Por qué Europa condena a Madrid si los niveles de contaminación son más bajos que nunca
Bruselas advirtió hace décadas, pero no se hizo nada real hasta 2018. Las últimas restricciones del tráfico y la lluvia han contribuido a que, por primera vez, se cumpla la normativa europea
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Todos los indicadores señalan que Madrid va por buen camino en cuanto a los niveles de contaminación. José Luis Martínez-Almeida presentó este lunes los datos del último año y, por primera vez, se ha cumplido con el protocolo europeo y no se han rebasado los mínimos de dióxido de nitrógeno (NO2). Hace apenas dos semanas, sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de la UE condenó a las ciudades de Madrid y Barcelona por la nefasta calidad del aire. La pregunta que surge es por qué Bruselas señala a la capital si las 24 estaciones presentan los datos más bajos. “Este problema no se ha tomado nunca en serio”, apuntan los ecologistas.
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El problema viene de largo. La condena de la justicia europea pone en el foco la gestión entre 2010 y 2018. Fue en 2015 cuando se tomaron las primeras iniciativas para mejorar la calidad del aire, pero hasta entonces las administraciones lideradas por Ana Botella y Alberto Ruiz-Gallardón habían hecho oídos sordos a las advertencias de la UE. Madrid tuvo un plazo de diez años, desde el 1999 hasta 2010, para disminuir los gases nocivos y ajustarse al mínimo exigido de 40 microgramos por m3 de dióxido de nitrógeno. Pero cuando llegó esa fecha, la capital no llegó a esos límites. “Estuvimos denunciando año tras año que no se estaba haciendo nada”, explica Paco Segura, coordinador de Ecologistas en Acción y especializado en calidad del aire.
Almeida presumió este lunes de la labor de su equipo antes de las elecciones de mayo y se marcó un tanto ambiental, aunque además de las medidas implantadas también existe un componente metereológico que resulta determinante, especialmente en algunas épocas del año. “Ha llovido mucho durante los meses que más suben los niveles de contaminación, noviembre y diciembre. El agua limpia el aire”, señala Segura.
2022 es el primer año que no se ha puesto en marcha el 'Protocolo de actuación para episodios de contaminación' en Madrid
Las precipitaciones, en efecto, son el mejor aliado contra la contaminación en las grandes urbes porque acaban con lo que comúnmente se conoce como boina. Los expertos señalan que los mayores picos de polución por NO2 se producen por un fenómeno llamado inversión térmica, por el cual el aire contaminado no puede liberarse definitivamente por una superficie de calor que lo impide a gran altura. Ocurre durante los episodios de estabilidad atmosférica, que suelen ser los días fríos pero con un sol espléndido, que suceden en estos meses de invierno. Así, las actuaciones influyen, pero también factores que no se pueden controlar.
Debate político
El proceso en Madrid ha sido muy largo. Hasta 12 años tardó la justicia europea en poner en el punto de mira en la capital y Barcelona, aunque en 2015 Bruselas abrió un expediente suspendido en 2018 por la puesta en marcha de las zonas de bajas emisiones. Con todo, las cuestiones en torno al medioambiente han sido siempre objeto de polémica en el plano político. De hecho, ha sido uno de los grandes temas en Cibeles y uno de los principales puntos de fricción entre izquierda y derecha.
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Almeida concurrió a las elecciones de 2019 con el mensaje de que iba a acabar con las restricciones, algo que finalmente no ha hecho. Y este ha sido, precisamente, el elemento que dinamitó su relación Vox. El grupo encabezado por Javier Ortega Smith lleva dos años acusando al alcalde de "traidor" por no cumplir con esa promesa, rechazando sus presupuestos durante dos años y tildándolo de "elitista" por hacer dos categorías de madrileños: los que pueden pagar un coche que no es contaminante y los que no. Las cuentas de 2023, incluso, han tenido que ser prorrogadas en un momento crucial para la ciudad. Este será uno de los principales caballos de batalla antes de la cita con las urnas y seguramente también cuando el PP y Vox se sienten a negociar si obtienen la suma suficiente para gobernar.
Lo cierto es que el actual Ayuntamiento ha seguido la estela de Ahora Madrid y ha elevado las medidas en este sentido. Manuela Carmena elaboró un nuevo protocolo de calidad de aire que elevaba las restricciones del ya vigente. Además, puso en marcha la zona de bajas emisiones de Madrid Central, que prohibía la circulación de los vehículos más contaminantes en el distrito Centro. Y aunque el cambio de legislatura presagiaba un cambio de tendencia, la iniciativa de Madrid 360 desarrollada por el PP y Cs no solo no dista de la de sus predecesores, sino que lo amplía.
Desde el 1 de enero, los vehículos sin etiqueta medioambiental que no estén empadronados en los distritos interiores de la M30 no podrán circular por la conocida como almendra central y en la vía de circunvalación. Zonas como Plaza Elíptica, además, cuentan también con restricciones de movilidad. De hecho, esta localización fue la única que en 2020 y 2021 superó los límites establecidos, pero en 2022 ha conseguido ubicarse levemente por debajo de los 40 m3 de NO2 establecidos.
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La victoria de Almeida también radica en que desde que en 2015 se aprobó el Protocolo de actuación para episodios de contaminación por dióxido de nitrógeno este ha sido el primer año en que no se ha puesto en marcha un solo día. Las 24 estaciones de calidad del aire repartidas por el municipio presentan los niveles de NO2 más bajos desde que se aplica la normativa comunitaria. En todas ellas, los registros de polución han descendido de manera significativa desde 2018. Durante el mandato de Carmena llegó incluso a aplicarse la prohibición de circular a los coches en función de su matrícula, par o impar, y el día de la semana.
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El futuro, por el momento, es incierto. Pero desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtieron el pasado mes de julio que los niveles de dióxido de nitrógeno que proviene de los tubos de escape del diésel no deberían superar los 10 NO/m3. La Comisión Europea estuvo pendiente de esta alerta y no se descarta que en los próximos años se plantee reducir el mínimo un 50%. “Los datos de este año están por debajo del umbral por una carambola del destino”, valora Segura, en respuesta a las palabras del alcalde. "Madrid, por fin, respira", concluyó Almeida. El 2023 será una nueva prueba.
Todos los indicadores señalan que Madrid va por buen camino en cuanto a los niveles de contaminación. José Luis Martínez-Almeida presentó este lunes los datos del último año y, por primera vez, se ha cumplido con el protocolo europeo y no se han rebasado los mínimos de dióxido de nitrógeno (NO2). Hace apenas dos semanas, sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de la UE condenó a las ciudades de Madrid y Barcelona por la nefasta calidad del aire. La pregunta que surge es por qué Bruselas señala a la capital si las 24 estaciones presentan los datos más bajos. “Este problema no se ha tomado nunca en serio”, apuntan los ecologistas.