El caos en las urgencias extrahospitalarias abre una crisis a Ayuso antes del año electoral

El nuevo modelo de urgencias extrahospitalarias ha abierto una crisis al Gobierno de la Comunidad de Madrid a las puertas del año electoral. La situación ha llegado a un punto crítico tras la cascada de dimisiones de altos cargos en las últimas horas, que se suman a todos los problemas que acumulan los 78 Puntos de Atención Continuada (PAC) tras solo una semana en funcionamiento. Las críticas contra Isabel Díaz Ayuso y su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, se suceden tras la reorganización del sistema y los problemas para prestar el servicio. El Ejecutivo regional, acosado incluso por Vox en este tema, insiste en que todo obedece a un boicot de la izquierda y los sanitarios, con el 60% de profesionales de baja como principal argumento.

El último episodio se conoció al mediodía de este viernes, cuando todos los miembros de la dirección asistencial sureste de Madrid —una de las siete que componen la gerencia de Atención Primaria— dimitieron en bloque. Ruiz Escudero le quitó peso y esgrimió que estos cambios son habituales en las reestructuraciones y evitó entrar en detalles sobre el porqué de la renuncia. Lo cierto es que, en este caso, el cese fue voluntario y se presentó por registro una noche antes, sin formar parte de ningún plan de la Comunidad. Además, las cuatro organizaciones sindicales que sellaron un pacto in extremis con la Consejería días antes de abrir los PAC anunciaron que lo daban por roto, bajo el pretexto de que el Ejecutivo ha incumplido lo acordado. Con los puentes rotos y dos huelgas distintas convocadas que reducirán los efectivos sanitarios a los servicios mínimos, Ayuso y Ruiz Escudero encaran una situación muy comprometida.

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La dimisión de los responsables de los ambulatorios del sureste no es un caso aislado. Un día antes hizo lo propio la número dos de la gerencia de Atención Primaria, Nuria Fernández de Cano. Antes que ella ya dio el primer paso la máxima responsable de este departamento, Sonia Martínez Machuca. Con el nuevo cambio, la ya ex gerente obtuvo las competencias de las urgencias extrahospitalarias, pero abandonó el cargo a una semana de la huelga por los centros de urgencias. La situación de la Sanidad en la región marcó este jueves el último debate en la Asamblea. Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos reprocharon a Ayuso lo ocurrido con los PAC y coincidieron al apuntar que la gestión de las urgencias por parte de la Comunidad estaba siendo "desastrosa".

Unas acusaciones que el máximo responsable de la Sanidad madrileña no dejó pasar. A última hora del viernes, horas después de que los sindicatos dieran por roto el pacto con la Consejería y se conocieran nuevas dimisiones, Ruiz Escudero acusó a la izquierda de estar "asustando a la población" y generando un conflicto para obtener rédito político. Fuentes de la Comunidad argumentaron que los Puntos de Atención Continuada atienden problemas de menor gravedad que las de los hospitales y detallaron que en esta primera semana solo un 0,5% de las asistencias en los PAC se realizaron por patologías urgentes, según sus propios datos internos.

Otro de los argumentos que apuntan en la Consejería es que desde la inauguración del nuevo modelo sólo se están prestando servicios mínimos por la avalancha de bajas sanitarias. Esto se debe, por un lado, a las distintas huelgas convocadas. Desde este jueves y hasta mañana domingo hay convocada una, y el lunes dará comienzo la del primer sindicato que abandonó el acuerdo de la Comunidad de Madrid, Amyts. Pero también tiene que ver con otras razones. Según los datos aportados por la Consejería de Sanidad, ha habido una oleada de bajas, que alcanza el 60%. Los trabajadores arguyen la falta de tiempo con la que se comunican sus turnos del día siguiente, pero la Administración habla de un "boicot". La información sobre el día y el centro llega, a veces, apenas unas horas antes de empezar a trabajar.

En medio de la pugna se ha colado un actor inesperado, sobre todo por la posición que ha tomado. La portavoz de Vox en la Asamblea, Rocío Monasterio, abandonó momentáneamente el rol de aliada política de Isabel Díaz Ayuso para sumarse a las críticas por las urgencias en el último pleno. "Dedique ese dinero a pagar mejor a los médicos y así los madrileños no tendremos problemas en los centros de Atención Primaria", dijo durante la sesión de este jueves.

Vox también se aleja

Vox pasó al ataque y añadió a sus habituales exigencias uno de los temas que más irritan a la presidenta: la gestión sanitaria. La formación, que aprieta al Ejecutivo autonómico con temas como la ley trans o las subvenciones a los sindicatos, ha encontrado un nuevo punto de fricción en la organización de las urgencias extrahospitalarias y el caos que se ha vivido en la última semana tras su apertura una nueva bandera.

Las palabras de la líder de Vox en la Cámara de Vallecas no fueron casuales. En plenas negociaciones por los presupuestos y a siete meses de las elecciones autonómicas y municipales, Monasterio se sube a la ola de las críticas por los problemas en los cerca de 80 centros de urgencias. Y mientras los sindicatos, Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos denuncian que la organización del plan es un desastre, el Gobierno madrileño insiste en la maniobra de los sanitarios.

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La realidad es que Monasterio aprovechó la situación en las urgencias para hurgar en la herida. Y la respuesta de la presidenta de la Comunidad de Madrid en el pleno dio una pista de hasta qué punto es una china en el zapato. "Lo que no se puede es soplar y sorber a la vez, o está en un bando o con el otro. Lo que no puede hacer es sumarse al discurso de la izquierda cuando le conviene. ¿Ahora se va a poner a la cabeza de las mareas blancas usted también?".

Que Vox endurezca el tono contra Ayuso abre un escenario complicado de cara a la relación entre ambos partidos, aliados naturales. La negociación de presupuestos en la Comunidad de Madrid está en la fase de confrontación. Los de Rocío Monasterio, clave para la viabilidad de las cuentas, exhiben ahora un perfil muy crítico y para nada conciliador con la dirigente popular, dejando claro que no regalarán su apoyo. Es la misma estrategia que el partido desplegó el año pasado, también durante las conversaciones, aunque finalmente apoyó las cifras del Gobierno sin grandes contrapartidas.

¿Y ahora qué?

La Comunidad de Madrid quiere evitar una crisis mayor. Pero no será fácil. Otro punto controvertido del plan de los PAC es que las jornadas en fines de semana y festivos se cubrirán con turnos voluntarios, aunque remunerados. Esto deja en el aire si habrá siempre profesionales suficientes que decidan acudir en estos horarios. La primera prueba de fuego, la del Día de Todos los Santos, no cumplió con las expectativas de la Comunidad, como ellos mismos reconocen. No obstante, argumentan que no será posible evaluar hasta qué punto esto es un fallo del modelo y no de los servicios actuales hasta que paren las huelgas.

Aunque nada indica que ocurra pronto. Menos ahora, que los sindicatos CCOO, UGT, SATSE y CSIT se desmarcaron del acuerdo que alcanzaron con la Comunidad. Esto abre la puerta a nuevos parones, pues son los mismos órganos que ya habían convocado una huelga indefinida la semana pasada. Sin embargo, abandonaron la idea a última hora y tras acercar posturas con Sanidad. Ahora, ambas partes tendrán que verse en una nueva mesa sectorial.

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Una cita que la Comunidad de Madrid promete fijar cuanto antes para resolver si finalmente se ha llegado a un callejón sin salida. De momento, la Consejería de Sanidad sostiene que en la primera semana con el nuevo modelo de urgencias extrahospitalarias abrieron la mayoría de centros. Pese a que, claro está, muchos de ellos lo hicieron sin contar con un médico, enfermero o celador. En total, calculan que se han realizado unas 14.000 atenciones en esta etapa inicial. Al día, unas 1.700. Pero nada de esto convence lo suficiente a quienes denuncian que los PAC no garantizan servicios básicos.

A la espera de nuevos avances, los cuatro sindicatos acordaron reunirse este lunes para tomar una decisión en función de lo que pueda ocurrir este fin de semana, según fuentes internas. Pero una cosa está clara, y así lo hicieron saber en el comunicado con el que manifestaron su descontento tras la puesta en marcha del nuevo modelo de urgencias: "No vamos a ser cómplices de esta tropelía".