven entre el abandono y el olvido, reciclados como el trastero de un bar, la entrada de una comunidad de vecinos o un garaje. El ayuntamiento de la capital tiene un plan para protegerlos

Foto: Un viandante pasa frente a la muralla cristiana de la calle Escalinata. (O. C.)
Un viandante pasa frente a la muralla cristiana de la calle Escalinata. (O. C.)

La muralla árabe y cristiana de Madrid se cae a cachos. Los vestigios más antiguos de la capital —desconocidos para muchos— pasan tan desapercibidos que, a simple vista, pudiera parecer un simple muro en ruinas o una obra a medio hacer. La construcción medieval, de los siglos XI y XII, sobrevive olvidada dentro de comunidades de vecinos. Sirve de trastero para locales comerciales e incluso como cuartos de basura de pisos exclusivos. Latas de cerveza, suciedad, arte urbano y restos de rocas en el suelo que no pueden recogerse porque son una zona protegida. La foto fija de estos restos históricos es decadente, se mire por donde se mire.

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El ayuntamiento, que dirige José Luis Martínez-Almeida, quiere poner remedio a esta situación y ampliará la protección de la muralla, que en enero de 1954 se declaró monumento histórico-artístico. “La importancia arqueológica de este monumento es muy grande, pues Madrid no está sobrado de patentes recuerdos de su historia y puede decirse que carece de los de la época medieval”, decía el texto. No obstante, hasta ahora no existía un protocolo integral que asegurase la conservación de los vestigios. Manuel Retuerce, doctor en Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, lleva 40 años estudiando la zona. "Mejor tarde que nunca. Tenemos algo formidable en una ciudad europea fundada por el poder islámico con restos medievales más antiguos que París o Londres".

Mapa de la protección de la muralla

Actualmente, la protección concreta se explicita en el área de planeamiento remitido (APR) Muralla del Plan General de Ordenación Urbana de 1997, abarcando 25.748 metros cuadrados. Ahora, desde el área de Urbanismo, se ampliará a 300.873 metros cuadrados en el nuevo Plan Especial de Protección. La intención, además, es la de "proporcionar una normativa clara de protección que antes no tenía", señala el consistorio, para "recuperar los lienzos". Lo cierto es que gran parte de ellos se esconden entre el Madrid moderno.

Además, se pretende "incluir nuevos edificios en el Catálogo de edificios protegidos" y propone "zonas verdes en parcelas donde existen restos de muralla visibles, públicas y privadas". El siguiente paso correrá a cargo del área de Cultura del ayuntamiento, pero desde patrimonio no han querido ampliar información.

Esta es la recreación de un paseo por la muralla de la vergüenza donde se mezclan la historia, el interés inmobiliario y los vecinos que conviven a diario con los vestigios.

Puerta Cerrada y Escalinata: baños alicatados y grafitis

A escasos metros de la plaza de Ópera se ubican restos de la fortificación cristiana. No se mortifique si nunca se había fijado. Nada hace pensar que esos muros ruinosos sean los vestigios más antiguos de Madrid. Cubos de basura, grafitis, colillas, yonkilatas de cerveza en el suelo y mesas y sillas acumuladas del restaurante de al lado. Anteriormente, había viviendas, algo que se puede apreciar por los azulejos blancos de un cuarto de baño en la pared, justo debajo de un arco, que se han conservado prácticamente intactos con el paso de los años al más puro estilo Cuéntame.

Este desconocido lugar no es el único tramo del muro medieval que hay en el centro de la capital, pero sí uno de los más afectados por el vandalismo urbano a lo largo de las últimas décadas. Este empezó levantarse a finales del siglo XI y principios del siglo XII, poco después de que la ciudad musulmana de Mayrit pasase a manos de la Corona de Castilla y León. Los restos se encontraron a finales de la década de los ochenta, al derribarse el inmueble que estaba en este lugar que, como ocurre en varios edificios de la ciudad, estaba construido sobre lo que en su día fue la fortaleza de Madrid.

placeholder Turistas en las ruinas de la muralla árabe del parque Emir Mohamed, detrás de la Catedral de Santa María la Real de la Almudena. (O. C.)
Turistas en las ruinas de la muralla árabe del parque Emir Mohamed, detrás de la Catedral de Santa María la Real de la Almudena. (O. C.)

Las reliquias, que el ayuntamiento ha intentado proteger en repetidas ocasiones, son una parte intrínseca del trazado de la ciudad. Hasta tal punto que, por ejemplo, el lienzo de la antigua muralla cristiana del siglo XI forma parte de la decoración de los lavabos del restaurante que la cadena estadounidense Foster Hollywood tiene en la plaza de Isabel II. Un poco más adelante, en la misma calle Escalinata, algunos vecinos aparcan día tras día sus coches en un parking que se ha construido sobre los cimientos de esta muralla. A la izquierda, un edificio un tanto kitsch con una torre hexagonal que respeta la planta de la antigua fortaleza defensiva cristiana.

"Cuando la capital se traslada a Madrid con Felipe II es que la ciudad comienza a desbordarse y a extenderse hacia el este. ¿Qué hicieron los madrileños de la época? Aglutinar esos restos en sus propias casas. Las casas de la Cava Baja, en el barrio de La Latina, están construidas prácticamente sobre esta muralla", explica a El Confidencial Víctor Bernardo, experto en historia medieval y fundador de la asociación cultural Mad Experiencias, dedicada a la divulgación de la historia de la ciudad.

placeholder Al fondo, en la esquina, los restos de un torreón de la muralla medieval en la plaza de Puerta Cerrada. (O. C.)
Al fondo, en la esquina, los restos de un torreón de la muralla medieval en la plaza de Puerta Cerrada. (O. C.)

En la plaza de Puerta Cerrada del centro de Madrid, a la altura de la farmacia, hay un torreón de la muralla. Toda la zona está protegida. Probablemente, la mayoría de los transeúntes no se hayan percatado porque está cubierto con una lona verde, en obras, y entre carteles de los últimos conciertos del momento. La estampa es cuado menos peculiar. Allí se encuentra el torreón mejor conservado de la fortaleza, perteneciente a la muralla del siglo XII, y que a día de hoy forma parte de distintos bloques de edificios. “Aunque no se pueda apreciar a simple vista, se conserva todo el torreón, desde la base hasta las almenaras. Algo superextraño”, recalca Bernardo.

Derrumbes y peleas

En el pasado, la fortificación continuaba por la Cava Baja hasta llegar a la calle Almendro, donde queda otro vestigio de la historia de Madrid. Estos restos salieron a la luz tras la demolición de un edificio en octubre de 1967. Por aquel entonces, quedó al descubierto un lienzo de la muralla de unos 16 metros de longitud y seis de altura media. Este tramo, que corresponde con parte del trazado original de la defensa que discurría entre Puerta de Moros y Puerta Cerrada, fue restaurado hace varios años.

placeholder Mural del aspecto de Madrid en el siglo XVI cercano a los restos de la muralla medieval de la calle del Almendro. (O. C.)
Mural del aspecto de Madrid en el siglo XVI cercano a los restos de la muralla medieval de la calle del Almendro. (O. C.)

En la actualidad, la muralla está visible, rodeada de un pequeño jardín y un mural que muestra el Madrid del pasado. Solo unos pocos privilegiados tienen acceso a este espacio. Si bien el pequeño parque está visible, solo algunos vecinos y guías oficiales tienen acceso al mismo. “Agradecemos que no esté abierta al público. Así se favorece su conservación”, aseguran a este periódico.

"El cemento se comió la caliza. Pegas una patada y se cae", señala Víctor

No hay más restos visibles hasta llegar a un muro con una nula resistencia que aparente descansa dentro de la entrada del edificio en la calle Mancebos. Se protegió en el 1953. El lado izquierdo se está desprendiendo. “El problema fue que echaron cemento. Al fraguar, se contrajo y calentó mucho la piedra, y como es caliza viva se lo comió. Por dentro está hueco. Pegas una patada a eso y se cae”, explica Víctor.

placeholder Una viandante pasa frente a los restos de la muralla medieval de la calle Mancebos. (O. C.)
Una viandante pasa frente a los restos de la muralla medieval de la calle Mancebos. (O. C.)

¿Qué hacemos con semejante panorama? El tema de la muralla lleva presente en las reuniones de estos vecinos —ocho propietarios en total— durante años. El administrador de la finca explica a El Confidencial la resolución final del año pasado. “El ayuntamiento nos requería a nosotros para reparar la muralla y recurrimos porque el edificio de al lado es el que tiene la construcción en su interior”, declara. Les han dado la razón: es la comunidad de Don Juan 8 quien debe hacerse cargo. La muralla ya no es su problema, pero al tratarse de una propiedad privada, no se puede acceder a ella si el presidente de la comunidad no quiere. No se dio acceso a este periódico. "En Don Pedro está en el interior y está preservada, pero hay que entrar al portal para verlo", explica Retuerce. Ni rastro de cartelería que señalice los vestigios.

La muralla árabe, tétrica y paradójica

Muy cerca está la calle Bailén, donde Carlos Prieto ya explicó en este artículo que la muralla intentó ser derribada cuando se construyeron los edificios, en los cuales vive el cardenal Rouco Varela. Varios años después, estos vestigios que se pueden ver tras una valla son el lugar donde los vecinos de la comunidad dejan sus cubos de basura.

placeholder En la esquina de la derecha, los restos de un torreón de la muralla medieval en la plaza de Puerta Cerrada. (O. C.)
En la esquina de la derecha, los restos de un torreón de la muralla medieval en la plaza de Puerta Cerrada. (O. C.)

La muralla árabe, construida durante el emirato de Muhammad ben Abd al Rahmman, entre 850 y 866, continúa hasta el parque del Emir Mohamed I, en las inmediaciones de la Cuesta de la Vega. En ese lugar se conserva uno de los tramos mejor conservados, de 120 metros de longitud.

El objetivo del plan impulsado por el ayuntamiento es liberar los lienzos de las murallas cristiana y árabe para darlos a conocer a la ciudadanía. “Las murallas de Madrid son la semilla de la ciudad y uno de los lugares más desconocidos, incluso para los propios madrileños”, señala Bernardo. El hecho de que estos restos se vayan a conservar, de la misma forma que se ha hecho en otras ciudades como Toledo, Ávila o Lugo, dará la oportunidad de aquellos que se acerquen a la capital de “conocer el origen de la única capital europea que ha sido fundada por musulmanes”.

La muralla árabe y cristiana de Madrid se cae a cachos. Los vestigios más antiguos de la capital —desconocidos para muchos— pasan tan desapercibidos que, a simple vista, pudiera parecer un simple muro en ruinas o una obra a medio hacer. La construcción medieval, de los siglos XI y XII, sobrevive olvidada dentro de comunidades de vecinos. Sirve de trastero para locales comerciales e incluso como cuartos de basura de pisos exclusivos. Latas de cerveza, suciedad, arte urbano y restos de rocas en el suelo que no pueden recogerse porque son una zona protegida. La foto fija de estos restos históricos es decadente, se mire por donde se mire.

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