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Clesa no cambia de manos: Metrovacesa gana el proyecto de la fábrica tras haberla cedido
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Clesa no cambia de manos: Metrovacesa gana el proyecto de la fábrica tras haberla cedido

A día de hoy, sigue siendo propiedad de Metrovacesa, a la espera de que se efectúe la cesión al ayuntamiento. La empresa forma parte del equipo que se llevaría ahora el desarrollo

Foto: Antigua fábrica de Clesa.
Antigua fábrica de Clesa.

Diez años lleva cerrada la antigua fábrica de Clesa. Situada al norte de la capital, fue diseñada por el arquitecto Alejandro de la Sota y construida en 1958. Funcionó para la lechera hasta mayo de 2011, cuando se puso punto y final a su actividad. Desde entonces, el Ayuntamiento de Madrid y la propietaria de los terrenos, Metrovacesa, han trabajado en distintas etapas por buscar una fórmula con que dar un lavado de cara al área. Finalmente, se alcanzó una opción por la que la empresa cedería el espacio del citado edificio al consistorio y esta podría modificar el uso para promover un nuevo desarrollo del entorno mediante áreas comerciales, de hospedaje y oficinas.

Ahora, antes de que la fábrica llegue a manos municipales, un proyecto presentado, entre otros, por la propia promotora ha sido el elegido para renovar y gestionar la construcción. Es decir, seguirá adelante con los programas previstos en la zona y, a su vez, se convierte en la elegida, junto a distintas entidades, para poner en marcha la reforma y obtener los derechos sobre las futuras instalaciones de la icónica obra de De la Sota.

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La firma integra un equipo que lidera la neerlandesa Kadans y que ha propuesto la reforma de la factoría para convertirla en un centro de investigación científica de más de 10.000 metros cuadrados, especializado en la salud. Contará también con un salón de congresos para más de 500 personas, un 'coworking', una incubadora empresarial, zonas verdes y un centro cultural de 1.000 metros cuadrados. Fuentes municipales explican que el enclave no ha pasado aún a ser propiedad municipal, pero que los trámites "se han iniciado" y que lo será "en breve".

Desde el consistorio, indican que ahora tienen un plazo de seis meses para formalizar la cesión y buscar el marco jurídico para llevarla a cabo. Paralelamente, comenzarán la redacción de los proyectos para profundizar en los detalles. En este 2021, se definirán esas condiciones y será en 2022 cuando se desgranen y apuntalen las propuestas para que, a finales de ese curso, se inicien las obras, según aseguran estas fuentes.

Val Verde, el equipo ganador en el marco del concurso Reinventing Cities en el que se encuentra Metrovacesa, gestionaría el espacio y debería pagar un canon a las arcas municipales con una cesión que se fijará durante años. Desde el Área de Desarrollo Urbano que dirige Mariano Fuentes (Cs), se ha enfatizado que el proyecto respeta un edificio icónico como el de Clesa y que es necesario para darle un uso y que no caiga en el olvido.

placeholder Diseño de las futuras instalaciones. (Val Verde)
Diseño de las futuras instalaciones. (Val Verde)

El futuro de la fábrica estaba pendiente de definir en el marco de un desarrollo de mayor tamaño como es el llamado Ciudad Clesa, en el que Metrovacesa tiene prevista una inversión de 260 millones de euros y que se llevará a cabo en los aledaños de la construcción, que ocupa 37.000 m², en el distrito Fuencarral-El Pardo. En julio de 2020, se aprobó provisionalmente por unanimidad la modificación del Plan General de Ordenación Urbana del entorno para la promoción de 89.000 metros cuadrados que irán destinados a los usos citados anteriormente: hospedaje, oficinas y espacios comerciales. Estos últimos serán de reducido tamaño y no el gran centro comercial que buscaba la compañía inicialmente.

Dudas en Más Madrid

Desde el grupo mayoritario de la oposición, Más Madrid, su concejal del ramo, Paco Pérez, entiende que si Metrovacesa termina finalmente gestionando la antigua Clesa, el ayuntamiento habría permitido a la promotora "un negocio redondo": cede el terreno a modo de compensación y luego podrá explotarlo. "Se queda con la edificabilidad que permitía que la fábrica fuera pública y se queda con la fábrica durante años".

Fuentes de Urbanismo de la anterior corporación de Manuela Carmena señalan que precisamente uno de sus miedos ha sido siempre que José Luis Martínez-Almeida terminara cediendo el espacio a manos privadas después de haber logrado que la fábrica fuera cedida al consistorio. Estas fuentes apuntan que se temían algún movimiento en esta línea y recuerdan que su equipo de gobierno ya había previsto la instalación de un centro cultural como el de Matadero, donde conviven diversos proyectos del ámbito y que está ubicado en un punto de gran concurrencia de público.

Foto: Terrenos de la antigua fábrica de Clesa.

Recuerdan, asimismo, que uno de los logros de su área fue haber garantizado la supervivencia de la fábrica y que esta llegara a manos municipales. Junto con el PSOE, tumbaron los intentos de construir viviendas en el área. Estas fuentes de la anterior Concejalía de Urbanismo señalan que hasta que la cesión al ayuntamiento no se efectúe, no se podrá consolidar la segunda cesión a Metrovacesa y el resto de firmas implicadas en el nuevo proyecto.

Todo este desarrollo, más allá de la factoría, ha sido publicitado como un intento de dinamizar y dotar de nuevos servicios los aledaños del Hospital Ramón y Cajal, uno de los grandes centros sanitarios de la región. Entienden que permitirá expandir la ciudad y dotar de nuevas opciones no solo al centro hospitalario, sino también los barrios colindantes. La reforma del PGOU concedía también la construcción de dos torres de hasta 25 plantas (en un principio, se concibieron de 32) y la protección parcial de la fábrica, que pasa a nivel 3.

Diez años lleva cerrada la antigua fábrica de Clesa. Situada al norte de la capital, fue diseñada por el arquitecto Alejandro de la Sota y construida en 1958. Funcionó para la lechera hasta mayo de 2011, cuando se puso punto y final a su actividad. Desde entonces, el Ayuntamiento de Madrid y la propietaria de los terrenos, Metrovacesa, han trabajado en distintas etapas por buscar una fórmula con que dar un lavado de cara al área. Finalmente, se alcanzó una opción por la que la empresa cedería el espacio del citado edificio al consistorio y esta podría modificar el uso para promover un nuevo desarrollo del entorno mediante áreas comerciales, de hospedaje y oficinas.

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